Arabia Saudita e Irak firmes en la defensa de combustibles fósiles en la COP28
Arabia Saudita e Irak se mostraron firmes este domingo en su defensa de los combustibles fósiles en la COP28, donde casi 200 países intentan ponerle más ambición a la lucha contra el cambio climático.
Arabia Saudita, el mayor exportador de petróleo del mundo, pidió al resto de participantes «pensar en positivo, abordar la necesaria reducción de emisiones… pero también tener en cuenta nuestras perspectivas y preocupaciones».
Irak fue más contundente aún: «la reducción gradual, la eliminación gradual de los combustibles fósiles y la eliminación gradual de los subsidios a los combustibles fósiles, son contrarios a los principios del Acuerdo de París» de lucha contra el cambio climático.
La COP28 está reunida en Dubái para adoptar nuevos compromisos, ocho años después del Acuerdo de París de 2015, cuyo principal objetivo era limitar idealmente el aumento de la temperatura promedio mundial en un máximo de +1,5 ºC.
Ese objetivo no solamente no está cerca, sino que el mundo ha incumplido prácticamente todo lo que se había comprometido a lograr desde entonces.
Una salida de la energía de origen fósil «perturbará la economía mundial e incrementará las desigualdades», añadió Irak.
Los representantes de ambos países se expresaron en una reunión convocada por el presidente de la conferencia, el emiratí Sultan Al Jaber.
Jaber reunió a los ministros y representantes gubernamentales en un formato tradicional árabe, un «majlis», o «asamblea», a la que todos debían acudir sin discursos escritos, y «dispuesto a escuchar al otro».
Pero la reunión solo demostró que a dos días del cierre de la conferencia de Dubái, las posiciones siguen siendo rígidas.
– «Fracasar no es una opción» –
«Fracasar no es una opción» había declarado Jaber antes de entrar en la «majlij».
«Lo que buscamos es el bien común. Lo que buscamos es lo mejor para todos, en todas partes», afirmó.
Los países más ambiciosos quieren que se refleje claramente en el texto que el mundo debe abandonar («phase out») lo antes posible esos combustibles de origen fósil.
«Mi sensación es que hay una mayoría, por no decir una supermayoría», en favor de esta opción, aseguró el comisario europeo de Acción Climática, Wopke Hoekstra, a periodistas tras esa reunión.
Ese consenso «está basado en la ciencia, ciencia, ciencia», repitió a su lado la ministra de Transición Ecológica española, Teresa Ribera.
Pero países como Irak también insisten en que la ciencia no descarta totalmente que se pueda lograr el objetivo de +1,5 ºC con combustibles fósiles aún en la matriz energética.
Los climatólogos insisten en que hasta ahora el petróleo, el gas y el carbón han sido los grandes responsables de la concentración de CO2 en la atmósfera y, en consecuencia, del aumento de la temperatura media del planeta.
Y la Agencia Internacional de la Energía (AIE) estimó este domingo que los compromisos hasta ahora sólo reducirán las emisiones de gases de efecto invernadero en un 30% respecto a la cifra ideal, de aquí a 2030.
– «Levantar el pie del acelerador» –
«Levantar el pie del acelerador de los combustibles fósiles es inevitable», declaró en otro encuentro la ministra de Medio Ambiente brasileña, Marina Silva.
Pero Brasil ha aceptado públicamente que prevé unirse a la alianza de países productores, OPEP+.
«Está claro que los países menos desarrollados no podrán ir a la misma velocidad que las grandes economías del G20», reconocía la enviada especial para el clima de Alemania, Jennifer Morgan.
En Dubái hay además otros escollos para lograr un acuerdo equilibrado, como establecer una meta clara de adaptación al cambio climático.
Es un tema seguido muy de cerca por los países en vías de desarrollo, y el único que carecía de un texto cuando empezó la cita de Dubái.
La presidencia emiratí publicó este domingo un borrador de siete páginas sobre esa Meta Global de Adaptación, cuyos trabajos copreside Chile.
«Es un paso adelante», se limitó a indicar una fuente negociadora latinoamericana a AFP, antes de entrar en una sesión negociadora.
«En términos de objetivos, el texto no es nada claro», declaró a periodistas la experta argentina María del Pilar Bueno, que pilotó negociaciones sobre adaptación en París hace ocho años.