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Acampada en Tel Aviv por los rehenes: «Es absurdo que Hamás cumpla y nuestro Gobierno no»

Jorge Dastis

Tel Aviv, 12 mar (EFE).- Alrededor de un centenar de personas acampan desde hace cuatro días junto a la sede del Ejército israelí, en el centro de Tel Aviv, para tratar de romper la creciente apatía de los manifestantes que llevan más de un año exigiendo un acuerdo de liberación de rehenes en la Franja de Gaza.

«Es absurdo que Hamás esté cumpliendo con su parte del acuerdo, y nuestro Gobierno no», dice a EFE este martes noche la doctora Hili Kohavi, que ha venido a apoyar a los manifestantes.

«Hay un acuerdo. Podrían estar aquí ya (…), pero no ocurre por motivos políticos», lamenta la mujer.

Kohavi dirige, junto al doctor Amir Blumenthal, experto en traumatología, un grupo de voluntarios que desde hace meses se dedican a viajar por todo Israel dando charlas sobre el estado de salud de los rehenes en Gaza.

El médico reconoce que, después de más de 16 meses de manifestaciones semanales, el movimiento para pedir un acuerdo de alto el fuego y liberación de rehenes ha perdido fuelle.

«Nadie puede estar con este asunto para siempre: tenemos que ir a trabajar, criar a nuestros hijos…», dice Blumenthal.

Pero desde que comenzó la primera fase del alto el fuego, el 19 de enero (y la posterior suspensión de la segunda fase), la gente se ha vuelto más activa, asegura el doctor.

«Saben que podemos conseguirlo, que podemos traerlos de vuelta. Solo tenemos que exigirlo», confía.

Una semana de incertidumbre

El pasado sábado, tras una semana de incertidumbre sobre el destino del acuerdo de alto el fuego con Hamás, miles de israelíes volvieron a salir a las calles de todo el país para pedir mantener la tregua y las liberaciones de rehenes.

Entonces, un grupo de personas decidió instalar tiendas de campaña junto a la entrada de la Kirya, la sede del Ejército y del Ministerio de Defensa, y acampar ahí de forma indefinida. El grupo no ha hecho más que crecer durante los últimos días.

La acampada ocupa toda la acera junto a la entrada principal a la Kirya, en la calle Menachem Begin de la ciudad. Son más de un centenar de tiendas de color plateado, a las que se suman carpas y muchos manifestantes que han venido a apoyar la iniciativa.

A medida que avanza la tarde, se van formando grupos entre las lonas. Unos se sientan a beber café, otros empiezan a hacer la cama. Algunas mascotas pasean entre las tiendas de campaña. Entre los eslóganes en hebreo pidiendo la liberación de los rehenes, destaca uno en inglés con la frase «Tump Camp» (Campamento Trump).

«Siento que si no logramos sacarlos ahora, nunca los recuperaremos con vida», dice Maya, una joven israelí de 36 años que se sumó recientemente a la acampada.

La mujer, que vive en Tel Aviv y trabaja en un restaurante, también exige al Gobierno que ponga fin a la guerra por el bien de los palestinos, para los que desea «paz y una vida mejor».

Maya ha visto como en los últimos días la acampada se ha hecho cada vez más grande, y espera que todavía más personas se sumen a la protesta. Ella no tiene intención de marcharse hasta que no haya avances en las negociaciones.

«Creo que no está pasando nada, y tenemos que presionar al Gobierno para que hagan lo que es necesario», asegura. «Todavía quedan rehenes vivos» en Gaza, recuerda la joven.

De los 59 secuestrados aún en Gaza, las autoridades de Israel estiman que más de una veintena siguen con vida.

Negociaciones en punto muerto

La primera fase del acuerdo de rehenes en Gaza, que comenzó el 19 de enero y concluyó a principios de marzo, permitió la liberación de 33 israelíes secuestrados por Hamás, 25 con vida, y otros cinco trabajadores tailandeses, a cambio de más de 1.700 presos palestinos en cárceles de Israel.

Desde entonces, las negociaciones para la segunda fase de la tregua, que incluye la liberación del resto de rehenes vivos en la Franja y la retirada de las fuerzas israelíes del enclave, han alcanzado un punto muerto.

Israel pide ahora extender la tregua, sin retirar a sus tropas, durante el mes sagrado de ramadán y la Pascua judía, que finaliza a mediados de abril, a cambio de la liberación de todos los rehenes en Gaza.

Hamás acusa al país de incumplir lo pactado inicialmente, y de no querer comprometerse a acabar con la guerra, uno de los puntos clave del pacto firmado por las partes en enero.

Una delegación israelí viajó a Catar a principios de semana para continuar con las negociaciones y tratar de romper el bloqueo. Se espera que a las conversaciones se sume el enviado de Washington a Oriente Medio, Steve Witkoff, al que muchos consideran el principal impulso de la actual tregua, según medios estadounidenses como The Washington Post. EFE

jdg/mt/jac

(foto) (vídeo)

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