La justicia alemana empleó a nazis masivamente tras la guerra
Un informe encargado por el gobierno alemán y publicado este lunes revela el funcionamiento de la justicia de Alemania Occidental durante la posguerra, que continuó durante décadas empleando a funcionarios que ya oficiaban bajo el III Reich, en proporciones mucho más importantes de las que se conocían hasta ahora.
«La cantidad de (ex) miembros del NSDAP (Partido nacionalsocialista obrero alemán) dentro del ministerio de Justicia no bajó después de la guerra como se suponía, sino que aumentó en los años 1950», indicó al periódico Süddeutsche Zeitung, Christoph Safferling, que codirigió el estudio, cuyo informe presentó este lunes el ministro de Justicia, Heiko Maas.
En 1957 se alcanzó el apogeo, cuando el 77% de los directivos de la administración judicial eran exmiembros del NSDAP, según los resultados de este estudio titulado ‘Expediente Rosenburg’, por el nombre del edificio que albergó desde 1950 el ministerio de Justicia en Bonn (oeste), entonces capital de la República Federal Alemana.
Se sabía que Alemania del oeste recurrió a exnazis para ejercer funciones públicas, pero la proporción -casi ocho directivos de cada diez- es una novedad, según Safferling.
«No creíamos que la cifra fuese tan elevada», reconoció el historiador. Contrasta además con los estudios similares en el ministerio del Interior o de Relaciones Exteriores, en los que la proporción no fue tan importante.
De 170 personas que entre 1949 y principios de los años 1970 ocuparon cargos directivos en el ministerio, 90 pertenecieron al NSDAP, detalló en la radio pública Deutschlandfunk Sabine Leutheusser-Schnarrenberger, exministra de Justicia, que encargó el estudio en 2012.
Niguno de estos funcionarios activos durante la dictadura nazi expresó arrepentimiento y se justifican, según Safferling, explicando que aplicaron el derecho entonces en vigor, a veces «evitando lo peor» permaneciendo en sus puestos.
– Un freno a la justicia –
Según Leutheusser-Schnarrenberger, 34 de estos directivos pertenecieron incluso a las milicias SA, las secciones de asalto del partido nazi.
La presencia masiva de los exnazis se explica, según ella, por la necesidad de recurrir a funcionarios experimentados para reconstruir el aparato judicial.
Un argumento «poco convincente» para Safferling: el ministerio de Justicia tenía la posibilidad de contratar a jóvenes juristas de la naciente RFA, fundada en 1949, diplomados después de la caída del III Reich, o incluso contratar a juristas antinazis exiliados y que regresaron a Alemania tras la derrota de Hitler, estimó.
Otra explicación es que los Aliados, que habían fijado como prioridad la «desnazificación» del país en la inmediata posguerra, se vieron obligados a modificar la prioridad ante la necesidad de reconstruir un país en ruinas para hacer frente al bloque comunista.
Esto último hizo necesario la contratación de funcionarios formados, aunque éstos hubieran trabajado en el aparato estatal nazi.
La consecuencia de esta orientación fue la lentitud de la justicia en la posguerra para juzgar los crímenes durante el régimen de Hitler.
Por ello, en los últimos años los juicios por esas causas se han multiplicado, más de siete décadas después de la caída del III Reich.
«Los juristas de la época nazi continuaron cubriendo» las injusticias del pasado y protegiendo a su excompañeros, denunció Heiko Maas, para quien es evidente que esos funcionarios del ministerio «se dedicaron a que los crímenes nazis no llegaran a los tribunales».
Además de los responsables que ejercieron funciones en el ministerio, el cuerpo de magistrados alemanes también estuvo constituido principalmente por exnazis: en 1953, al menos el 72% de los jueces del Tribunal Supremo federal de Karlsruhe (suroeste), la mayor jurisdicción alemana, habían ejercido durante el nazismo, una cifra que ascendió hasta el 80% en 1962, escribió en 2012 el semanario Der Spiegel.