«Rolexgate», qué sigue en el escándalo que amenaza a la presidenta de Perú
Unos relojes de lujo hacen tambalear el frágil gobierno de Dina Boluarte. La presidenta de Perú deberá explicar esta semana a la fiscalía la procedencia de estas joyas, pero su suerte más que de la justicia depende del Congreso, donde la izquierda promueve su destitución.
Boluarte, que asumió el poder en diciembre de 2022 en reemplazo del destituido y encarcelado Pedro Castillo, será escuchada por los fiscales el viernes por primera vez desde que la policía allanó su vivienda y despacho presidencial el 30 de marzo.
La mandataria de 61 años es investigada por presunto enriquecimiento ilícito, a raíz del «Rolexgate», como se conoce el escándalo que estalló a mediados de marzo por una investigación periodística. Boluarte tendría varios relojes de lujo que no habría declarado dentro de sus bienes.
El lunes seis ministros renunciaron en medio de la tormenta. El futuro de su mandato, que concluye en julio de 2026, «es incierto, a pesar de que se juega por dos cuerdas separadas que son la judicial y la política», dijo a la AFP el analista Augusto Alvarez Rodrich.
– El escenario judicial –
Ante el escándalo que produjo el allanamiento, Boluarte solicitó adelantar la fecha de su indagatoria, aunque la fiscalía todavía no se ha pronunciado sobre ese pedido.
En la diligencia ella deberá exhibir y justificar la compra de la supuesta colección de al menos tres relojes Rolex, que la prensa le atribuye a través de diversas fotografías publicadas en los últimos días.
La fiscalía, sin embargo, puede investigarla por un máximo de ocho meses desde que empezó a hacerlo en marzo. Si decide acusarla deberá esperar a que termine su mandato en julio de 2026 para llevarla a juicio, según fija la Constitución.
Así que sería en «el terreno político, el Congreso, donde se decidirá si ella permanece en la presidencia», subrayó Alvarez.
La fiscalía ya investiga a Boluarte desde 2023 por los presuntos delitos de «genocidio, homicidio calificado y lesiones graves», por la muerte de más de 50 civiles «durante las movilizaciones sociales entre diciembre de 2022 y enero de 2023» que pedían su renuncia y adelanto de elecciones.
– El escenario político –
El parlamento unicameral comenzó el trámite de una moción de vacancia (destitución) por «permanente incapacidad moral» presentada por Perú Libre, partido izquierdista al que perteneció Boluarte. El pedido es apoyado por 30 congresistas, pero para ser admitido a debate requiere más de medio centenar de votos de los 130 legisladores.
Solo después se iniciaría un juicio político. Para ser destituida, la oposición requiere reunir más de 86 votos. En ese contexto, el primer ministro Gustavo Adrianzén irá el miércoles al Congreso para exponer la política general del gobierno y solicitar un voto de confianza, en un acto que estaba previsto antes de que se desencadenara la crisis.
El Congreso es controlado por una mayoría de partidos de derecha y ultraderecha, que son el sostén de Boluarte. Ella carece de bancada propia.
«Hasta el momento no hay posibilidades de una vacancia porque el Congreso es consciente de que sería inevitable convocar a elecciones adelantadas y prefiere evitar ese riesgo», según Alvarez, también columnista del diario La República.
En el tiempo que lleva en el poder, la izquierda parlamentaria presentó dos mociones de destitución contra Boluarte. Ninguna fue admitida a debate.
«Las principales fuerzas del Congreso tienen la intención de mantener el estado de cosas el mayor tiempo posible», dijo a la AFP el politólogo Carlos Meléndez, de la universidad chilena Diego Portales.
Pero advirtió que «sería un milagro que acabe su mandato porque nadie quiere ser aliado de una presidenta impopular en un contexto electoral», en alusión a los comicios de 2026.
El escándalo detonó cuando su popularidad no supera el 10% en las encuestas.
– Adelanto de elecciones –
Boluarte ha descartado renunciar e insiste en que aclarará el caso de los relojes ante la fiscalía. También ha denunciado un «ataque y acoso sistemático» con el fin de debilitar a su gobierno.
Si ella dimite, asume la presidencia el jefe del Congreso que deberá convocar a elecciones generales en seis meses.
«Lo mejor que le podría pasar al país es que acabe este suplicio y se reinicie la política nacional con nuevas elecciones generales que incluyan al Congreso», señaló el analista Juan Carlos Tafur en el portal de noticias Sudaca.
Con Boluarte suman seis los presidentes salpicados por casos corrupción en lo que va del siglo XXI. Desde 2016 Perú ha tenido seis mandatarios.
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