Holcim-Lafarge, matrimonio de titanes que inquieta
Con el anuncio de la fusión entre la francesa Lafarge y la suiza Holcim, las principales cementeras del mundo, surgen temores sobre una eventual competencia desleal en el sector. Reacciones en la prensa.
El acuerdo anunciado este lunes (07.04) en París podría enfrentar importantes obstáculos regulatorios, en especial en EE.UU. y Europa, recuerda Ian Osburn, analista de Cantor Fitzgerald, con sede en Londres, entrevistado por el diario The Wall Street Journal.
El nuevo grupo tendría una participación de mercado de 60% en Francia, Canadá y Marruecos y de 30% en Estados Unidos y ventas totales de casi 43.000 millones de dólares. Con ello superaría considerablemente a sus rivales: la alemana HeidelbergCement AG, que factura 18.000 millones de dólares, y la mexicana Cemex SAB, con ventas por 15.000 millones de dólares.
Osburn, el analista de los servicios financieros Cantor Fitzgerald, estima que las empresas tendrían que vender unos 4.000 millones de euros en activos ($5.500 millones de dólares) para aplacar las inquietudes de los reguladores antimonopolio. «Habría algunos graves problemas antimonopolio que exigirían la venta de activos importantes, pero puede ser un precio que los accionistas están dispuestos a pagar», señaló Osburn al The Wall Street Journal.
Se prevé que la nueva Holcim-Lafarge tendrá presencia en 90 países, lo que implica que juntas absorberán 50% del mercado de Europa, 37% en Estados Unidos y 16% en América Latina.
En México, el anuncio de la fusión afectó las operaciones de otra grande del sector, la Cementos Mexicanos (Cemex). Sus acciones en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) registraron una caída de 2,33 % al cierre del lunes.
“La nueva empresa resultante de las cementeras extranjeras se convertirá en la más importante del mundo y constituye una competencia fuerte para Cemex justo en los mercados donde opera”, señaló Marco Medina, analista de Banco Ve por Más (BX+), al diario local El Economista en su edición del lunes.
“Consecuentemente, la cementera mexicana —considerada la tercera del mundo— verá reducir su participación en Europa y Estados Unidos, ya que 22 y 27% de sus ventas se generan en esas regiones”, explica el diario mexicano.
Sin olvidar que “Bruselas está analizando el acuerdo alcanzado por Holcim con la rival mexicana Cemex en el verano de 2013 para intercambiar activos en Europa y fusionar sus actividades en España”, recuerda el diario español El País.
“Se trata de la mayor operación del año en Europa —realizada, según las empresas, para adaptarse mejor a la competencia global— y tendrá que pasar los controles de las autoridades de la competencia, sobre todo de la UE y EE UU. Para tratar de esquivar posibles obstáculos, el nuevo gigante del cemento realizará desinversiones por 5.000 millones”, recuerda el rotativo español.
“Consecuentemente, la cementera mexicana —considerada la tercera del mundo— verá reducir su participación en Europa y Estados Unidos, ya que 22 y 27% de sus ventas se generan en esas regiones”, explica el diario mexicano.
Sin olvidar que “Bruselas está analizando el acuerdo alcanzado por Holcim con la rival mexicana Cemex en el verano de 2013 para intercambiar activos en Europa y fusionar sus actividades en España”, recuerda el diario español El País.
“Se trata de la mayor operación del año en Europa —realizada, según las empresas, para adaptarse mejor a la competencia global— y tendrá que pasar los controles de las autoridades de la competencia, sobre todo de la UE y EE UU. Para tratar de esquivar posibles obstáculos, el nuevo gigante del cemento realizará desinversiones por 5.000 millones”, recuerda el rotativo español.
Holcim nació en febrero de 1912 en Holderbank, en el cantón de Argovia.
En 1914, la empresa se une a la de Ernst Schmidheiny, propietario de Eternit. El grupo abre filiales en Europa y pone pie en Egipto en 1927.
Tras la Segunda Guerra Mundial, el consorcio se consolida tras una fuerte expansión a partir de 1960, justo hasta convertirse en 1990 en líder mundial en varios sectores (cemento, hormigón listo para usarse, aditivos… )
Atraviesa el Atlántico en 1945, para comenzar a operar en México, Brasil y Estados Unidos.
En el año 2000, cambia de nombre y homologa su imagen en el mundo como grupo Holcim,
La cementara helvética tiene presencia en 70 países y emplea a 80.000 personas.
Prensa suiza
El Neue Lüzerner Zeitung recuerda que no es la primera vez que Suiza se confronta a un “matrimonio entre elefantes”. El año pasado, los gigantes de las materias primas Glencore y Xstrata dieron a conocer su alianza para alcanzar una cifra de negocios de más de 200.000 millones de francos suizos, es decir, dos veces más que la de Nestlé, la segunda multinacional más grande del país.
“Pero contrariamente a Glencore-Xtrata, en el caso de Holcim, está implicada una empresa suiza de tradición”, releva el diario de Lucerna.
La nueva megaempresa, de nombre LafargeHolcim “tendría tres veces más peso que su más próximo competidor, la cementera alemana HeidelbergCement”, anota la Tribune de Genève.
Y esta posición dominante es lo que inquieta. Antes de que el gigante del cemento vea la luz, una quincena de autoridades de la competencia deberán pronunciarse con respecto a esta fusión, releva Der Blick, con sede en Zúrich.
La Comisión Suiza de Competencia no estará activa en el asunto, advirtió esa institución a la Agencia de Telegráfica de Noticias ATS. A lo que explica el zuriqués Neue Zürcher Zeitung (NZZ):
“Lafarge tiene una insignificante cifra de negocios en Suiza, por lo que las consecuencias en este mercado son demasiado pequeñas. En Sudamérica y África ambas empresas se compaginan en lo que a capacidad de producción se refiere. En Norteamérica y Asia, donde ambas están activas, tienen sobre-cobertura».
El editorialista del Aargauer Zeitung se pregunta “¿Qué significa esto para nosotros, los consumidores? El diario de Argovia responde: “No solo cosas buenas. Lo fundamental en un mercado justo y equilibrado, es una competencia sana entre diversos actores que fijen sus precios de acuerdo a los de sus competidores. Una megafusión pone en peligro esta situación”.
El Basler Zeitung (de Basilea) estima que “tales fusiones deben evitarse, pues afectan a toda la economía”. En el caso del sector cementero, una prudencia particular debe ya observarse, pues la competición ya está restringida.
Para Le Temps, el “matrimonio de razón” se explica por los nuevos desafíos en materia ambiental. “Los dos grupos disponen no solo de una nueva ventaja financiera, sino también de una fuerza de avance tecnológico único, en particular en lo que se refiere a los cementos ecológicos, cuya producción emite menos CO2”.
Como lo subraya este diario ginebrino, “detrás la producción de energía y los transportes, la fabricación de cemento constituye la tercera fuente de emisiones de gas con efecto invernadero, y este triste hecho se agrava rápidamente, en especial, en los países emergentes. Nuevos procedimientos permiten disminuir sensiblemente la contaminación, al absorber el CO2 emitido para fijarlo definitivamente en el cemento”.
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