Bolsonaro enfrenta juicio que puede inhabilitarlo para próximas elecciones
El expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro enfrenta a partir del jueves un juicio que puede inhabilitarlo para ejercer cargos públicos por ocho años y dejarlo fuera de las elecciones brasileñas de 2026.
El Tribunal Superior Electoral (TSE) empieza a decidir sobre un caso abierto contra el exmandatario (2019-2022) por ataques proferidos contra el sistema electoral de urnas electrónicas durante una reunión con diplomáticos en julio de 2022, tres meses antes de las presidenciales en las que fue derrotado por el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva.
Bolsonaro dijo entonces, ante representantes de países como Francia y España, así como de la Unión Europea (UE), que buscaba «corregir fallas» del sistema de votación para garantizar su «transparencia», en un discurso de casi una hora en el Palacio de la Alvorada, residencia oficial, transmitido por el canal oficial de TV.
«Tenemos tiempo de resolver el problema, con la propia participación de las Fuerzas Armadas», dijo el entonces mandatario, que acompañó el discurso con una presentación de PowerPoint con alegaciones de irregularidades en el sistema electoral, sin el respaldo de ninguna auditoría.
La fiscalía pidió que Bolsonaro sea declarado «inelegible» debido a «abuso de poder político y uso indebido de los medios de comunicación», en tanto que pidió la absolución del general de reserva Walter Braga Netto, excandidato a vicepresidente de Bolsonaro también incluido en el caso.
– Votos en contra –
El ultraderechista atacó sin pruebas el sistema vigente de urnas electrónicas debido a su presunta vulnerabilidad, que según él podía servir para manipular el resultado electoral en su contra.
Ese argumento atizó a parte de sus seguidores radicalizados, que el 8 de enero de 2023, días después de la toma de posesión de Lula, invadieron las sedes de los tres poderes en Brasilia.
En caso de que los siete jueces del TSE no emitan sus votos este jueves, un escenario probable, están previstas otras dos sesiones plenarias para completar el juicio, el 27 y 29 de junio. Tampoco se descarta un aplazamiento del proceso.
Se da casi por descontado que Bolsonaro será condenado, dijeron a la AFP dos fuentes judiciales que han seguido el trámite.
«La duda es cuántos votos en contra tendrá», aclaró una de ellas.
La misma aseguró que no se prevé el jueves la comparecencia de Bolsonaro.
Con una inhabilitación de su principal líder, la derecha brasileña, que representa la mitad de los electores, podría fracturarse, según analistas.
Bolsonaro obtuvo más de 58 millones de votos en la segunda vuelta de 2022 y perdió por una diferencia de 1,8% frente a Lula. Los partidos conservadores dominan además el actual Congreso.
«El riesgo de división en el campo de la derecha y ultraderecha existe, porque no hay ningún presidenciable natural, heredero de Bolsonaro», dijo Leandro Consentino, profesor del instituto Insper de Sao Paulo.
«Pero (Bolsonaro) se convertirá en un activo importante para atraer votos para el eventual elegido», agregó.
– «¿Mártir?» –
Bolsonaro ha admitido públicamente la posibilidad de un revés, aunque anticipó que intentará seguir gravitando en la política.
«Nadie va a cambiar nuestra manera de actuar (…) Sabemos cómo es la justicia en Brasil. Pase lo que pase, nos preparamos para buscar alternativas», dijo el expresidente la semana pasada en un acto del Partido Liberal (PL) en Brasilia.
La del TSE será la primera de una serie de decisiones que podrían recaer sobre el exmandatario, de 68 años, quien enfrenta más de una decena de procesos administrativos en el tribunal electoral.
Además es objeto de cinco investigaciones en el Supremo Tribunal Federal, con penas susceptibles de prisión, incluyendo una por su presunto papel como autor intelectual de la asonada del 8 de enero.
El profesor del Insper aseguró que Bolsonaro podría recurrir una eventual condena ante el TSE, con pocas posibilidades de éxito.
Agregó además que podría presentarse como un «mártir» para mantener viva su popularidad.
«Bolsonaro intentará mantener cautivada a su base más dura de seguidores asegurando que es un perseguido político», agregó.
Su némesis político, Lula da Silva, ganó por tercera vez la presidencia el año pasado tras pasar 18 meses en la cárcel entre 2018 y 2019 por corrupción, antes de ser liberado por orden de la Corte Suprema.