Queda prohibido en Bosnia negar crímenes de guerra y el genocidio
Sarajevo, 23 jul (EFE).- El alto representante internacional para Bosnia-Herzegovina, Valentín Inzko, impuso este viernes una enmienda al Código Penal del país balcánico por la que queda prohibido negar el genocidio y los crímenes de guerra cometidos en el país y glorificar a criminales de guerra.
«Quien apruebe, niegue, disminuya significativamente o trate de justificar el crimen de guerra de genocidio, el crimen de lesa humanidad o un crimen de guerra, determinado por una sentencia confirmada, será castigado con pena de prisión de seis meses a cinco años», señala el texto con el que Inzko ha complementado el Código Penal bosnio.
Esta prohibición no pudo ser adoptada hasta ahora ante la oposición de los representantes serbobosnios del país balcánico, devastado entre 1992 y 1995 por la guerra.
Inzko, un diplomático austríaco de origen esloveno, ha recurrido a sus competencias especiales como alto representante para imponer el anexo al código penal, pocos días antes de que el 1 de agosto expire su mandato y sea reemplazado por el alemán Christian Schmidt.
El líder serbobosnio, Milorad Dodik, rechazó inmediatamente el decreto del alto representante internacional y negó el genocidio de Srebrenica, cuando fueron asesinados más de 8.000 varones bosnios musulmanes a manos de tropas serbias.
«El genocidio no ha ocurrido y eso es una evaluación duradera de todos nosotros. No vamos a sucumbir a las decisiones que provienen del alto representante», dijo en declaraciones a la televisión regional N1 el miembro serbio de la presidencia serbia.
Con su decisión de hoy Inzko «ha cerrado el féretro de Bosnia-Herzegovina», dijo Dodik y anunció que la República Serbia de Bosnia iniciará ahora el proceso de separación del país.
«Inzko continúa cometiendo crímenes contra el pueblo serbio. Con esto ha mostrado que odia a los serbios», dijo Dodik y llegó a acusar al padre del diplomático austríaco de haber sido miembro de la Gestapo, la policía secreta nazi.
En Belgrado, el ministro serbio del Interior, Aleksandar Vulin, dijo que la decisión de Inzko es un «acto de venganza», que debe ser «impedida o ignorada».
Por su parte, representantes bosnios musulmanes elogiaron la decisión del alto representante.
«Por fin hay base legal para castigar a los que niegan el genocidio. Inzko puede irse ahora de este país como alguien que será inscrito en su historia», dijo el presidente de la Asamblea de Srebrenica, Camil Durakovic. EFE
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