Crece la presión sobre el BNS para que dé marcha atrás en el fracking
Organizaciones no gubernamentales piden al Banco Nacional Suizo (BNS) que elimine progresivamente las inversiones en fracking. Según un profesor de economía, otras medidas serían más eficaces.
La Alianza Suiza por el Clima (SCA) lleva meses presionando al banco central. Pide que se abandonen las inversiones en empresas que practican el fracking. El lunes, la SCA presentó al BNS la correspondiente petición con 60.000 firmas.
Según la coalición de varias organizaciones, el BNS posee actualmente valores en 69 empresas de fracking por valor de 9.000 millones de dólares. La SCA calcula que el banco central es, por tanto, responsable de siete millones de toneladas anuales de emisiones de CO2.
El fracking es una forma controvertida de extraer petróleo o gas natural. Se presiona un líquido en el suelo a alta presión para hacer la roca más permeable. Los críticos advierten de las emisiones nocivas para el medio ambiente y del posible peligro para las aguas subterráneas. Por ello, algunos países han prohibido el fracking.
La organización de protección del medio ambiente Greenpeace forma parte de la alianza. Su activista y experto financiero Peter Haberstich explica: «Como accionista, la SNB es copropietaria de estas empresas de fracking. Y, por tanto, es corresponsable de los daños climáticos y medioambientales que provocan».
Si el BNS vendiera sus acciones en las empresas y lo comunicara abiertamente, sería una señal muy fuerte, afirma Haberstich. «Esto aumenta el riesgo financiero para cualquiera que dependa del fracking». Esto también puede provocar un aumento de los costes de capital, como la subida de los tipos de interés, y por tanto de los precios del gas producido.
El catedrático de Economía Reto Föllmi, de la Universidad de St. Gallen, explica que una venta rápida de los títulos presionaría a la baja las acciones de las empresas de fracking. «Esto depende, por supuesto, de la liquidez en el mercado y del tamaño del paquete de acciones que posea el BNS».
Sin embargo, Föllmi no cree que la venta de los títulos afecte al coste del capital. «Mientras haya inversores en todo el mundo que quieran invertir en empresas de fracking, los costes de financiación apenas cambiarán». Los inversores aprovecharían las oportunidades de compra que surjan debido a la bajada temporal de los precios de las acciones. «Si se quiere frenar el fracking, son más eficaces medidas como impuestos sobre el gas o prohibiciones directas».
Las sonoras críticas de la Alianza del Clima también llegan al SNB. Durante una rueda de prensa el pasado jueves, el miembro del consejo Thomas Moser explicó que el SNB tiene criterios de exclusión para las inversiones desde 2013. «Tenemos un proceso muy claro y evaluamos estos criterios regularmente».
El SNB ya había anunciado a finales de 2020 que excluiría a las empresas activas en la minería del carbón térmico. Sin embargo, el instituto no hace comentarios sobre posiciones individuales en la cartera.
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