Boric llama a la unidad política tras desvelar estatua de expresidente Aylwin
Santiago de Chile, 30 nov (EFE).- El presidente chileno, Gabriel Boric, desveló hoy en el Palacio de La Moneda la estatua del exmandatario Patricio Aylwin, considerado el padre de la transición en Chile, acto que aprovechó para reivindicar las importantes reformas de pensiones y salud que ha propuesto y pedir a todos los partidos políticos que abandonen las trincheras.
En un pequeño discurso pronunciado ante todo el espectro de las fuerzas políticas y plagado de llamadas de atención y alusiones a la historia del republicanismo, el mandatario pidió que dejen de un lado la batalla ideológica y trabajen en pos «de un Chile en el que quepan todos».
Una patria fundamentada en el diálogo entre contrincantes y en favor del pueblo, en el que quepa la crítica constructiva y prime el beneficio de la gente como hizo Aylwin, primer presidente elegido de forma democrática tras el fin de ladictadura liderada por el general Augusto Pinochet (1973-1989), explicó.
Se «requiere de gobernantes dispuestos a la escucha, al diálogo y al entendimiento que trascienda al oficialismo y abarque a todos los sectores políticos y sociales. He dicho, y reitero, tomando esa enseñanza, que quiero ser el Presidente de todos los chilenos», subrayó.
«Y para el cumplimiento de este designo republicano, es necesario salir de las propias trincheras. Y quiero aprovechar esta instancia para invitar a todos y a todas a hacer lo mismo: al oficialismo, a la oposición, a la ciudadanía, a los sectores empresariales», recalcó.
Al hilo de este argumento, Boric subrayó que «tenemos por delante la tarea común, como la tuvo en su momento, con otros desafíos, el expresidente Aylwin de construir un Chile donde quepan todas y todos. De eso se trata la reforma tributaria, la de pensiones y la de salud».
«Pero nuestro mandato, sabemos, no es solamente empujar las reformas, sino también lograr que se aprueben y para ello hay que construir puentes (…) eso requiere dialogar y tener la valentía de dialogar con quienes piensan distinto a uno, tejer acuerdos, restablecer las confianzas», añadió.
«Esa es la tremenda magnitud del desafío y la política debe estar a la altura. Hoy enfrentamos desafíos distintos, el descrédito de la democracia y la tentación de liderazgos facilitan un caudillismo que promueve caminos sin salida. No estamos exentos de eso. Los problemas de la democracia se resuelven con más democracia», concluyó.
Aylwin (1918-2016) fue un abogado, jurista y político demócrata cristiano que presidió el Senado entre enero de 1971 y mayo de 1972, durante el mandato del socialista Salvador Allende, derrocado y muerto en el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 que encabezó Pinochet.
En 1989, tras perder Pinochet el plebiscito que él mismo convocó sobre su continuidad como jefe del Estado, lideró la candidatura de la Concertación de Partidos por la Democracia que ganó las elecciones un año después.
Durante su presidencia (1990-1994), en un periodo complejo en el país con Pinochet todavía como jefe del Ejército con enorme poder, afrontó la compleja misión de restablecer la democracia bajo la mirada vigilante de las Fuerzas Armadas.
Las nuevas generaciones le achacan, a este respecto, su tibieza con los militares, la aceptación de las leyes que facilitaban la impunidad y las lagunas de la Comisión Nacional de la Verdad y la Reconciliación, creada para esclarecer los crímenes contra los derechos humanos cometidos durante la dictadura. EFE
jm/fpa
(foto)(vídeo)
© EFE 2022. Está expresamente prohibida la redistribución y la redifusión de todo o parte de los contenidos de los servicios de Efe, sin previo y expreso consentimiento de la Agencia EFE S.A.