Las disputas del clan Dos Santos se agravan por el entierro del expresidente
Luanda, 9 jul (EFE).- El lugar de entierro del expresidente de Angola José Eduardo dos Santos, fallecido el viernes en una clínica de Barcelona, está agravando las severas disputas en el seno de su familia, dividida entre quienes defienden que repose en Angola o que permanezca en la urbe española.
Según explicaron este sábado a Efe fuentes del entorno de los Dos Santos, la hija Welwistchia dos Santos (más conocida como “Tchizé”) y otros familiares acusan a la última esposa del patriarca, Ana Paula dos Santos (de la que se encontraba informalmente separado), y a sus hijos de connivencia con actual el Gobierno para trasladar el féretro a Angola.
De acuerdo a Tchizé dos Santos, la voluntad del expresidente era permanecer en Barcelona para evitar un «aprovechamiento político» de su muerte (que se ha producido, además, a menos de dos meses de la celebración de elecciones generales en el país africano).
La oposición de esta facción del clan a un entierro en Angola también está relacionada con que consideran que, desde la salida del poder de Dos Santos en 2017, hubo una persecución por parte de la Justicia angoleña contra ellos (por sus numerosos escándalos de corrupción).
En línea con esta postura y con otros desencuentros y acusaciones precedentes, Tchizé dos Santos pidió a la clínica barcelonesa Teknon, donde Dos Santos falleció, que preserve su cadáver hasta que se realice una autopsia, ante el temor de que pueda ser trasladado a su país.
Esta misma integrante de la familia había interpuesto esta semana una denuncia en España para que se investigue si hubo otros factores desencadenantes en la muerte de su padre y se había manifestado públicamente en contra de desconectarlo del soporte vital que lo mantenía con vida en las últimas semanas.
La denuncia contempla una posible conspiración para eliminar al expresidente angoleño para evitar su apoyo a la oposición en las elecciones de agosto próximo, con potenciales delitos de homicidio en grado de tentativa, omisión del deber del socorro, lesiones por imprudencia grave y revelación de secretos por parte de su entorno.
Estas acusaciones han tenido eco entre los simpatizantes de Dos Santos en su país y, este viernes, en las calles de Angola brotaron algunas manifestaciones en las que los participantes clamaban que se había asesinado al expresidente.
Por su parte, el Gobierno angoleño anunció varios días de luto nacional (cinco inicialmente, pero aumentados después a siete) y está planificando actos fúnebres en el país.
Para discutirlos con la familia el actual presidente, João Lourenço, envió a España a su ministro de Estado, Francisco Pereira Furtado.
También se encuentra en Barcelona el fiscal general de la República, Hélder Pita-Grós.
Dos Santos gobernó Angola con mano de hierro entre 1979 y 2017 y fue uno de los mandatarios africanos que permaneció durante más tiempo en el poder.
Su gobierno estuvo marcado por altos niveles de corrupción y nepotismo.
En 2017, renunció a presentarse a un nuevo mandato presidencial en Angola y Lourenço lo sucedió en el cargo tras ganar las elecciones en para su mismo partido, el Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA), que lleva gobernando la nación desde su independencia de Portugal en 1975. EFE
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