Inicia operaciones en Alemania el primer tren que funciona con hidrógeno en el mundo
El grupo francés Alstom puso en operaciones comerciales el lunes en Alemania el primer tren que funciona con hidrógeno, una primicia destinada a evitar el uso de diésel en las líneas sin electrificar.
Dos trenes, pintados en azul, iniciaron sus recorridos entre Cuxhaven, Bremerhaven, Bremervörde y Buxtehude, una línea de 100 km de Baja Sajonia por donde circulan trenes diésel.
«El primer tren que funciona con hidrógeno en el mundo entra en servicio comercial y está listo para la producción en serie», subrayó el presidente de Alstom, Henri Poupart Lafarge, quien se encontraba presente en la ceremonia del recorrido inaugural realizada el domingo en Bermervörde.
El dirigente se congratuló de «una innovación surgida de un trabajo en equipo franco-alemán, lo que muestra la fructífera colaboración transfronteriza», ahora que el grupo será absorbido por el alemán Siemens.
El tren es impulsado al mezclar en un dispositivo conocido como celda de combustible el hidrógeno –almacenado en un tanque en el techo– con el oxigeno del aire, lo que genera electricidad y vapor de agua.
El hidrógeno se obtiene previamente en una planta especial mediante el proceso de electrolisis al aplicar electricidad al agua, lo que la separa en hidrógeno y oxígeno
Además la energía del frenado se almacena de baterías de ion-litio (del tipo que se utilizan ya en automóviles eléctricos) para ser reutilizada en la aceleración.
Estos trenes «con cero emisiones» son poco ruidosos y solo despiden vapor de agua.
El tren de hidrógeno tiene, según Alstom, una autonomía de 1.000 km entre dos llenados, o sea tanto como un tren que funciona con diésel.
Esta tecnología es presentada por el grupo como una prometedora alternativa, relativamente barata, al diésel para las líneas no electrificadas.
«Claro que un tren de hidrógeno es un poco más caro al comprarlo que uno de diésel, pero la explotación es menos costosa», subrayó a la AFP Stefan Schrank, jefe del proyecto en Alstom.
Otros países han mostrado interés, entre ellos Reino Unido, Holanda, Dinamarca, Noruega, Italia, Canadá y Francia.