Bitcoin, una inspiración para la renovación del franco suizo
El auge experimentado por las criptomonedas ha inspirado el rediseño del dinero por parte de los bancos centrales y las empresas, una tendencia que incluye al franco suizo. La meta es integrar las tecnologías más modernas.
Suiza está bien posicionada para liderar el cambio, ya que facilitó el establecimiento de una red de empresas dedicadas a las criptomonedas que se conocen colectivamente como Cripto Valle (Crypto Valley), que están habituadas a interactuar con el sector financiero tradicional.
Los banqueros suizos están entusiasmados con la forma en la que la cadena de bloques de tecnología de registro distribuido (DLT en inglés) podría automatizar tareas que hoy consumen mucho tiempo, como el procesamiento de transacciones, y abrir simultáneamente nuevos caminos para los negocios.
“La cadena de bloques va a cambiar nuestro negocio de forma fundamental, todo el mundo está investigando al respecto”, dijo a SWI swissinfo.ch Grégoire Bordier, presidente de la Asociación de Bancos Privados Suizos (ABPS).
«Un pilar fundamental de la competitividad de la industria financiera son las tecnologías de la información (TI). Una de las razones por las que Suiza dio la bienvenida a la creación de un Cripto Valle fue mantenerse siempre en la jugada durante la constante evolución de las TI”.
Diseños diferentes
Los objetivos son acelerar las transacciones financieras, reducir las comisiones y automatizar los distintos procesos de la cadena financiera. ¿Qué implicará esto para los bancos, comerciantes y ciudadanos de a pie? Esto dependerá del diseño exacto que tenga el nuevo dinero digital.
Los creadores del bitcoin inventaron también la cadena de bloques para otorgar a los usuarios el control total sobre su dinero y la libertad de gastarlo sin tener que pasar obligatoriamente por un banco. Algo parecido a entregar dinero físico a alguien, pero en este caso en el universo digital.
Existen también otro tipo de criptodivisas, llamadas criptomonedas estables (stablecoins), que buscan limitar las oscilaciones bruscas al vincularse a divisas tradicionales, u otros activos, que les permiten mantener estable su valor (ver la siguiente animación).
Aún no hay franco digital respaldado por el Estado
Los gobiernos y los bancos centrales temen perder el control del dinero frente a esta nueva clase de efectivo digital privado. Por ello, muchos países han adaptado sus regulaciones financieras para impedir que los usuarios de los bitcoins se escabullan a los controles para evitar el lavado de dinero y el fraude.
Pero el mundo financiero tradicional anticipa en la DLT una oportunidad de mantener su ventaja competitiva. Así que las criptomonedas han abierto una caja de Pandora en la experimentación con el dinero.
De cara al surgimiento del bitcoin, el Banco Nacional de Suiza (BNS) es uno de los muchos bancos centrales que sí se han aventurado en el presente a probar las llamadas Monedas Digitales de los Bancos Centrales (CBDC en inglés), que son un tipo de criptodivisa controlada y respaldada por el Estado.
Una encuesta realizada recientemente por el Banco de Pagos Internacionales (BIS en inglés) entre 86 institutos centrales concluyó que el 93% está experimentando con las CBDC. Muchos bancos centrales han intensificado su actividad en este ámbito para responder al creciente entusiasmo que despierta el bitcoin y ante la llegada de otras divisas digitales privadas, como el desaparecido Proyecto Libra/Diem de Facebook, que en su día echó raíces en Ginebra.
Los posibles usos del dinero digital son diversos: sustituir al efectivo físico, rastrear de forma más eficiente los flujos financieros de origen delictivo o permitir a los habitantes de países con sistemas bancarios frágiles gestionar sus finanzas a través de los teléfonos digitales inteligentes.
De acuerdo con Thomas Eichenberger, director de Producto del Sygnum Bank, entidad especializada en activos digitales, la DLT también es capaz de ofrecer a los ciudadanos un mejor acceso y alternativas para prestar, pedir créditos y realizar transacciones con sus activos. “Una mejor experiencia para el usuario y un menor coste serían las consecuencias naturales de una financiación sin intermediarios”, declaró a SWI swissinfo.ch
La intención es buena en el papel, pero la sola idea de que los bancos centrales sustituyan los billetes impresos y monedas acuñadas por nuevas versiones de dinero digital hace saltar las alarmas en todo el mundo.
¿Un ataque al dinero en efectivo?
En Suiza, el Movimiento Libertario Suizo lanzó una iniciativa popular llamada «El efectivo es libertad», sus postulados reclaman una protección constitucional para el dinero físico.
El Movimiento Libertario Suizo teme que, con el tiempo, se abuse del dinero digital ejerciéndose un control sobre los pagos de la gente, borrando el anonimato que ofrece el efectivo físico.
Patrick Schueffel, profesor del Instituto de Finanzas de la Escuela de Administración de Friburgo, considera que las CBDC podrían ser usadas con fines oscuros, especialmente por los gobiernos autocráticos. En el peor de los casos «suponen una amenaza para las democracias liberales», dijo a SWI swissinfo.ch.
Esta nueva tecnología podría aprovecharse para controlar pagos, bloquear transacciones consideradas como «socialmente inaceptables», por ejemplo, las que dañan el medio ambiente, o simplemente podrían bloquear en el sistema financiero a personas «indeseables», advirtió.
«Lo anterior es peligroso incluso en un país como Suiza», añadió Schueffel. «Si las autoridades tienen este poder en sus manos, podrían verse tentadas a usarlo”.
La Oficina del Comisario de Protección de Datos de Suiza también ha manifestado su inquietud sobre los riesgos de una vigilancia intrusiva. “En materia de creación de criptodivisas, una de las principales premisas que deben observarse es garantizar la privacidad por diseño y por defecto; todos los proyectos deben considerar la privacidad desde el inicio, desarrollando principios que cumplan con la protección de datos como norma”, respondió a través de un correo electrónico.
En el presente, el Banco Nacional de Suiza (BNS) no tiene interés por crear un franco suizo digital para los consumidores de a pie, pues esto obstaculizaría la actividad bancaria comercial. En contrapartida, trabaja con los bancos y la bolsa en la creación de CBDC mayoristas que permitan agilizar los pagos en las transacciones financieras.
Lo anterior iría de la mano de nuevas versiones digitalizadas de valores -como las acciones empresariales- que podrían pasar de una mano a otra a la velocidad del rayo, las 24 horas de los siete días de la semana, un proceso que actualmente toma varios días en concretarse. Y el santo grial que estaría en la mira es el llamado “swap atómico”: un intercambio instantáneo de valores y dinero.
Esto abre un vacío pues se requeriría una moneda digital destinada, en general, al uso minorista. Actualmente, las empresas comerciales solo intentan llenar ese vacío con las criptomonedas estables respaldadas por francos suizos que están depositados en los bancos.
Competencia monetaria
La Asociación Suiza de Banqueros (SBA) anunció en junio la intención de los bancos comerciales de emitir una criptomoneda estable minorista utilizando las DLT porque esto abriría “una amplia gama de nuevas aplicaciones, implicaría menos riesgos, traería más eficiencia y abriría áreas de negocio completamente nuevas”.
La SBA destaca, no obstante, que la aportación del sector financiero tradicional aún es vital para garantizar la estabilidad, la seguridad de los consumidores y para evitar escándalos, como el colapso protagonizado por la bolsa de criptomonedas FTX, que han asolado al sector de las criptodivisas recientemente.
La transformación digital del dinero también genera un espíritu de competencia entre los países, pues son muchos los interesados en liderar el diseño de una nueva generación de monedas nacionales más eficientes.
Y en opinión de algunos expertos, Suiza debe tomar en cuenta la competencia que está en marcha. A la empresa privada Swiss Stablecoin, diseñadora de su propio franco digital, le inquieta esperar a que otros países digitalicen sus monedas porque esto podría impactar negativamente la futura demanda de francos suizos a nivel mundial. «Sería terrible dejar este mercado a los proveedores extranjeros», escribió Pascale Bruderer, fundadora de Swiss Stablecoin, exparlamentaria y coautora de un artículo sobre este tema publicado en el diario Neue Zürcher Zeitung.
Texto adaptado del inglés por Andrea Ornelas
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