De Colombia al polo surafricano
Este 1° de septiembre entra en funciones el nuevo embajador suizo en Sudáfrica, Viktor Christen, tras cuatro años a la cabeza de la representación diplomática helvética en Bogotá.
En conversación con swissinfo, Christen habla de las diferencias entre su misión pasada y la que inicia en Pretoria.
Este año, Sudáfrica festeja una década de vida democrática. La transición pacífica del Apartheid al sendero de la democracia resulta ser un rayo de esperanza en el mundo.
El nuevo embajador suizo en Pretoria se encuentra con un país que, tras las elecciones del 14 de abril pasado, logró aún mayor estabilidad política.
Sin embargo, el legado del Apartheid dejó profundas huellas en lo económico y en lo social, difíciles de disipar en lo inmediato.
swissinfo: Permaneció como embajador en Colombia durante cuatro años y medio. ¿De qué país llega usted?
Víktor Christen: Vengo de un país que se encuentra desde hace muchos años inmerso en una permanente guerra civil. Allí, Suiza intentó ayudar a calmar la situación conflictiva con ciertas iniciativas de mediación.
En Colombia se encontró en una situación de guerra civil; en Sudáfrica en un ambiente de alto nivel de criminalidad, pobreza y un inmenso problema de Sida. ¿Se alegra de su nuevo puesto?
Sí, absolutamente. Antes de mi estancia en Colombia tuve la posibilidad de iniciar diversos proyectos a favor de la paz en Sudáfrica.
Otra motivación más en mi nuevo trabajo es el hecho de que, luego de venir de un país que se encuentra aún en medio de un conflicto, puedo llegar a otro que, en realidad, ya superó el propio y ahora se encuentra en una situación de postconflicto. Eso significa, naturalmente, que no todos los problemas han sido solucionados.
¿Dónde ve los problemas?
Sobre todo, destaca el problema del Sida y sus consecuencias demográficas, las cuales, hace una década, resultaban inimaginables. 70% de los enfermos de Sida se encuentran ubicados al sur africano.
¿Suiza puede hacer algo contra el problema del Sida en Sudáfrica?
Suiza intenta ayudar en dos niveles: Es activa en el sector de la prevención, con el apoyo a proyectos de investigación sobre medicamentos, y en el proceso curativo.
Formamos parte del acuerdo de la Organización Mundial de Comercio (OMC) que, al menos, encontró un camino de colaboración con el gobierno sudafricano.
Con él, las víctimas de esta enfermedad tienen acceso a los medicamentos necesarios para prolongar su sobrevivencia y esto, de forma gratuita o, al menos, bajo condiciones muy ventajosas.
En cuanto a la criminalidad, Sudáfrica tiene uno de los más altos niveles. ¿Tiene miedo?
Miedo no es la palabra correcta. Tengo, con seguridad, un cierto respeto ante la situación en Sudáfrica. Pero ya sabe usted de que país vengo (sonríe). En Bogotá podía moverme sólo en un avión blindado y; a pie, acompañado de policías.
La cuestión de la seguridad en Sudáfrica es de alguna forma más simple que en Colombia, pero sé que es real. Y hay que tener cuidado.
Se debe ser consciente de ello y adaptarse. Mi esposa y yo pondremos todo de nuestra parte, lo que, naturalmente, no quiere decir mucho para la solución del problema.
En ese sentido, estoy muy satisfecho con los proyectos que sostiene Suiza en un intento para influir en la disminución de los altos niveles de criminalidad.
La economía suiza estuvo muy presente en Sudáfrica en tiempos del Apartheid y nuestro país permaneció apartado de las sanciones internacionales contra Pretoria, con lo que cosechó duras críticas. Ante el alto nivel de desempleo y pobreza en Sudáfrica, ¿Suiza no debería hacer algo?
Este es, con seguridad, un punto importante que, en mi posición, no puedo dejar de lado. Al respecto, aún no tengo receta alguna; primero debo introducirme en mi nueva responsabilidad.
Suiza es, hoy por hoy, el quinto mayor inversor en Sudáfrica. Me parece que -con el mandato para incentivar la inversión de la Secretaria de Estado de Economía (Seco), dado a la Organización Suiza para Favorecer la Inversión (SOFI en su sigla anglófona)-, Suiza cuenta con un instrumento para atraer a las pequeñas y medianas empresas suizas (PyMES) a la inversión en Sudáfrica.
No se trata sólo de los grandes consorcios multinacionales de los que siempre se habla, también con relación a las aclaraciones en torno al asunto del Apartheid. El futuro de ese país –casi como en Suiza- quedará inscrito con la participación de las PyMES. Si Suiza interviene aquí, presumiblemente será de muy especial interés para Sudáfrica.
¿Y cuáles son los lados positivos?
Veo a Sudáfrica, en muchos sentidos, como polo del subcontinente sudafricano. Con su nivel de desarrollo y su ‘saber hacer’, el país se presta para fungir un papel de promotor en favor de sus países vecinos, sumergidos en la pobreza.
Y Sudáfrica se esfuerza también mucho en realizar ese papel con toda responsabilidad y en armonía con los países de la región.
Sudáfrica es actualmente una destinación turística muy apreciada. ¿Se alegra del bello paisaje que le espera?
Viajar a través del país es una de las tareas de un diplomático, pese a que en Colombia resultaba extremadamente difícil. Me alegro, desde ahora, de poder explorar Sudáfrica y sus bellos paisajes, en compañía de mi esposa.
swissinfo, Jean-Michel Berthoud
(Traducido por Patricia Islas Züttel)
Más de 40 millones de personas viven en Sudáfrica:
77% de raza negra
11% blancos
9% trigueños
3% de origen indígena
En 2003, Suiza destinó en programas de desarrollo en Sudáfrica 12.200.000 francos.
Este 2004, Pretoria festeja una década de libertad democrática.
Pese al fin pacífico del Apartheid y la situación política estable, existen preocupaciones tales como el Sida, la pobreza, el desempleo y la criminalidad.
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