Los valores refugio seguirán vivos, pero no lo tendrán fácil
En tiempos de volatilidad, los inversores seguirán acudiendo al franco como valor refugio, pese a la decisión del banco central suizo de abandonar el tipo de cambio mínimo con el euro. Es lo que opinan varios expertos presentes en el Foro de Davos.
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Matt Allen in Davos, swissinfo.ch
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Safe havens will stay, but with limited success
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Uno de los paneles de debate celebrados esta semana en el Foro Económico Mundial de DavosEnlace externo (WEF, por su sigla en inglés) puso sobre la mesa la siguiente pregunta: ¿Existe actualmente un verdadero ‘valor refugio’? Los participantes expresaron un ‘sí’ rotundo que, de haber estado presentes, habría dejado consternados a los exportadores y representantes de la hotelería.
Sin embargo, aunque los inversores siempre seguirán buscando zonas seguras en tiempos difíciles, los actuales niveles de volatilidad han demostrado que incluso la moneda más sólida tiene un talón de Aquiles.
El cambio de sentido que dio el Banco Nacional Suizo (BNS) en su política monetaria es un claro ejemplo de ello. En teoría, el banco central helvético podría haber seguido defendiendo el franco indefinidamente. Pero llegó un punto en el que ya no tuvo otro remedio que aceptar que el tipo de cambio mínimo de 1,20 francos por euro era insostenible.
La presión política en Suiza, los vaivenes de Rusia, la caída de los precios del petróleo y el riesgo inminente de que el Banco Central Europeo (BCE) anunciara una expansión cuantifica –como se confirmó el jueves, 22 de enero –, crearon una gran tormenta que obligó al BNS a abandonar una política que aplicaba desde septiembre de 2011.
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Esto no impide que los inversores sigan con la mira puesta en el franco suizo. El anuncio de tipos de interés negativos y la abolición del tipo de cambio mínimo entre el franco y el euro no le han restado atractivo a la divisa helvética. Según el BNS, la semana pasada los depósitos de los bancos comerciales totalizaban 402.000 millones de francos, una cifra superior a los 388.700 millones de francos que se registraban siete días antes.
David Puth, director general de CLS Group, una persona con una acertada visión de conjunto del mercado de divisas, ya que su compañía realiza operaciones cambiarias diarias por 5 billones de dólares, recuerda que el día del anuncio del BNS su firma duplicó el volumen de transacciones.
“Realizamos un volumen récord de 2,25 millones de transacciones por un total de 9,2 billones de dólares en pagos de divisas que se concretaron sin dificultad alguna en unos 45 minutos”, declaró Puth a swissinfo.ch. “Alrededor de la mitad de estas transacciones involucraban al franco”.
Refugios de moda
En pocas horas, el franco suizo se apreció un 30% frente al euro, para luego bajar y estabilizarse a razón de un euro por franco. David Puth, quien fuera operador del mercado cambiario y ejecutivo en el banco JP Morgan, afirmó que los inversores no se dejarán intimidar por la volatilidad y seguirán comprando francos, ya que es una moneda que ha hecho patente su estabilidad.
“Aunque el BNS intentó todo lo que pudo para disuadir a la gente de invertir en su moneda, no funcionó. El mundo entero es volátil en este momento. Los tipos de interés bajan en todos lados y en la mayoría de los países desarrollados se observan presiones deflacionistas. Creo que la gente seguirá viendo a Suiza como un lugar donde invertir, porque la realidad es que no hay mucho de donde escoger”, añadió David Puth.
Tobias Straumann, historiador económico de la Universidad de Zúrich, coincide con esta visión y estima que Suiza seguirá siendo víctima de su éxito, lo que implica que atraerá indeseables volúmenes de capital en periodos críticos.
“En 2007, los economistas creyeron que el efecto de ‘valor refugio’ del franco había desaparecido debido a la fortaleza del euro. Pero un año más tarde, las monedas que funcionan como un ‘sitio de resguardo’ volvieron a ponerse de moda”, dijo a swissinfo.ch.
Y del año 2011 a la fecha, añadió el académico, “la economía suiza no ha hecho mejor las cosas que la sueca o la noruega. Pero la historia muestra que los mercados suelen refugiarse en el franco, cuando las demás divisas relevantes tienen problemas. Los mercados no son del todo racionales”.
Problemas en puerta
En opinión de los participantes en el Foro de Davos, las cosas no van a mejorar pronto para Suiza. Especialmente ahora que algunos bancos centrales (como la Fed de EEUU) están abandonando las medidas que aplicaban para incentivar artificialmente sus economías y otros (como el BCE) han decidido seguir gastando.
Esta combinación de factores provocará un “periodo de gran e inesperada volatilidad”, según Anthony Scaramucci, fundador y director de la firma estadounidense de inversión alternativa Skybridge Capital.
Por su parte, Guillermo Ortiz, exgobernador del Banco de México, afirmó durante su participación en un debate del WEF que “las divergencias que se registran en la política monetaria de los distintos bancos centrales serán un factor que añadirá nuevos riesgos y aportará una nueva dosis de volatilidad e incertidumbre” a la economía mundial.
En los paneles de discusión del WEF también se hizo patente reiteradamente que los bancos centrales no pueden hacerse cargo solos de los grandes problemas de la economía global. Solo si los gobiernos se comprometen a poner en marcha grandes reformas estructurales, como en el sistema de pensiones o la reducción del gasto, podrá amainar la tormenta.
Según David Puth, la volatilidad mermará la eficacia de los ‘valores refugio’ tradicionales, como el franco suizo, la divisa helvética seguirá atrayendo inversores cuando las cosas vayan mal en el mundo.
A su juicio, Suiza acumuló tal volumen de reservas internacionales, que hoy pueden resultarle contraproducentes. De ahí la necesidad de eliminar el tipo de cambio mínimo, pues “resulta imposible para una economía de la talla de la suiza ser un ‘valor refugio’ eficaz en un clima como el actual”.
Traducción del inglés: Andrea Ornelas
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El 2014 fue difícil para los relojeros suizos. El prolongado impacto que ha tenido la campaña china para frenar las dádivas corporativas, los disturbios civiles en Hong Kong –principal mercado internacional de los relojes suizos– y la caída del rublo han ralentizado el crecimiento de las exportaciones, que aumentaron un 2,3% en los primeros 11 meses del año.
Por el momento, las protestas han cesado en Hong Kong y lo más significativo del impacto que tuvo la lucha de Pekín contra los sobornos se ha desvanecido. La situación en Rusia, no obstante, sigue siendo volátil.
A esto se suma que los fabricantes de relojes suizos deberán hacer frente en 2015 a un moneda más fuerte, después de que el Banco Nacional de Suiza sorprendiera la semana pasada los mercados con la abolición de su política para evitar la apreciación de su divisa más allá de los 1,20 francos por euro.
Históricamente, la fortaleza del franco suizo ha sido negativa para las cuentas de Richemont y lo aún más para el Grupo Swatch”, afirma Thomas Chauvet, analista de Citigroup.
Dado el panorama de volatilidad que reina, los fabricantes de relojes llegaron este lunes al Salón Internacional de la Alta Relojería de Ginebra (SIHH) –la primera feria relevante del año– con un espíritu prudente.
"Las marcas están en una situación holgada, pero actúan con cautela porque el contexto político y económico del mundo no es estable“, apunta Fabienne Lupo, presidenta y directora general del SIHH. “Aun así, las exportaciones de los relojes suizos crecieron entre el 2 y 3% en 2014. Es menos que en años anteriores, pero aún es un dato positivo“.
Algunos analistas consideran que, salvo que se produzca un acontecimiento inesperado, volverá a observarse un crecimiento más elevado y a largo plazo. “Tal vez soy demasiado optimista”, dice Jon Cox, encargado de las acciones suizas en Kepler Cheuvreux. “Pero pienso que las exportaciones de esta industria crecerán alrededor del 7%. La gama alta podría crecer más rápido, alrededor del 8% ".
Cox basa su optimismo en que los datos oficiales de China comienzan a reflejar un menor impacto de los efectos que tuvo la campaña anticorrupción que puso en marcha Pekín. Y en la medida en la que los disturbios civiles pierdan fuerza en Honk Kong, los turistas volverán a las ostentosas ‘boutiques’ de la isla.
Pero la mayoría de los analistas se muestran más pesimistas respecto al futuro. “Creo que el crecimiento será inferior al 7%. Hong Kong sigue siendo un problema y China aún es motivo de inquietud”, anota Luca Solca, de Exane BANP Paribas. “Creo que la industria internacional de los artículos de lujo crecerá entre el 4 y el 6% este año, y se verá algo parecido dentro del sector relojero, que ya no registrará un crecimiento de dos dígitos como en el pasado”.
Según René Weber, analista del banco Vontobel de Zúrich, el panorama en Asia está lleno de contrastes. En Hong Kong y China, se espera un crecimiento de un dígito, pero en Japón y Corea del Sur se observará una evolución económica más interesante, debido en gran medida a los turistas chinos.
Weber afirma que en Europa la tasa de crecimiento también será de un dígito. La demanda interna será muy lenta, pero el consumo de los turistas permitirá imprimirle cierto dinamismo. “Habrá pocos turistas rusos, pero los chinos estarán presentes y la debilidad del euro frente al dólar y frente a otras monedas asiáticas hará que (Europa) siga siendo un sitio atractivo para ir a adquirir relojes”.
En la actualidad, no obstante, el principal interrogante que se cierne es sobre el futuro de la demanda rusa. La abrupta caída del rublo llevó a algunas marcas (extranjeras) a incrementar sus precios hasta un 40% en Rusia a finales del año pasado –lo que repercutirá negativamente sobre las ventas. Pero como los consumidores rusos representan solamente el 4% de la demanda global de relojes suizos, se espera que el sector maneje bien el impacto.
No obstante, algunas marcas en particular pueden sufrir seriamente, especialmente las que se ubican en el extremo superior del mercado –el de los artículos de lujo–, ya que los rusos representan entre el 5 y el 10% de la demanda de este tipo de bienes, dice Solca.
Diversificación
Con un crecimiento que será más complejo en años previos, otra tendencia que puede observarse es la de la diversificación, apunta Solca. “El año pasado vimos el lanzamiento del reloj deportivo de Cartier (el Calibre de Cartier Diver). Y hay otras marcas que podrían sumarse y apostar por productos sean cada vez más atractivos para las mujeres”.
Otra pregunta que se hace el sector es qué repercusión tendrán los relojes inteligentes entre los fabricantes tradicionales.
Como resultado del efecto que generó el año pasado en la industria el anuncio del nuevo Apple Watch –cuyo lanzamiento se espera para los próximos meses–, algunos analistas consideran que las marcas suizas capaces de desarrollar productos parecidos son las que se ubican en el extremo inferior del mercado, es decir, Swatch, Tissot y Tag Heuer.
Los fabricantes helvéticos comienzan a reaccionar. El Grupo Swatch y Tag Heuer exploran el desarrollo de sus propios relojes inteligentes. Y Montblanc –propiedad del grupo Richemont– podría presentar durante el presente SIHH su nuevo TimeWalker Urban Speed e-Strap, un brazalete capaz de conectarse a un teléfono inteligente a través de la tecnología Bluetooth.
Montblanc afirma que su e-Strap representa un nuevo paso en su incursión en los instrumentos digitales de escritura.
El año pasado, la compañía lanzó al mercado un lápiz digital utilizable con dispositivos de Samsung, pero el nuevo brazalete implica un avance significativo en el terreno de los relojes suizos de lujo.
"Quizás no sean relojes con ecosistemas de aplicaciones como el de Apple, pero probablemente contarán con características como los sensores biométricos. Espero que los relojes inteligentes sean un tema de gran relevancia este año”, señala Solca.
Copyright The Financial Times Limited 2015
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