Delincuentes habrían abierto cuentas en Credit Suisse
El segundo banco suizo, Credit Suisse, habría aceptado durante años como clientes a autócratas, delincuentes y criminales de guerra, según una investigación de diversos medios de comunicación. La institución bancaria rechaza las acusaciones.
Con base en una fuga de datos, una investigación global,Enlace externo denominada Suisse Secrets, en la que participaron más de 40 medios de comunicación, examinó 18 000 cuentas por valor de 100 000 millones de dólares, de los cuales 8 000 millones concernían cuentas «problemáticas». Entre ellas, cuentas de figuras clave implicadas en escándalos de corrupción en algunos de los países más pobres del mundo.
La investigacion mundial fue liderada por el periódico alemán Süddeutsche Zeitung y el Organised Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP Proyecto de Denuncia de la Corrupción y el Crimen Organizado), junto con más de 40 medios de comunicación de todo el mundo. Según la OCCRP, ningún grupo suizo de medios participó en la investigación debido al riesgo de enjuiciamiento penal. Los datos fueron filtrados por un denunciante anónimo.
Los expertos encargados se revisar los hallazgos de OCCRP dijeron que a muchas de estas personas no se les debería haber permitido realizar operaciones bancarias en Credit Suisse, lo que genera dudas sobre si el segundo banco más grande de Suiza pasó por alto o ignoró las señales de alerta.
“El banco tiene el claro deber de asegurarse de que los fondos que maneja tengan una procedencia clara y legítima”, subrayó Graham Barrow, un experto independiente en delitos financieros citado en la investigación.
«Asuntos predominantemente históricos»
En respuesta, Credit Suisse emitió un comunicadoEnlace externo el domingo, en el que «rechaza enérgicamente las acusaciones e insinuaciones sobre las supuestas prácticas comerciales del banco». Agrega que “los asuntos presentados son predominantemente históricos, en algunos casos se remontan a la década de 1940, y los relatos de estos asuntos se basan en información parcial, inexacta o selectiva sacada de contexto, lo que da lugar a interpretaciones tendenciosas sobre la conducta de negocios del banco”.
Credit Suisse puntualizó que aproximadamente el 90% de las cuentas revisadas están cerradas o estaban en proceso de cierre antes de recibir las consultas de la prensa. También dijo que se toma en serio la supuesta filtración en los informes y que cuenta con sólidos sistemas de protección de datos.
Foco en las leyes bancarias
Si bien la filtración se refiere a Credit Suisse, la investigación apunta a la legislación suiza sobre el secreto bancario.
“La ironía es que Suiza se ha convertido en el lugar para el dinero sucio porque es pura, está bien administrada y es confiable”, dice James Henry, asesor principal de la organización benéfica Tax Justice Network del Reino Unido.
Citado en la investigación, subraya que “el modelo comercial de sacar dinero de los países pobres es el problema”.
La investigación es “un vistazo revelador detrás de la cortina del secreto bancario suizo”, anota la OCCRP.
Más fugas
La filtración de Suisse Secrets es la más reciente de una serie de investigaciones sobre el secreto financiero. En octubre pasado, otro conjunto de documentos filtrados, denominados Papeles de Pandora, expuso el rol de abogados, contadores y consultores suizos en la gestión de la riqueza de clientes poderosos.
El Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación reveló el contenido de 11,9 millones de documentos de paraísos fiscales relacionados con los asuntos financieros de líderes políticos y otras figuras.
Los documentos filtrados incluían detalles de cómo grandes sumas de dinero circulan en todo el mundo, incluida Suiza, a través de estructuras financieras opacas.
En 2016, los Papeles de Panamá mostraron que Suiza se encontraba entre los cinco principales países en utilizar intermediarios financieros para establecer empresas extraterritoriales con un bufete de abogados en Panamá. En 2017, la investigación arrojó más luz sobre los bufetes de abogados en el extranjero, que se habían vinculado a figuras políticas y comerciales suizas.
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