Argel celebra la guerra de la Independencia con una política más beligerante
Nacera Ouabou
Argel, 1 nov (EFE).- Argelia celebra hoy el 67 aniversario del inicio de la sangrienta revolución que condujo a la independencia de Francia en 1962 con una política exterior más beligerante y nacionalista, marcada por la ruptura de relaciones diplomáticas con Marruecos, el enfrentamiento político con Francia y el deseo de recuperar la influencia en el norte de África y en el Sahel, la frontera que más preocupa a la Unión Europea.
Uno de los efectos más relevantes de esta nueva geoestrategia es el cierre hoy del Gasoducto Magreb-Europa (GME), inaugurado el primero de noviembre 1996 y que suministraba gas a España y Portugal a través de Marruecos.
El cierre y el fin del contrato supone un importante golpe para la economía marroquí, que pierde unos 200 millones de dólares anuales en derechos de paso y parte del gas con el que producía el 10% de su electricidad.
Y extendido la inquietud sobre el futuro energético en España, pese que el régimen argelino ha dado garantías a Madrid de que proseguirá con el suministro a través del gasoducto de Medgaz, que une directamente a los dos países, y de buques metaneros, y de que mantendrá «los contratos ya firmados», sin citar los futuros.
“Lamentablemente, Marruecos no ha estado a la altura de la ambición histórica y estratégica del grandioso proyecto del gran Magreb que tomó como rehén y luego hundió por despecho en relación con la cuestión del Sáhara Occidental, que ocupa ilegalmente”, denunció hoy el enviado espacial de la presidencia argelina para el Magreb y el Sahara Occidental, Amar Belani, quien advirtió que se trata de una decisión a largo plazo, como el cierre de la frontera común en 1994.
CONFLICTO CON FRANCIA
El renovado régimen argelino ha intensificado también su política hostil hacia Francia, su antigua colonia, tanto desde el punto de vista político como de la memoria.
En este sentido, Argel ha prohibido a los aviones militares franceses sobrevolar su territorio, una decisión que revela su interés en recuperar la influencia perdida en el Sahel durante los seis años de la enfermedad del presidente Abdelaziz Buteflika, obligado a abandonar el poder en 2019.
La exclusión complica las operaciones bélicas de Francia en Mali, Níger y el resto del Sahel, donde el Ejército francés ha comenzado a retirarse tras dos operaciones de largo recorrido fallidas.
Y los planes de París y del resto de socios de la Unión Europea, que apuestan por la militarización de las fronteras de estos países como vía para tratar de atajar los flujos migratorios y controlar los movimientos yihadistas que se desarrollan en la zona.
Al tiempo que complica el despliegue europeo, Argelia ha tomado otras dos decisiones militares relevantes: a finales del pasado año, enmendó la Constitución e introdujo un artículo que permite a su Ejército actuar por primera vez más allá de sus fronteras nacionales -en misiones de paz y operaciones multinacionales.
Semanas atrás, se informó de que había firmado un acuerdo secreto con Rusia para facilitar el tránsito a través de su territorio, rumbo al sur, a los mercenarios del «Wagner Group», un grupo de seguridad privada propiedad de Yevgueni Prigozhin, oligarca amigo íntimo del presidente ruso, Vladimir Putin, que actuó en las guerras de Ucrania y Siria, está muy presente en la actualidad en Libia y países como Sudán o la República Centroafricana, y que ha comenzado a penetrar en Mali y Niger.
«Argelia sabe que tiene una ventaja geográfica sobre sus vecinos, y en particular respecto a su gran rival en la región, que es Marruecos», explica a Efe un analista militar europeo afincado en el país.
«La normalización marroquí con Israel y el conflicto en el Sahara Occidental van a ser dos de los grandes pilares para socavar la influencia de Rabat en el mundo árabe y África», agrega el experto, que prefiere no ser identificado.
EL LEGADO DE LA MEMORIA
La memoria y el relato de la historia es el otro campo en el que Argel ha intensificado su batalla en los últimos meses, presionando a Francia para que admita los errores del pasado.
«El eco de la lucha armada de Argelia contra el colonialismo resonó en todo el mundo, cuando los convoyes de nuestros mártires aplastaron todo lo que la Francia colonial había movilizado: terrorismo con la fuerza de las armas, terror a través del genocidio, violaciones, torturas y los peores crímenes de tierra arrasada en la historia de la humanidad moderna”, declaró hoy el presidente argelino.
«Los sacrificios de nuestros mártires y nuestros muyahidines, así como el sufrimiento de nuestro pueblo bajo el colonialismo opresivo, deben ser una fuente de inspiración», agregó el mandatario en un estrategia que además de espolear el nacionalismo trata de salvar al país de la severa crisis económica, política y social que padece. EFE
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