Al menos 530 agresiones a periodistas registradas en Colombia en 2024, según fundación
Bogotá, 9 feb (EFE).- Al menos 530 agresiones contra periodistas fueron registradas en 2024 en Colombia, informó este domingo la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), que mostró su preocupación porque esta cifra supone un notable aumento con respecto a las 470 de 2023.
Así se desprende del artículo ‘La censura de la nueva guerra’ escrito por los investigadores de la FLIP Juan Diego Cárdenas y César Paredes, que señalan que, del total de agresiones, «122 fueron cometidas por grupos criminales o delincuenciales, lo que representó un aumento del 51,8 % en la participación de estos actores en la violencia contra la prensa con respecto al 2023».
«Los ataques contra la prensa, que antes seguían esquemas de control más centralizados, han dado lugar a métodos de violencia más diversificados e impredecibles. Esta metamorfosis del conflicto no solo incrementa los riesgos para las y los comunicadores desde múltiples flancos, sino que también amplifica el impacto sobre la sociedad», expresaron los autores.
Periodistas asesinados, amenazados y desplazados
El artículo de la FLIP, publicado con motivo del día del periodista que se celebra este domingo en Colombia, recordó que el año pasado fueron asesinados tres periodistas, uno de ellos Jaime Vásquez, veedor ciudadano y reportero de Cúcuta, capital de Norte de Santander (departamento fronterizo con Venezuela), cuyo crimen fue cometido «en una coyuntura criminal altamente atomizada».
También fueron víctimas de la violencia Mardonio Mejía, uno de los periodistas más reconocidos del departamento caribeño de Sucre, y Jorge Méndez, comunicador comunitario de la convulsa región del Catatumbo, en Norte de Santander.
La Fundación también advirtió que la cifra de periodistas que sufrieron desplazamiento forzado aumentó un 900 % el año pasado, cuando fueron registrados 20 casos, mientras que en 2023 apenas habían sido informados dos.
«Este es el caso de territorios como (los departamentos de) Caquetá y Arauca, donde el incremento de las confrontaciones armadas entre dos o más grupos ha provocado tácticas de violencia en las que los actores armados muestran con mano dura las consecuencias de no acogerse a las reglas de control sobre la información que se han levantado en medio de los conflictos regionales», agregó el informe.
En 2024 también fueron amenazados 122 comunicadores, un cifra que casi duplica los 64 de 2023, por la acción de los grupos armados, lo que refleja «no solo un creciente desdén hacia las posibles consecuencias de sus acciones, sino también la limitada capacidad del Estado para responder de manera efectiva».
Para el editor de noticias del diario La Patria y expresidente del Consejo Directivo de la FLIP Fernando Ramírez, citado en el artículo, lo que sucede es consecuencia de la proyección de nuevos conflictos armados regionales en Colombia y sus características propias.
«Antes cuando había un grupo dominante los periodistas más o menos aprendían a sobrevivir y a casi que caminar sobre cáscaras de huevo para tratar de hacer el mejor periodismo en ese escenario. Pero cuando hay varios grupos, cuando hay tantos elementos, esto complica la vida para el periodista porque es más difícil saber cómo proceder», explicó el editor. EFE
jga/joc/mb