Al menos diez muertos en un campo de desplazados al caer bombas por el conflicto de RDC
Kinsasa, 26 ene (EFE).- Al menos diez personas, incluidos niños y mujeres, murieron este domingo al caer bombas en un campo de refugiados en el noreste de la República Democrática del Congo (RDC), donde libran intensos combates desde hace días el Ejército congoleño y el grupo rebelde Movimiento 23 de marzo (M23), informaron las autoridades locales.
El suceso ocurrió en el campo de Rusayo 1, a unos quince kilómetros de Goma, capital de la provincia de Kivu del Norte, hacia donde avanza el M23, que amenaza con tomar la ciudad.
«Las bombas cayeron a las 11:00 (hora local, 09:00 GMT). Hasta el momento, hemos contabilizado diez muertes. Todavía hay algunos cadáveres enterrados y hay muchos heridos», afirmó el jefe de la localidad de Rusayo, Janvier Banguma.
«Estamos esperando que lleguen las ambulancias para evacuar a las víctimas», explicó Banguma, citado por medios locales.
Las imágenes del campo, que alberga a miles de desplazados por el conflicto, publicadas en redes sociales muestran tiendas de campaña rotas, objetos personales esparcidos y supervivientes en estado de conmoción.
En la zona combaten el M23 y las Fuerzas Armadas de la RDC (FARDC), apoyadas por milicias afines y dos misiones de paz: la de la ONU (Monusco) y la de la Comunidad de Desarrollo del África Meridional (SADC), conocida como SAMIDRC.
Según la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), el aumento de los combates ha desplazado a 400.000 personas en las últimas tres semanas, lo que se suma a los más de cuatro millones de desplazados que ya hay en el este del país.
En una señal de creciente preocupación internacional, el Consejo de Seguridad de la ONU se reúne este domingo para analizar la crisis, un encuentro previsto inicialmente para el lunes.
Aunque las autoridades ruandesas niegan la presunta colaboración de Kigali con el M23, este extremo ha sido confirmado por las Naciones Unidas.
A su vez, Ruanda y el M23 acusan al Ejército congoleño de cooperar con el grupo rebelde Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), fundado en 2000 por cabecillas del genocidio de 1994 y otros ruandeses exiliados en la RDC para recuperar el poder político en su país, una colaboración también confirmada por la ONU.
La actividad armada del M23 se reanudó en noviembre de 2021 con ataques relámpago contra el Ejército congoleño en Kivu del Norte, y en marzo de 2022 el grupo empezó una ofensiva con la captura y pérdida recurrentes de localidades.
Desde entonces, el M23 ha avanzado por varios frentes hasta situarse cerca de Goma, capital de unos dos millones de habitantes que es sede de ONG internacionales e instituciones de la ONU y que el grupo ya ocupó durante diez días en 2012.
Desde 1998, el este de la RDC está sumido en un conflicto alimentado por milicias rebeldes y el Ejército, a pesar de la presencia de la Monusco. EFE
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