Periodistas y activistas reclaman a Varsovia acceso a la frontera bielorrusa
Miguel Ángel Gayo Macías
Cracovia (Polonia), 14 nov (EFE).- El gobierno polaco mantiene restringido el acceso a la frontera con Bielorrusia a periodistas y organizaciones de ayuda, una situación que ha provocado las quejas de ambos colectivos y arroja dudas sobre la información disponible en esta crisis migratoria, política y humanitaria.
El viceministro polaco de Interior, Błażej Poboży, explicó este domingo que, tras «una de las noches más tranquilas desde la escalada de la crisis» que se vive en la frontera polaco-bielorrusa, se produjeron 72 detenciones de inmigrantes que intentaron penetrar en territorio polaco de manera ilegal durante la noche.
El dato corregía unas informaciones divergentes difundidas apenas unos minutos antes por la policía y la Guardia de Fronteras, lo que Poboży atribuyó a «una cuestión de comunicación».
El portavoz del ministerio de Asuntos Especiales, que coordina los operativos en esta crisis, difundió la noche del sábado en sus redes sociales que un soldado polaco había muerto de servicio en la frontera por un disparo en el que «no hubo implicadas terceras partes», sin aclarar en qué circunstancias.
Ejemplos como éstos se suceden en medio de las dificultades informativas en torno a la frontera oriental polaca, donde la única fuente de datos, imágenes y testimonios es el propio Gobierno. El 2 de septiembre se impuso el estado de alarma en más de 180 municipios y, la semana pasada, se prohibió totalmente el acceso a los puntos más conflictivos.
La circunstancia es criticada tanto por periodistas como organizaciones de asistencia humanitaria, que no puede acceder de manera legal o segura a un lugar donde se concentra gran parte de la atención informativa y se vive una situación tensa e impredecible.
El periodista polaco Wojciech Bojanowski, enviado especial del canal de televisión TVN a lugares como Lesbos, Ceuta y Melilla o la costa libia, donde se han dado situaciones de crisis migratoria, explicó a Efe que nunca había experimentado «una situación en la que, por tensa y difícil que fuese, hubiera un área tan grande restringida a la cobertura de los medios independientes».
«Las autoridades de toda Europa, excepto Polonia, han entendido que la información imparcial está funcionando en beneficio del gobierno, al centrar la atención internacional en los problemas que enfrentan los funcionarios, quienes muy a menudo tienen que usar la fuerza contra los inmigrantes», afirma el reportero. Añade que «para su propio beneficio, los procedimientos deben ser lo más transparentes posible y aquí es donde los periodistas con sus ojos y cámaras podrían ser útiles».
Al igual que otros periodistas polacos y extranjeros, Bojanowski considera que «ésta es una de las cosas más importantes del momento en Europa y todos los espectadores tienen derecho a saber qué está pasando realmente». «Depender únicamente de la propaganda bielorrusa y los vídeos oficiales (difundidos desde) el lado polaco» impiden acceder a una «información confiable e imparcial».
LA DIFÍCIL TAREA HUMANITARIA
Por su parte, Wojtek Wilk, de la Fundación humanitaria polaca PCPM (Centro Polaco para la Ayuda Internacional), subrayó en un mensaje a Efe que esa organización «se centra en la ayuda médica y humanitaria que salva vidas» y declinó hacer comentarios sobre lo que considera una «situación política».
Otras organizaciones, como la polaca Ocalenie («refugio») han manifestado su malestar por la prohibición de acceso a la zona por parte de activistas humanitarios. El pasado viernes, una representante de esa fundación leyó públicamente una carta escrita por un inmigrante iraquí acampado junto a la frontera, quien afirmaba temer por su vida si se aventuraba a cruzarla y denunciaba la mala situación de los inmigrantes en la zona.
Según estimaciones del Gobierno polaco, desde hace semanas hay más de 800 personas asentadas en precarias condiciones en la franja de territorio bielorruso que adyacente con la provincia polaca de Podlasia (este), una de las tres regiones polacas fronterizas con Bielorrusia.
El viceministro polaco de Exteriores, Piotr Wawrzyk, replicó en varias ocasiones que si los medios de comunicación desean informar desde la frontera «nada las impide ir a Bielorrusia y hacerlo desde allí».
El estado de emergencia, que no había sido impuesto en Polonia en los últimos 30 años, fue impuesto el 2 de septiembre por 30 días, y un mes más tarde fue extendido por dos meses más, hasta el 2 de diciembre.
La Constitución polaca no permite una segunda extensión de esta medida, pero el Ejecutivo polaco ya ha anunciado que, durante los 6 a 8 meses que durará la construcción de un muro fronterizo, se aplicará un régimen especial de accesos y pernoctas en toda el área que mantendrá gran parte de las limitaciones. EFE
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