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Yemen se enfrenta al riesgo de una “guerra civil dentro de una guerra civil”

Separatistas del sur de Yemen posan delante de un tanque confiscado en una base militar gubernamental en Adén, el 10 de agosto de 2019 afp_tickers

Los enfrentamientos en la gran ciudad de Adén en Yemen, y la toma este sábado del palacio presidencial por los separatistas, reflejan hondas fracturas en el bando antirrebeldes y amenazan con originar “una guerra civil dentro de una guerra civil”.

Este país pobre de la península arábiga es presa desde hace casi cinco años de una guerra que enfrenta a los rebeldes hutíes con las fuerzas progubernamentales, apoyadas por una coalición militar liderada por Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos.

Los chiitas hutíes, apoyados por su parte por Irán, controlan regiones del norte y del oeste, así como la capital, Saná, mientras que el bando antirrebeldes domina el sur del país.

Pero el propio campo antihutíes se encuentra dividido, entre los separatistas del sur y las unidades del gobierno, que desde el miércoles vuelven a enfrentarse violentamente.

Estos combates, que mataron a más de 18 personas, incluidos civiles, amenazan con originar en el sur “una guerra civil dentro de la guerra civil” que devasta el país, estimó en un informe el centro de reflexión sobre conflictos International Crisis Group (ICG).

El sábado, después de haber afirmado que habían avanzado mucho en Adén, combatientes separatistas -favorables a una independencia del sur- anunciaron la toma del control del palacio presidencial.

Se trata de una toma principalmente simbólica, pues el presidente Abd Rabo Mansur Hadi está en el exilio en Arabia Saudita.

– Precedente mortífero –

En enero de 2018, al menos 38 personas murieron y 222 resultaron heridas, tras tres días de combates entre los separatistas del Consejo de Transición del Sur (STC) -que incluye a una fuerza llamada “Cordón de Seguridad” formada por Emiratos- y las unidades leales al gobierno yemení de Hadi.

Las unidades leales a Hadi ya habían sido asediadas en el palacio presidencial y una intervención organizada por sauditas y emiratíes logró in extremis detener la batalla de Adén.

Las circunstancias que esta semana precipitaron las hostilidades son vagas. Pero responsables del STC acusaron al partido islamista Al Islah de haber matado a un comandante de la fuerza “Cordón de Seguridad”.

Desde hace tiempo, afirman que Al Islah se “infiltró” en el gobierno de Hadi.

Todas estas fuerzas, en cambio, forman parte desde 2015 de una coalición heterogénea arabo-sunita, dirigida por el poder saudita en Riad y el gobierno emiratí de Abu Dhabi, que lucha contra los rebeldes chiitas.

Los separatistas del STC nunca escondieron su hostilidad hacia el gobierno “corrupto” de Hadi.

Mohammed al Hadhrami, viceministro de Relaciones Exteriores del gobierno Hadi, declaró el sábado en Twitter que “lo que ocurre en la capital provisional de Adén es un golpe de Estado contra las instituciones del gobierno legítimo”.

– La “cuestión del sur” –

Adén era la capital de Yemen del Sur, un Estado independiente antes de su unificación con el Norte en 1990.

Según el ICG, los nuevos enfrentamientos dentro del bando antirrebeldes señalan “la necesidad urgente” de tratar “la cuestión del Sur” y de los secesionistas “ahora” en lugar de “esperar a una transición política posconflicto”.

La situación particularmente compleja de Adén refleja las ambigüedades de la coalición antirrebeldes, “unida contra un enemigo común pero fragmentada y sin identidad común”, subraya el ICG.

Incluso los sauditas y los emiratíes están divididos. Las unidades leales a Hadi reciben el apoyo de Riad, mientras que las STC y el “Cordón de Seguridad” son apoyadas por Abu Dhabi.

El sábado, el gobierno de Emiratos afirmó estar trabajando al máximo para lograr una distensión, “en calidad de socio activo de la coalición”.

Abdalá bin Zayed, ministro emiratí de Relaciones Exteriores, llamó a todas las fuerzas a concentrarse en la lucha contra los hutíes, considerados el enemigo principal.

Según el Comité Internacional de la Cruz Roja, unos 200.000 habitantes de Adén no tiene acceso a agua potable debido a los combates.

El conflicto en Yemen provocó decenas de miles de muertos, una mayoría de ellos civiles, según diversas fuentes humanitarias.

Alrededor de 3,3 millones de personas siguen desplazadas y 24,1 millones (el 80% de la población) necesitan asistencia, según la ONU, que denuncia la peor crisis humanitaria en el mundo.

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