Las escuelas suizas en el extranjero quieren promover el ‘swissness’
Las escuelas suizas en el extranjero han decidido poner en marcha una estrategia ofensiva. Luego de años de mantenerse estáticas, ahora quieren reforzar la influencia que tienen a nivel mundial.
En el más reciente Boletín Informativo de educationsuisseEnlace externo (Asociación de Escuelas Suizas en el Extranjero) se observa un grupo de niños sonrientes que agitan alegremente unas banderas. Esta imagen fue tomada en la Ciudad de México el pasado de 25 de agosto, fecha en la que el ministro del Interior de Suiza -y actual presidente de la Confederación Helvética-, Alain Berset, se encontró con su homólogo mexicano en el Colegio Suizo. Alumnos y profesores lucen satisfechos por la atención que les prodiga un político suizo de alto nivel. Ese día, el Colegio Suizo se convirtió también en la sede de la firma de un acuerdo bilateral que redefinió las condiciones marco de las escuelas helvéticas.
Simultáneamente, el júbilo también se hizo patente en China, en donde se inauguraba la primera escuela suiza en el país asiático. El senador Ivo Bischofberger, ex presidente de la Cámara Alta suiza, viajó a Pekín la misma semana para marcar el peso político del este evento. Tanto el discurso pronunciado en México como el de China enfatizaron el mismo punto: el rol de enlace que deben desempeñar los colegios entre Suiza y los países en los que se encuentran. Así como la misión que tienen dichos colegios de difundir y enarbolar el ‘swissness’ (sello suizo).
Formación práctica
Los discursos referidos coinciden con la imagen que las escuelas suizas en el extranjero tienen de ellas mismas y con su mandato legal. La nueva Ley Federal sobre la Difusión de la Educación Suiza en el ExtranjeroEnlace externo cambió el paradigma precedente. Así, además de su misión original de ofrecer formación a los niños suizos en el extranjero, deja claro que otra de sus misiones es fungir como un aparador que muestre al mundo la educación y cultura suizas.
Fortalecer el ‘swissness’ también es una de las prioridades de Hans Ambühl, quien en marzo pasado dejó el cargo de Secretario General de la Conferencia de Directores Cantonales de Educación, para asumir la Presidencia de educationsuisse.
En sus alocuciones, Ambühl habla frecuentemente sobre tres temas que le interesan preponderantemente: la importancia de que las escuelas suizas en el extranjero garanticen una educación de calidad; la conveniencia de que siga promoviéndose el sistema de formación dual profesional -que privilegia el aprendizaje directamente en el sector productivo y no solo en las aulas- y; la necesidad de reforzar las competencias económicas de las escuelas.
Hans Ambühl convirtió al ‘swissness’ en la educación en un tema prioritario en la agenda del 2018. Y durante el próximo año, su intención es enfocarse en las avaluaciones escolares. Por otra parte, plantea crear una academia de invierno -o verano- para que los profesores de las escuelas suizas se actualicen en términos pedagógicos. Pero para hacer realidad este último punto, aún debe obtener financiamiento.
Integración, vital para el sello suizo
Las escuelas suizas tienen buena reputación en todos los países en donde operan. Esto las convierte en una herramienta de política exterior para Suiza. Y, generalmente, los pequeños contratiempos que han podido experimentar, como el que tuvo lugar en el Colegio Suizo de Milán durante el verano pasado, no afectan sensiblemente su imagen. Esta escuela modificó su reglamento y fue fuertemente criticada por ello por la prensa italiana, quien calificó las reformas como “poco convenientes” porque ponían en riesgo de exclusión a los alumnos con dificultades de aprendizaje.
Los artículos generaron airadas reacciones entre la opinión pública, lo que provocó la respuesta de la Oficina Federal de Cultura de Suiza, que se apresuró a intervenir para enmendar la reforma, dejando claro además que desaconsejaba todo cambio que pudiera excluir a los alumnos con dificultades de aprendizaje, ya que esto sería contrario al espíritu inclusivo de la educación suiza.
“La integración es un elemento fundamental del ‘swissness’ y es un principio que aplica lo mismo a las escuelas que a la sociedad en general”, expresó Hans Ambühl y añadió que las becas ofrecidas por los colegios suizos deben mantenerse, para evitar que el acceso a estos establecimientos académicos sean un privilegio exclusivo de las clases acomodadas, como lo afirman muchos padres de familia.
Por otra parte, en opinión de Ambühl, la educación impartida por los colegios suizos siempre debe buscar que los niños se conviertan en adultos independientes (capaces de aprender por sí mismos), un esquema que no siempre es común en el sistema educativo de otros países. Y tras sostener cientos de charlas y entrevistas con padres de familia de todo el mundo, el presidente de educationsuisse conoce a fondo el tema.
1 de cada 5 alumnos, con pasaporte suizo
Obligatoriamente, la educación suiza debe ser impartida en alguna de las lenguas nacionales. Pero, desde 2015, ya no existe la obligación de que haya un cierto porcentaje de alumnos helvéticos en los colegios suizos en el extranjero, ya que la realidad cotidiana así lo exigía. Hoy, de los 8.000 alumnos que estudian en escuelas suizas en el mundo, solo 1.650 estudiantes -20% del total, aproximadamente- tienen un pasaporte con la cruz blanca. Y de los 824 profesores que laboran para los colegios suizos del mundo, solo 264 son de nacionalidad helvética.
La primera escuela suiza en el extranjero fue fundada en Nápoles desde 1839. Pero fue cerrada en los años 80. Hay otros colegios suizos que tampoco sobrevivieron fueron los de Brasil, Egipto y Ghana.
Actualmente, operan 18 escuelas suizas en el extranjero en las siguientes regiones: Europa (7), América Latina (8) y Asia (3). Su presupuesto global anual es de 74 millones de francos, y reciben subvencionadas de la Confederación Helvética por 18 millones de francos suizos cada año. Adicionalmente, Berna apoya a 13 escuelas alemanas, francesas o internacionales con personal docente suizo.
Para Hans Ambühl, es momento de aumentar nuevamente el número de escuelas suizas y de desarrollar también nuevos acuerdos de colaboración, por ejemplo, con los colegios alemanes en el extranjero. Actualmente, la creación de una nueva escuela en China -en Shangai- está en análisis, según confirma el gobierno suizo y también hay proyectos, aunque con un menor grado de avance, para abrir establecimientos académicos en Vietnam, Brasil, Egipto, Catar y Kuwait.
Tampoco es descartable que aumente el número de cantones que apadrinen una escuela y se comprometan con asegurar su desarrollo en otro país. Pero en todos los casos -y así ha sido hasta ahora- las propuestas deben venir siempre de abajo hacia arriba, esto es, son los suizos en el extranjero y las empresas helvéticas las que apoyan la iniciativa original. Lo que permitirá que la red suiza en el mundo pueda seguirse escuchando, como lo espera Hans Ambühl que sucederá.
La versión original de este artículo fue publicada por el Neue Zürcher ZeitungEnlace externo
(Traduction de la versión en francés: Andrea Ornelas)
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