Acuerdo sobre Tratado de Extradición entre Honduras y EEUU baja tensión entre ambos países
Germán Reyes
Tegucigalpa, 18 feb (EFE).- El acuerdo para la continuidad del Tratado de Extradición entre Honduras y EE.UU., de 1912, anunciado este martes por la presidenta hondureña, Xiomara Castro, supone la reducción de la tensión entre ambos países, cuyas relaciones bilaterales no han sido las mejores en los últimos tres años.
Castro dijo en la red social X que ha «llegado a un acuerdo con la nueva administración de los Estados Unidos para que el Tratado de Extradición -que expiraría el 28 de febrero- continúe con las salvaguardas necesarias para el Estado de Honduras, garantizando su aplicación objetiva».
Con su mensaje, Castro también puso fin al descontento, casi generalizado en su país, donde diversos sectores expresaron su rechazo a la denuncia del Tratado de Extradición hecho por la mandataria en agosto de 2024, aduciendo injerencias de la embajadora de Estados Unidos en Tegucigalpa, Laura Dogu.
«He asegurado el respeto a la integridad de las Fuerzas Armadas, institución responsable de defender la soberanía, mantener la paz, hacer valer el imperio de la Constitución y garantizar la seguridad de nuestro proceso electoral democrático», indicó la mandataria en la red social X.
Más tarde, el canciller hondureño, Eduardo Enrique Reina, dijo en rueda de prensa que «hemos llegado a un acuerdo importante que implica la continuidad del tratado de extradición durante este periodo (del 18 de febrero de 2025 al 27 de enero de 2026), con salvaguardas normales entre los estados para mantener la integridad del sistema democrático y la integridad de las preocupaciones que teníamos con las Fuerzas Armadas».
Las relaciones entre Honduras y Estados Unidos se volvieron a agriar el 28 de agosto de 2024, cuando Dogu expresó la «preocupación» de su país por una reunión en Caracas de autoridades de Defensa de Honduras con el sancionado ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López, en el marco de un evento deportivo militar.
La situación tomó un nuevo matiz luego de que el pasado 3 de septiembre trascendió un video, de 2013, en el que aparecen narcotraficantes hondureños negociando sobornos con Carlos Zelaya, entonces secretario del Parlamento hondureño, quien además es cuñado de Castro y hermano del expresidente Manuel Zelaya, derrocado en junio de 2009. El exmandatario también es el principal asesor de Castro.
En el video, divulgado por la organización estadounidense InSight Crime, se escucha al narcotraficante Devis Leonel Rivera Maradiaga, uno de los exlíderes del cartel Los Cachiros, proponiendo un soborno al ahora gobernante Partido Libertad y Refundación (Libre), a lo que Carlos Zelaya responde que «la mitad debe ir para el comandante», refiriéndose a su hermano Manuel Zelaya.
Para algunos opositores de Xiomara Castro, la presidenta habría denunciado el Tratado de Extradición para proteger a su cuñado ante una eventual solicitud de extradición por parte de Estados Unidos.
Para calentar más el ambiente, Castro advirtió el pasado 1 de enero que si el Gobierno del entonces presidente electo de EE.UU., Donald Trump, hace una deportación masiva de migrantes hondureños, la base militar estadounidense en territorio hondureño no tendría razón de existir.
«Frente a una actitud hostil de expulsión masiva de nuestros hermanos, tendríamos que considerar un cambio en nuestras políticas de cooperación con EE.UU., especialmente en el campo militar, en el que sin pagar un centavo por décadas mantienen bases militares en nuestro territorio, que en este caso perderían toda la razón de existir en Honduras», dijo Castro en un mensaje a sus compatriotas con ocasión del nuevo año.
Las críticas contra Castro volvieron a arreciar y nuevas voces, incluso de su propio partido, se sumaron para pedirle que rectificara su decisión de pretender poner fin al Tratado de Extradición con Estados Unidos, porque eso le dejaba libre el camino a los narcotraficantes para seguir operando en Honduras, lo que han venido haciendo desde hace medio siglo, a vista y paciencia de las autoridades del país centroamericano, al menos hasta 2014.
Con el anuncio de hoy de la presidenta, sus críticos comenzaron a expresar su satisfacción, entre ellos el exministro de Transparencia de Castro, Ángel Edmundo Orellana, y esperan que la calma vuelva al país y que las relaciones con Estados Unidos den un nuevo giro con Donald Trump en la Casa Blanca.
Para analistas locales, Trump expresó de manera tácita su descontento con Honduras, al no incluir al país en la primera y reciente gira internacional del secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, a Centroamérica y República Dominicana.
Rubio visitó Guatemala, Panamá, El Salvador, Costa Rica y República Dominicana, países en los que abordó temas sobre migración y seguridad, entre otros.
Luego de que Trump asumió el poder, el 20 de enero, los altos funcionarios del Gobierno de Honduras comenzaron a moderar sus mensajes y expresar que se mantiene una permanente comunicación con la nueva Administración en la Casa Blanca, en un marco de diálogo franco y de respeto. EFE
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