López Obrador, el izquierdista «tenaz» que promete un giro «radical» en México
«Soy terco, es de dominio público», admitió Andrés Manuel López Obrador cuando arrancó de su campaña electoral. Si hay algo que le reconocen propios y ajenos es la tenacidad de quien este sábado se convertirá en el primer presidente de izquierda de México desde que comenzó la alternancia democrática en 2000.
«Con esta misma convicción actuaré como Presidente de la República (…) rayando en la locuela de manera obcecada», ha dicho el López Obrador de 65 años, hombre de personalidad afable y hablar pausado, en su tercer y logrado intento de alcanzar el sillón presidencial.
Sus allegados lo certifican. «Yo creo que es un hombre cuya cualidad principal es la tenacidad», dijo a la AFP el escritor e historiador mexicano Paco Ignacio Taibo II, conocido simpatizante de López Obrador.
– Cristiano –
Su abuelo era de Ampuero, España, y llegó a México como exiliado en la década de 1930, cuando gobernaba Lázaro Cárdenas, quien nacionalizó la industria petrolera, y una de las figuras históricas que López Obrador enarbola. Siguiendo sus pasos, ha dicho que revisará la reforma petrolera aprobada por el saliente Enrique Peña Nieto que abrió el sector al capital privado.
Creció como católico en Villa Tepetitán, municipio de Macuspana, Tabasco, en un familia de clase media. Sus padres tenían una tienda de abarrotes que él atendía por las tardes. Ahora se declara cristiano.
– Austeridad –
López Obrador, mejor conocido por sus iniciales AMLO, busca desmarcarse de la clase política que ha gobernado México durante casi un siglo y se ha presentado como un adalid en la lucha contra la corrupción.
Como prueba, quiere vender el avión reservado a presidentes y abrir al público este sábado la famosa residencia presidencial para convertirla más adelante en un centro cultural.
Ya ha anunciado que bajará su salario de poco más de 13.000 dólares mensuales que ganaba Peña Nieto a 5.000 dólares.
Esa lucha contra la corrupción caló muy hondo entre los mexicanos, hartos de los excesos de las élites políticas -a las que López Obrador llama «mafia del poder»- y de los escándalos de la administración del sexenio de Enrique Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
«Logró un proyecto que equilibra tres cosas: la guerra contra el narco, la guerra contra la corrupción y la guerra contra el proyecto neoliberal que ha sido muy dañino para México», detalló Taibo al explicar el arrasador triunfo de AMLO en las elecciones del 1 de julio.
López Obrador llama a su movimiento «la cuarta transformación de México», y se compara con héroes de la historia nacional como Benito Juárez (1806-1876), figura clave en la construcción de la República en el siglo XIX.
Sin embargo, muchos mexicanos le critican su falta de propuestas concretas para gobernar la segunda economía latinoamericana, durante la era de Donald Trump.
«Lamentablemente nunca ha sido claro», dijo Fernando Dworak, analista político. «Ha centrado cualquier solución en torno a su figura y a su capacidad personal para resolver asuntos», añadió a la AFP.
Ha sido tildado de «populista» a «gran peligro para México» que podría seguir los pasos de Hugo Chávez en Venezuela. La reciente cancelación de la construcción de un nuevo aeropuerto abonó para algunos sectores a esa imagen.
Muchas de sus propuestas para dar un «giro radical» en México han disparado las alarmas.
Su proyecto para la nación 2018-2024 incluye reducir los salarios de funcionarios públicos en un 50%, asegura que no aumentará impuestos ni deuda pública.
Sus críticos lo tachan de mal perdedor luego de que tras la elección de 2006, que perdió por solo 0,56%, desconociera los resultados y bloqueara la vital avenida capitalina Paseo de la Reforma por semanas.
Incluso se autonombró «presidente legítimo de México» en un evento en el que hasta se puso una banda tricolor en el pecho.
– Carrera meteórica –
«El Peje», como también se le apoda, tuvo una carrera política meteórica. Con tan sólo 24 años, fue nombrado director del Instituto Nacional Indigenista de su natal Tabasco y a los 30 años ya era el líder del PRI, partido al que abandonó a finales de la década de 1980, y a la postre se convirtió en el principal destinatario de sus más severas críticas.
Ese primer puesto fue la base para que ganara el apoyo indígena en su carrera al que luego sumaría el de otros sectores oprimidos.
Como abanderado del Partido de la Revolución Democrática (PRD, izquierda), intentó en dos ocasiones ser el gobernador de su estado natal, que no consiguió, aunque para el año 2000 brincó a la escena nacional al convertirse en jefe de Gobierno de Ciudad de México.
En 2012, decidió alejarse del PRD para crear el partido Movimiento de Regeneración nacional (Morena).
Se le dio por muerto de la escena política en varias ocasiones. «Por caernos y volver a levantarnos y volver a caernos y volver a levantarnos» es que finalmente logró ganar la presidencia, dijo en un acto multitudinario en el acto de cierre de campaña, acompañado de su segunda esposa Beatriz y sus cuatro hijos.