La tecnología de fabricación suiza toma el volante
En Ginebra, miles de apasionados se extasían frente a las más recientes novedades de la industria automovilística. Muchos desconocen, no obstante, que frecuentemente la tecnología utilizada en el interior de esos vehículos es de origen suizo.
¿Por qué viven bajo la sombra las empresas suizas productoras de refacciones y sus 34.000 empleados?
“Suiza no fabrica coches completos. Pero las refacciones que producen las empresas suizas se funden con el sistema general de los automóviles haciéndose menos visible su existencia. Por ello, no es posible mencionar –como lo hace Intel en los ordenadores– que la tecnología utilizada es Georg Fischer”, señala Anja Schulze, responsable del Centro para la Investigación Automotriz de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (EPFZ).
Por otra parte, las empresas suizas trabajan en diversos dominios. Los productos que conciben y producen van desde el simple tornillo hasta los cigüeñales, pasando por los sistemas de automatización, barnices, cables de alta tecnología, sistemas de dirección, válvulas de control o los componentes electrónicos, y piezas de aluminio utilizadas para la fabricación de coches.
Temas como la eficiencia energética, la reducción de emisión de sustancias contaminantes, nuevas tecnologías de transmisión, los sistemas de seguridad activa reforzada, la interconexión con tecnologías de información y la construcción de piezas ligeras, son solo algunos de los desafíos que ocupan de tiempo completo a los departamentos de investigación y desarrollo de la industria automotriz.
Coches más ligeros
La llamada construcción aligerada implica la utilización de materiales con menor peso, pero que garantizan una estabilidad idéntica, o incluso mayor, a la actual para los vehículos. “Nos hallamos frente a un sector altamente tecnológico y estrechamente vinculado a la investigación”, afirma Anja Schulze. “Y esas refacciones permitirán a la industria hacer la diferencia en el futuro”.
Pero las empresas helvéticas son punteras no solo en la construcción de materiales ligeros, sino también en otros dominios tecnológicos de una gran exigencia. Las refacciones que producen se encuentran en prácticamente todos los coches alemanes de alta gama, pero también en aquellos que están destinados a un público masivo.
En el presente, la industria suiza de los subcontratistas que fabrican piezas para automóviles incluye 310 empresas y 34.000 colaboradores. Un dato comparable al de la industria relojera que emplea actualmente a 50.000 personas. La razón por la cual Suiza es reconocida internacionalmente por sus relojes, pero no por sus refacciones automotrices, se debe a que “la mayoría de los proveedores de esas piezas realizan también otras actividades”, señala Anja Schulze.
“Por ejemplo, en dominios como la tecnología médica o la maquinaria textil”, detalla. Por ello no son considerados como subcontratistas de tiempo completo.
Una rama estable
Más allá de las tecnologías punta en los ámbitos electrónico y de construcción de piezas ligeras, numerosas empresas se dedican a la fabricación a gran escala de refacciones con precios competitivos, según reveló un publicado por la EPFZ en 2008.
“Queríamos conocer qué sucedía exactamente en este sector. Y como no encontramos ninguna información, decidimos generarla nosotros mismos”, afirma Anja Schulze, responsable del estudio.
“En Suiza, no existe una asociación patronal (para los subcontratistas de refacciones) como sucede, por ejemplo, en la industria automotriz alemana. Pero finalmente conseguimos reunir cifras”.
En aquel momento, la industria de la subcontratación se encontraba –al igual que la industria automovilística misma– devorada por la crisis. Entre tanto, los proveedores de piezas automotrices han levantado cabeza.
“En general, los subcontratistas suizos del sector automotriz soportaron bastante bien la crisis porque contaban con una posición de capital propio elevada. Pocas empresas se vieron obligadas a cerrar sus puertas y el sector se mantuvo relativamente estable”, explica Anja Schulze.
Competencia asiática
En el presente, los carnés de pedidos del sector se llenan a un ritmo desenfrenado: “Los proveedores ya no saben cómo organizar los turnos de trabajo para responder a la demanda de los fabricantes. Nadie se imaginaba una recuperación así de rápida y generosa”.
La crisis quedó definitivamente atrás, como lo confirman los resultados del 2011 que han presentado algunas empresas. “El del automóvil creció más rápidamente que nuestros otros dos sectores de actividad”, afirma Beat Römer, portavoz de Georg Fischer AG, quien destaca el esfuerzo de innovación realizado por su empresa en el dominio de la construcción de piezas ligeras, lo que ha permitido “reforzar esta tendencia”.
Con respecto al buen posicionamiento en la producción a gran escala del que dio cuenta el estudio, éste se explica en la calidad y alta precisión de las piezas que produce Suiza, sostiene Anja Schulze.
Pero la investigadora tiene dudas sobre la capacidad que tendrán las empresas de mantener dicho nivel de producción en el largo plazo debido a que las refacciones son costosas y la competencia asiática cada vez más agresiva.
Perspectivas optimistas
El estudio desveló otro elemento negativo: ciertos proveedores no saben en qué tipo de coches se utilizan sus refacciones ni conocen tampoco las marcas que hacen uso de ellas.
“Mientras se suministran piezas directamente a una firma automotriz, no hay ningún problema. El asunto se vuelve peligroso cuando un fabricante de refacciones entrega sus productos a otro subcontratista, de piezas electrónicas o mecánicas, por ejemplo, ya que en este caso el fabricante original desconoce quién es su cliente final y no puede reaccionar si éste enfrenta dificultades”, denuncia Schulze.
Pese a los citados bemoles, diferentes estudios prevén sanas perspectivas de crecimiento para los fabricantes de refacciones automotrices. Y basan sus pronósticos en el ágil crecimiento que han registrado los componentes electrónicos de los vehículos y en las elevadas exigencias que existen en torno a este tipo de productos. No solo se busca mayor ligereza en los materiales, sino también robustez en los asientos o calidad en los barnices.
Paralelamente, el sector automotriz se ha sumergido en una espiral de competencia cada vez más feroz. Los fabricantes de coches están obligados a mejorar continuamente sus nuevos modelos, ceñirse a las tecnologías de último grito, y a la vez reducir sus costos.
Y como los fabricantes no pueden permitirse desarrollar y producir ellos mismos todas las piezas, deben apoyarse cada vez más en otros proveedores. Una buena noticia para los subcontratistas suizos.
El Salón Internacional del Automóvil de Ginebra 2012 tiene lugar del 8 al 18 de marzo. Los organizadores esperan más de 700.000 visitantes.
Los 260 expositores prometen desvelar un total de 180 primicias mundiales o europeas. Por primera vez, en este salón se dará a conocer el coche del año.
La organización del concurso fue puesta en marcha desde hace 50 años por siete revistas especializadas. El jurado está integrado por 59 periodistas.
Según los organizadores, el de Ginebra figura entre los cinco principales eventos de su tipo en el mundo, junto con los salones de Francfort, Detroit, París y Tokio.
Suiza, que carece de marcas propias de automóvil, ofrece las mismas condiciones a todos los expositores. El ser terreno neutral, es una cualidad que aprecian los fabricantes de autos.
Casi 10.000 representantes de la prensa, de 80 países, se reúnen en Ginebra para este evento.
Dätwyler : plásticos
Ems: Detonadores para airbag, y barnices
Feintool: piezas metálicas
Komax: cables
Quadrant: plásticos
Rieter : Equipo acústico y protección contra el calor
Sarna: plásticos
Schaffer: electromagnética
Saurer: técnicas de transmisión
Sika: pegamentos
Wicor: plásticos
(Traducción: Andrea Ornelas)
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