Dentistas: un lujo para un número creciente de suizos
Cada vez más suizos renuncian a iniciar un tratamiento dental por razones de presupuesto. Algunos recurren a los dentistas en formación porque esto les permite obtener descuentos. Pero no todos los helvéticos encuentran una solución.
«Siempre he huído de los dentistas», admite Frédéric*. Pero en los albores de 2022, este jubilado ginebrino, de 63 años, tuvo que enfrentarse a las consecuencias de su «terror a los dentistas». «Mis dientes empezaron a caer como hojas muertas», narra. Frédéric no tuvo más remedio que consultar urgentemente a un especialista. El diagnóstico que recibió fue contundente: necesitaba una prótesis dental.
La factura por pagar era alta, muy alta. Un tratamiento de este tipo puede costar alrededor de 10.000 francos suizos, ya que una sóla intervención, como la curación de una caries, puede rondar los 1.000 francos. En Suiza, los gastos dentales no son reembolsados por el seguro médico básico obligatorio. El jubilado ginebrino no podía pagar esta suma, así que se puso a buscar soluciones. «Al principio pensé en ir a tratarme al extranjero, pero me pareció demasiado arriesgado en caso de complicaciones».
Optó por acudir a la Clínica Universitaria de Medicina Dental de la Universidad de Ginebra (CUMD). Un establecimiento que forma a los dentistas del futuro ofreciendo a los pacientes un descuento del 70% en los tratamientos realizados por sus estudiantes, quienes siempre son supervisados por un dentista diplomado. «Para cubrir el resto de los gastos recibí ayuda de una fundación que apoya ocasionalmente a personas necesitadas», explica Frédéric.
La experiencia convenció al pensionista, ya que pudo beneficiarse de una atención de calidad a un precio preferente, y contribuyó también a la formación de las nuevas generaciones de dentistas. «Cada tratamiento fue realizado por un estudiante bajo la mirada atenta de un supervisor. Gracias a este doble control, me sentí incluso más seguro que en una consulta dental estándar», afirma.
Cada vez más gente desiste
Frédéric encontró una forma de resolver sus problemas dentales, pero hay muchos suizos que se dan por vencidos. En general, son personas que no reciben asistencia social -un grupo poblacional que sí goza de la cobertura de los gastos dentales-, pero que tampoco tienen ingresos suficientes para pagar los tratamientos por su cuenta.
El número de personas en esta situación varía sensiblemente en función de los criterios que considera cada estudio realizado sobre el tema. En 2020, el 2,4% de la población suiza desistió de recibir cuidados dentales por falta de recursos, según un estudioEnlace externo de la Oficina Federal de Estadística (OFS), que estima que esta proporción se ha mantenido estable desde 2015.
Sin embargo, la Encuesta Internacional de Políticas de Salud (IHP en inglés), realizada por la fundación estadounidense Commonwealth Fund, estima que la tasa es mucho más elevada porque su definición de “renuncia a los cuidados dentales” es mucho más amplia. La IHP afirma que, en 2020, el 26,4% de la población suiza no acudió a una consulta preventiva, o inició un tratamiento dental, por razones financieras. Un dato que aumentó en 5,7 puntos porcentuales durante los últimos cuatro años, según la IHP. En un comparativo internacional, el porcentaje de personas que renunció a un tratamiento es superior en Suiza que en Francia (18,5%) o Alemania (19,2%), pero menor que en Estados Unidos (36,2%).
La enseñanza es la prioridad
«No tenemos una vocación social (como clínica). Pero requerimos suficientes pacientes para cubrir nuestras necesidades de formación», insisten la administradora de la CUMD, Chiara di Antonio, y el director operativo, Serge Borgis. Unas 10.000 personas son atendidas cada año en la clínica, parte de ellas por los 60 estudiantes de pregrado. «Cada estudiante trata a varias docenas de personas durante su formación», explica Serge Borgis.
En 2022, la CUMD modificó su sistema tarifario para atraer a más pacientes. Antes, los descuentos eran del 25% para todos los tratamientos sin prótesis y del 40% para aquellos que sí las requerían. Ahora los costos se fijan en función del nivel de formación de los alumnos: 70% para los tratamientos realizados por estudiantes no graduados y 25% para los tratamientos de odontólogos que se están formando en alguna especialidad. «Estas tarifas preferentes nos han permitido atraer a más pacientes dispuestos a ir más lejos en sus tratamientos dentales”, explica el director operativo de la clínica.
Tratamientos más profundos
En el piso de la clínica dedicado a dar consultas hay más de 90 gabinetes con mamparas de cristal disponibles para los futuros odontólogos. La actividad bulle todo el tiempo en los pasillos contiguos a las pequeñas salas acristaladas. Supervisores y asistentes van de un sitio a otro verificando el trabajo de los estudiantes.
En el gabinete de Hanza Shabana, estudiante de cuarto año, la concentración es absoluta. Sólo el ruido de los instrumentos de trabajo rompe el silencio. El joven atiende a José Haeberli, otro jubilado de Ginebra. El estudiante realiza un corte conocido como onlay, que permite preparar al diente para la colocación de una prótesis.
Los tratamientos realizados en la CUMD pueden durar tres o cuatro veces más que en una clínica dental privada. Inician con una consulta de planificación realizada por un dentista profesional, en esta cita se evalúan las necesidades del paciente y se determina su tratamiento. José Haeberli, quien ya ha sido tratado por varios dentistas en formación, aprecia el proceso. «Como estoy jubilado, tengo mucho tiempo libre y el descuento me permite ir más lejos en mis tratamientos».
«Nuestros pacientes tienen todo tipo de perfiles y el descuento no es su única motivación. Algunos se alegran de participar en la formación de los dentistas, al tiempo que se benefician de una atención de calidad», afirma Chiara Di Antonio. A medida que avanzan las citas, dice que se crea un lazo de complicidad entre el estudiante y el paciente.
Centrarse en la prevención
Poco después, la atmósfera cambia. Estamos en la Unidad de Acción Social de la clínica, en donde dos presos esposados esperan sus citas dentales mientras son custodiados por un policía. La principal misión de esta área es atender a las personas beneficiarias de asistencia social, pero también se ocupa de los presos. Los estudiantes no pueden realizar estos tratamientos, solo los dentistas experimentados.
La atención odontológica básica de esta población está cubierta, siempre que cumpla con los requisitos de ser necesaria, sencilla, económica y adecuada, características que impiden que estos pacientes sean buenos candidatos para la enseñanza. «Reciben cuidados de odontología básica y nuestra misión es, ante todo, enseñar (a nuestros alumnos) procedimientos médicos ideales y en las mejores condiciones posibles», explica Serge Borgis.
Debido a lo anterior, el director operativo de la clínica se dice en contra de incluir la atención odontológica en el seguro médico básico.»Reduciría la calidad de la odontología, porque tendríamos que optar por las soluciones más económicas, como debemos hacerlo con las personas que reciben asistencia social», afirma y hace una comparación con el sistema francés: «los gastos dentales son reembolsados por la seguridad social y esto afecta la calidad. Por ello, las personas que pueden permitírselo financieramente acuden a consultas no subvencionadas».
¿Cómo ayudar a quienes están obligados a renunciar a un tratamiento dental por su costo? Serge Borgis dice que hay que apostar por la prevención, una práctica que recomienda reforzar. «Hay que enseñar una buena higiene bucal desde muy temprana edad. Con un mínimo esfuerzo puede eliminarse el 80% de los problemas dentales», afirma. Una opinión que comparten la Sociedad Odontológica Suiza y la mayoría de la población. En Suiza, se han realizado votaciones populares relativas a los seguros dentales en los cantones francófonos de Vaud, Neuchatel y Ginebra, y todas las propuestas han sido rechazadas siempre.
Bonos dentales en lugar de seguros
El diputado socialista y presidente de la Federación Suiza de Pacientes, Baptiste Hurni, considera que incluir la asistencia dental en el seguro básico sería la mejor manera de garantizar el acceso de todos a una atención odontológica. Pero admite que la propuesta no tiene ninguna posibilidad real de obtener una mayoría política o popular. «Una campaña sobre este tema sería un desastre. Las primas del seguro básico ya son demasiado altas, y todo el mundo tendría miedo de pagar aún más», se lamenta.
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Para el diputado socialista, los argumentos de los dentistas contra un seguro dental obligatorio no son sostenibles. «No basta con tener una buena higiene dental para evitar los problemas”, dice y llama la atención sobre el hecho de que el estado de los dientes influye en la salud general de las personas. En su opinión, el principal temor de los dentistas es la introducción de una estructura nacional de tarifas similar a la existente en los servicios médicos ambulatorios. «La profesión no quiere que el Estado controle las tarifas porque esto ejercería presión sobre los precios», afirma Baptiste Hurni.
En Ginebra, no obstante, se perfila una solución alternativa. El partido socialista cantonal ha presentado una iniciativa para distribuir bonos dentales con un valor de 300 francos destinados a las personas con bajos ingresos. «La iniciativa podría tener más probabilidades de éxito y ser emulada en otros lugares de Suiza», dice Baptiste Hurni.
*Nombre conocido por la redacción
Texto adaptado del francés por Andrea Ornelas
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