AI: La desigualdad vacunal con África agravó la injusticia racial en 2021

Johannesburgo, 29 mar (EFE).- La situación de los derechos humanos en África siguió siendo «difícil» en 2021 debido a los conflictos armados y la pandemia de covid-19, que el continente tuvo difícil paliar por el desigual reparto de las vacunas, lo que agravó la injusticia racial mundial, denunció hoy Amnistía Internacional (AI).

«Cuando la tasa de vacunación superaba el 70 % en la Unión Europea, muchos países del Sur global aún estaban esperando el acceso a una primera dosis (…). Tal desigualdad vacunal a nivel mundial exacerbó aún más la injusticia racial», señaló la organización entre las principales conclusiones de su último informe anual sobre la situación global de los derechos humanos.

Presentado en Johannesburgo, el estudio de AI hizo hincapié en que «al final del año (pasado), menos del 8 % de la población total africana -unos 1.300 millones de habitantes- tenía la pauta completa» de inoculación.

La anteposición de los intereses particulares, por parte de los grandes poderes económicos y políticos, a los beneficios comunes dejó, según Amnistía, vacías las promesas de convertir 2021 en el año de la «recuperación» y la «curación».

Los efectos de este comportamiento los sufrieron sobre todo los más vulnerables, como los habitantes de África subsahariana, motivo por el cual la presentación de este informe se realizó este año en Sudáfrica, un país de la región.

«En ningún sitio se sintió esto más cruelmente que aquí», señaló la secretaria general de Amnistía Internacional, Agnès Callamard, durante la presentación del informe en Johannesburgo.

En esta región, a pesar de algunos avances, los derechos humanos siguieron siendo infringidos en muchos aspectos en 2021.

La covid-19 se usó, por ejemplo, como justificación para “reprimir el derecho a disentir y otras libertades” en muchos lugares.

En Esuatini (antigua Suazilandia), las protestas prodemocracia que vivió el país en 2021 -que se trataron de prohibir usando las restricciones pandémicas- dejaron al menos 80 muertos entre mayo y octubre pasados.

La pandemia coartó también el derecho de los niños a la enseñanza en muchas naciones africanas y ahondó la desigualdad de género.

Pero especialmente flagrantes fueron las violaciones en las zonas en conflicto, como la guerra en el norte de Etiopía o el azote del terrorismo yihadista en Burkina Faso, pasando por la cruenta actuación de decenas de milicias en la República Democrática del Congo.

En estas crisis, los ataques contra la población e infraestructuras civiles fueron “generalizados” y el uso de la violencia sexual como arma de guerra también fue un fenómeno habitual.

En Etiopía, por ejemplo, la organización pro derechos humanos denuncia “cientos de matanzas” tanto por parte de las fuerzas de seguridad nacionales como de las milicias, en “muchos casos por motivos de identidad étnica”.

Además, en casi todos los países, las personas responsables de crímenes y violaciones graves del derecho internacional gozaban de «impunidad», de acuerdo con AI.

Asimismo, durante la presentación del informe, la secretaria general de Amnistía se mostró «decepcionada» por la postura de muchos líderes africanos respecto a la guerra de Ucrania -sin condenar muchos la invasión por parte de Rusia- ya que, según ella, muestra falta de «liderazgo» a la hora de «reimaginar» un nuevo orden mundial.

Por último, AI recordó también en su informe que 2021 fue un año en el que África vio agravarse los efectos del cambio climático, especialmente en forma de sequías históricas como las que se vivieron en Angola o Madagascar. EFE

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