«No quiero narcos esperando a mis hijos fuera de la escuela»
El exhorto de Fernand Melgar a actuar contra el tráfico callejero de drogas en Lausana produjo un revuelo mediático. El posicionamiento de quien constituye un símbolo en la defensa de los migrantes inflama las redes sociales, entre reacciones de apoyo y críticas virulentas. La alerta del cineasta obedece a su inquietud como padre y ciudadano.
“¿No debería ser acusada la municipalidad de Lausana de homicidio por negligencia por cada adolescente muerto a causa de una sobredosis? Esta es la pregunta formulada por el realizador suizo Fernand Melgar Enlace externoen un artículo de opinión publicado en el cotidiano 24 Horas Enlace externo. El cineasta, convertido en un símbolo de la izquierda humanista gracias a sus documentales sobre los solicitantes de asilo (en particular Vuelo Especial ), denuncia la negligencia de las autoridades de la capital del cantón de Vaud en cuanto a la venta callejera de drogas.
Fernand Melgar recuerda la historia trágica de Gabriel, el hijo de sus vecinos, muerto hace 10 años a causa de una sobredosis, con solo 18 años. “Había comenzado a consumir drogas con los revendedores que traficaban a la salida de la escuela”. Hoy, la situación no ha cambiado, deplora Melgar al enumerar la lista de consecuencias de ese tráfico: el barrio se vacía de gente; las personas mayores evitan transitar por las calles; las mujeres igual; los comerciantes observan el desplome de sus ganancias. El lunes pasado, el cineasta también publicó fotos en su página Facebook de “seis de los 22 traficantes que esperan […], delante de la escuela, la salida de los alumnos de entre 10 y 16 años”. “Debido a ellos, mi barrio es una zona sin ley”, agrega.
Sus críticas desencadenaron una avalancha de reacciones, especialmente en las redes sociales. Si algunos comparten las preocupaciones del cineasta, otros no dudan en acusarlo de racismo. La izquierda más radical le reprocha tomárselas con el tráfico callejero que no es más que la punta de iceberg “de una red mafiosa” mucho más amplia. “El problema no está en el pequeño revendedor sino en el consumo”, señala Pierre Conscience, concejal de Lausana por el Movimiento ‘Ensemble à gauche’ en declaraciones a la Radio y Televisión Suiza (RTS). El parlamentario municipal considera que la dificultad de acceder al mercado de trabajo en Suiza obliga a algunas personas a realizar esas actividades para asegurar su subsistencia.
Debate entre el cineasta Fernand Melgar y Pierre Conscience en el programa Forum de la RTS (en francés)
“Reacciono como ciudadano y padre de familia. Mis tres hijos van a la escuela en el barrio: lo único que pretendo es que ningún traficante les espere a la salida del colegio”, explica Fernand Melgar. Para quien, este combate no está en contradicción con las posiciones políticas de izquierda que le han dado notoriedad pública: “No soporto más la complacencia hacia los revendedores de droga, justamente, porque soy una figura de la izquierda humanista que defiende a los solicitantes de asilo y a la comunidad africana. Un puñado de traficantes desacredita el sistema de asilo”. Y Melgar no duda en criticar a la izquierda radical: “mantiene posiciones dogmáticas que perjudican a todos”.
Fernand Melgar ve una sola alternativa: la presencia policial reforzada alrededor de las escuelas para disuadir a los traficantes. “Las autoridades nos dicen que debemos reapropiarnos del espacio público, pero no podemos hacer aperitivos en la calle todos los días. Es pedirnos que hagamos el trabajo de la policía”, afirma indignado.
¿Confrontar la proactividad de los revendedores?
El cantón de Neuchâtel, confrontado al mismo problema, parece haber tomado medidas eficaces. Las autoridades sostienen haber logrado frenar el tráfico en la calle y también la proactividad de los revendedores. Estos últimos “comenzaban, en particular, a abordar los no-consumidores a la salida de los restaurantes”, señala a la RTS Nicolas Feuz, fiscal de Neuchâtel.
Se desplegó un dispositivo especial con el fin de intensificar la presencia policial en el terreno y la aplicación de medidas represivas. “Los fiscales tenían, por ejemplo, directivas para castigar a los traficantes con penas que implicaban la privación de la libertad y no con días de multas o trabajo comunitario. Fue necesario intervenir ante el servicio penitenciario para solicitar la liberación y puesta a disposición celdas”, detalla el fiscal.
Es difícil evaluar si tales medidas podrían aplicarse en ciudades más grandes como es el caso de Lausana. El fiscal advierte: “Mientras haya consumidores, habrá tráfico, de una u otra forma». Alude a la dificultad de eliminar totalmente ese problema, «el que quiera erradicar el tráfico, sea policía o fiscal, terminará en el hospital psiquiátrico en seis meses a causa de un ‘burnout’”.
A pesar de los ataques recibidos en su cuenta de Facebook, así como de una pintada realizada cerca de su oficina, Fernand Melgar no parece dispuesto a ceder: “Estoy acostumbrado a combates y tengo el caparazón duro”, concluye.
Traducido del francés por Sergio Ferrari
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