Caixanova abre una nueva sucursal en Ginebra

Las nuevas caras de Caixanova en Ginebra. caixanova.es

La caja de ahorros española apuesta por los gallegos residentes en Suiza, una comunidad que supera los 30.000 habitantes actualmente.

Los oriundos de Galicia que viven en Suiza suelen tener un elevado poder adquisitivo y muchos de ellos analizan ahora que harán con sus fondos de jubilación.

Uno de cada 10 gallegos emigrados al extranjero entre 1957 y 1973 –periodo en que política y economía provocaron una fuga masiva de españoles rumbo a otros países- eligió a Suiza como destino, según datos del Instituto Español de Emigración (IEE).

De hecho, hace sólo una década había 109.000 gallegos en territorio helvético. Hoy, quedan sólo un tercio de ellos y para todos es una prioridad el tema de la jubilación.

Algunos, al retirarse de la vida laboral, regresarán a España; otros optarán por quedarse en Suiza.

Sin embargo, uno de cada dos ha encontrado en la banca española una de las mejores aliadas para sus finanzas personales. En el pasado, para enviar remesas a sus familias en España.
Hoy, para encargarse de la transferencia de los fondos de su jubilación.

Esta razón explica que la caja de ahorros gallega Caixanova haya decidido abrir una nueva sucursal en Ginebra, que es el cantón más socorrido por los españoles nacidos en Galicia.

Caixanova en Ginebra

En Ginebra habitan un total de 12.415 gallegos en 2007, según confirma a swissinfo la Fundación Galicia Emigración.

Y un tercio de dicha población es clientela de la Caixanova, es decir, unas 4.000 personas, cifra que despierta todo el interés del consejo de administración de la caja para generar nuevos negocios con ellos.

De hecho, este grupo de clientes explica 40% de las utilidades que Caixanova genera en el Viejo Continente, donde -después de Suiza-, Francia y Alemania son los otros dos mercados más importantes.

El pasado 19 de septiembre, Julio Fernández Gayoso, presidente de Caixanova, y José Antonio Olavarrieta, director general adjunto de la Confederación de Cajas de Ahorro Españolas (CECA), visitaron Ginebra para inaugurar formalmente la nueva sucursal del grupo en esta ciudad.

Dicha oficina se suma a la que tiene Caixanova en Zúrich y duplica la capacidad de trabajo que tenía la oficina de representación que existía en Ginebra desde 1999.

Alto poder adquisitivo

El objetivo fundamental de la Caixanova en la ciudad de Calvino es el negocio de las pensiones domiciliadas, es decir, la transferencia de los fondos de jubilación a los que tienen derecho los trabajadores españoles que concluyen su vida productiva en Suiza, un mercado que ha crecido 51% en Europa durante los últimos tres años, según datos de la CECA.

Los trabajadores gallegos en Suiza tienen el atractivo de su elevado poder adquisitivo y del nivel de ahorro que poseen. Concretamente, una vida productiva de 25 años en promedio les ha permitido ahorrar entre 200.000 y 300.000 francos suizos, según el tipo de trabajo que desempeñaban y su nivel de ingresos.

No obstante, en palabras de Fernández Gayoso, la nueva sucursal ginebrina de Caixanova permitirá atender también a dos nichos más.

Se buscarán nuevas oportunidades de negocio en el ámbito empresarial: financiar inversiones de suizos en España y la contrapartida, es decir, apoyar la internacionalización de las empresas españolas en territorio helvético.

Esto debido a que muchos de los gallegos que regresen a España estarán aún en edad productiva.

Bilaterales, el sustento

Los Acuerdos Bilaterales firmados entre Suiza y la Unión Europea en mayo de 2005 fijaron como fecha límite el 31 de mayo del 2007 para que los trabajadores extranjeros radicados en Suiza pudieran retirar en una sola exhibición los recursos aportados a las cajas de pensiones privadas, esquema conocido en Suiza bajo en nombre de ‘segundo pilar’.

El tratado suscrito por ambas partes aclaraba que era posible acceder a estos recursos incluso si el trabajador no había llegado aún a la edad de jubilación, cláusula que interesó a muchos gallegos.

Sin embargo, de acuerdo con Manuel Luis Rodríguez, secretario general de Emigración de la Xunta de Galicia (gobierno regional), a diferencia de la emigración de españoles a América Latina, la llegada a Suiza fue «tardía». Esto es, muchos de los gallegos que partieron a principios de los 70 aún están lejos de concluir su vida laboral.

De ahí que, al aprovechar la facilidad que dio el ‘segundo pilar’ de entregar todos los ahorros acumulados en una sola paga, muchos de los españoles que regresan a su patria habrán de labrarse un nuevo futuro profesional.

Caixanova tiene previstos cursos de formación y desarrollo empresarial para los gallegos que vivían en Suiza, o que están a punto de dejar el cantón helvético que los acogió, para que levanten negocios que generen autoempleo.

swissinfo, Andrea Ornelas

Datos clave

En 1957 había 2.700 españoles en Suiza; en 1965, eran 55.000; en 1995 sumaron 109.000, su nivel máximo, afirma Sebastián Ferré, investigador de la Universidad de Ginebra.

De los gallegos que viven en Suiza, alrededor de 12.200 vienen de La Coruña; 7.900 de Orense; 7.250 de Pontevedra y unos 2.500 de Lugo.

Contexto

Caixanova es una de las cajas de ahorros más importantes de Galicia. En Suiza opera desde 1999 y actualmente tiene oficinas en Ginebra y Zúrich.

La ‘fuga’ de españoles a Suiza inició en 1955, cuando la comunidad internacional reconoció a Francisco Franco como autoridad legítima de España.

La española es la sexta comunidad extranjera con mayor peso en el país alpino, detrás de las colonias italiana, serbia, portuguesa, alemana y francesa.