Incendios y ola de calor continúan consumiendo el oeste de Canadá
Las fuerzas armadas de Canadá están en estado de alerta este sábado para ayudar a evacuar ciudades y combatir más de 170 incendios que devastan Columbia Británica, potenciados por una asfixiante ola de calor y sequía en el oeste del país y en Estados Unidos.
Al menos 174 incendios estaban activos en la provincia occidental de Columbia Británica, de los cuales 78 se produjeron en los últimos dos días, según el departamento de incendios de Canadá. El 70% de los focos fueron producidos por rayos generados por el calor, señaló.
Esta provincia occidental, cuyo clima es habitualmente templado y húmedo, ve trepar el termómetro desde hace una semana. Al menos 719 personas han muerto en medio de la ola de calor, más de tres veces lo habitual, de acuerdo a las autoridades sanitarias.
Al otro lado de la frontera, el noroeste de Estados Unidos también se encontraba bajo esta «cúpula de calor», un raro fenómeno climático agravado, según los expertos, por el calentamiento global.
La pequeña comunidad de Lytton, 250 km al noreste de Vancouver, se ha convertido en el símbolo de esta crisis: después de batir el récord histórico de calor en Canadá, con 49,6 grados centígrados, fue presa de las llamas que asolaron el 90% de su territorio.
Sus 250 habitantes han debido escapar rápidamente el miércoles por la noche, muchos de ellos sin poder llevarse nada, dijo el sábado a la cadena pública CBC Gordon Murray, un vecino.
Murray no estaba demasiado preocupado ya que había habido humo en el área durante varios días. Pero la situación cambió cuando notó que sus vecinos estaban tratando de apagar pequeños focos en su patio trasero con una manguera de jardín.
«Fue entonces cuando nos dimos cuenta de que era grave y cuando la luz dejó de funcionar nos dimos cuenta de que no teníamos otra opción y debíamos irnos. Tomamos nuestras billeteras y nos subimos al auto», recuerda, y dice que debió atravesar la localidad entre llamas y casas incendiadas.
Otro residente, Jeff Chapman, dijo anteriormente a CBC que vio impotente cómo sus padres murieron en el desastre cuando un poste de luz cayó sobre su refugio.
Un funcionario indígena de la zona de Lytton, Matt Pasco, presidente del consejo tribal de la nación Nlaka’pamux, criticó por su parte a las autoridades de la provincia por haber ignorado las necesidades de su comunidad.
Las autoridades indígenas debieron intentar salvar vidas con poca o ninguna ayuda del gobierno provincial, dijo Pasco, para quien ello es una señal de cómo las autoridades provinciales tratan a los pueblos indígenas.
– Ola de calor se expande –
La ola de calor continuó expandiéndose el sábado, afectando también las provincias de Alberta, Saskatchewan y Manitoba, así como partes de los Territorios del Noroeste y del norte de Ontario.
A nivel mundial, la década previa a 2019 fue la más caliente registrada, y los cinco años más calientes han ocurrido desde 2012, según climate.gov.
Tras una reunión entre el primer ministro, Justin Trudeau, y el Grupo de Respuesta a Incidentes, que incluye a varios ministros, Ottawa anunció la creación de un centro de operaciones en Edmonton, en el oeste del país, donde 350 efectivos militares ofrecerán apoyo logístico.
Las fuerzas canadienses deben brindar asistencia aérea para transportar a los bomberos o evacuar a los residentes.
Se han emitido órdenes de evacuación o alertas de evacuación para varias comunidades de Columbia Británica.
En los últimos días, la situación se ha agravado, por la aparición de un fenómeno poco común: los pirocúmulos, nubes tormentosas que se forman sobre fuentes de intenso calor. Como estos a su vez generan rayos, facilitan la creación de otros focos.
Las tormentas que se han formado sobre las provincias de Columbia Británica y Alberta han generado más de 700.000 rayos entre el miércoles y el jueves, estimó la empresa finlandesa Vaisala, especializada en medidas medioambientales.
El viernes también se registraron relámpagos en California, donde los incendios forestales devoraron más de 15.000 hectáreas, incluida una zona turística que se preparaba para recibir a numerosos visitantes durante el fin de semana largo de la fiesta nacional del 4 de julio.