Musulmanes chiítas de todo el mundo celebran la Ashura
Con actos de autoflagelación, centenares de miles de peregrinos chiítas conmemoraban este miércoles, en la ciudad santa iraquí de Kerbala, el martirio del imán Husein, un nieto del profeta Mahoma asesinado en el siglo VII, episodio fundador del chiísmo.
El mismo fervor se veía en otras ciudades del mundo, en particular en Teherán, donde miles de fieles desfilaron golpéandose la espalda con cadenas hasta sangrar.
En Kabul, las ceremonias fueron ensagrentadas por los atentados contra tres mezquitas chiítas en 24 horas, que dejaron más de 30 muertos y unos 90 heridos. Dos de esos ataques fueron reivindicados por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Unos 30.000 miembros de las fuerzas de seguridad fueron desplegados en Kerbala por temor a atentados del EI.
Vestidos de negro, los peregrinos participaron en la procesión de «tatbir», flagelándose la espalda y el torso con cadenas, para conmemorar el martirio del imán Husein, asesinado en el año 680 por las tropas del Califa de los Omeyas Yazid en la batalla de Kerbala.
Cada año, fieles de todo el mundo visitan el mausoleo, situado a unos 80 km al suroeste de Bagdad.
– 4,5 millones de peregrinos en Kerbala –
En los últimos diez días, unos 4,5 millones de fieles han visitado Kerbala, declaró a la AFP el general Qais Jalaf Rahaima, responsable de la seguridad para la región.
«Continuaremos celebrando al imán a pesar de la amenaza terrorista», declaró Saad Jassem. 35 años, oriundo de la ciudad de Najaf.
Karim Husein, procedente de la ciudad portuaria de Basora, en el sur de Irak, dijo que participar en las conmemoraciones es también «un mensaje dirigido a los políticos iraquíes», criticados desde hace dos años por la corrupción y la alta de reformas.
«El imán Husein se levantó y se rebeló contra los dirigentes corruptos», destaca.
En Líbano, varias decenas de miles de partidarios del movimiento chiíta Hezbolá, desfilaron en el suburbio sur de Beirut, bastión de ese partido, y en las ciudades de Hermel (este), bint Jbeil y Nabatiyé (sur).
Los fieles, que enarbolaban banderas de Yemen y de Hezbolá, respondieron al llamado del jefe del partido Hasan Nasralá, que este año dedicó la conmemoración a la solidaridad con los rebeldes chiítas hutíes que luchan contra la intervención de Arabia Saudita en Yemen.
El Hezbolá, partido apoyado por Irán y bestia negra de Arabia Saudita, combate también en Siria en apoyo del gobierno de Bashar al Asad.
En Afganistán, la Ashura fue enlutada por los ataques contra las mezquitas de Karte Saji y Karte Char de Kabul, que dejaron 16 muertos y 54 heridos, según el ministerio del Interior.
El atentado no ha sido reivindicado y los insurgentes talibanes (mayoritariamente sunitas) se declararon ajenos al hecho.
«Estamos profundamente afectados por este ataque contra civiles», afirmó en Twitter el portavoz de los talibanes Zabihullah Mujahid, que no menciona el segundo ataque.
Los chiítas son a menudo blanco de grupos extremistas sunitas, particularmente en Irak.
Pero en los últimos meses, el Estado Islámico perdió una gran parte del territorio que había conquistado en Irak en 2014 y las fuerzas iraquíes están preparando la ofensiva final contra Mosul, su último bastión en el país.