Todos los bonos suizos generan pérdidas a los inversores
Una de las extrañas manifestaciones que ha tenido la inestabilidad económica actual son los rendimientos negativos que se observan en los bonos. En vez de prodigar ganancias a quienes los adquieren, les reportan pérdidas. Por primera vez en la historia reciente de Suiza, todos los bonos que emite el Gobierno están generando minusvalía a sus inversores.
Este contenido fue publicado en
3 minutos
Cuando no está cubriendo temas relacionados con tecnología financiera, criptomonedas, blockchain, bancos y comercio, se puede encontrar al corresponsal de swissinfo.ch jugando al cricket en alguno de los terrenos que hay en Suiza, incluido el lago helado de St. Moritz.
Periodista suizo-estadounidense que cubre principalmente temas de educación, migración y juventud -más allá de la historia ocasional sobre el queso, dadas sus raíces en Suiza y Wisconsin. También produce podcasts y trabaja en el equipo de redes sociales.
La era de las bajas tasas de interés se instaló con fuerza y los rendimientos que pagan los bonos gubernamentales (conocidos como cupones) también se han reducido. Una tendencia que desafía toda lógica en tiempos en los que la demanda de dichos títulos supera ampliamente a la oferta.
¿Qué lo explica? Buscando la seguridad que ofrecen los papeles de grandes emisores, los inversores compran bonos por encima de su valor nominal. Pero los precios llegan a escalar a tal punto que el cupón que pagan resulta insuficiente para compensar a sus propietarios. Por ello, en vez de reportar ganancias llevan al inversor a los números rojos.
Contenido externo
El mercado ha sido conducido a su situación actual por la estrategia que han seguido muchos institutos centrales, como el Banco Central Europeo (BCE), que compran bonos a gran escala con la esperanza de que los fondos frescos que inyectan sean capaces de reactivar las economías. Y también ha influido en los rendimientos negativos la estampida de fondos observada hacia valores refugio como el franco suizo.
“El BCE está engullendo bonos gubernamentales e incluso corporativos. Con esta acción, está inflado de forma artificial la demanda de bonos, haciendo que estos eleven su precio y que sus rendimientos se reduzcan”, explica el economista jefe de Julius Bär, Janwillem Acket.
Pero dados los bajos rendimientos que ofrecen los bonos, lo sorprendente es que siga la pujanza en la demanda. Es decir, aunque la mayor parte de la adquisición de estos bonos corre a cargo del BCE y de otros bancos centrales, también existen otros inversores que están dispuestos a tomar estos papeles aunque les supongan pérdidas.
Uno de esos grupos está conformado por inversiones que destinan parte de sus fondos a comprar bonos y otra a adquirir monedas fuertes, como el franco suizo, confiando en que estas se apreciarán frente a otras divisas y les evitarán pérdidas –o les generarán beneficios– en tiempos de turbulencias cambiarias.
Otro grupo lo hace porque prefiere los perfiles conservadores en todas las circunstancias. Son inversores ultracautelosos que optan por poner parte de su riqueza en inversiones respaldadas por el gobierno, las autoridades locales y las grandes empresas, porque consideran que es el mejor camino para esquivar pérdidas que serían aún mayores si invirtieran en mercados más volátiles.
Para Julius Bär, el fenómeno de los bonos negativos seguirá durante varios meses. El banco duda que haya rendimientos positivos antes de un año.
Acket considera que la única cura auténtica para la economía mundial sería regresar a una senda de crecimiento sostenido timoneada por la fortaleza de Estados Unidos.
¿Usted ha invertido en bonos del gobierno suizo pese a sus rendimientos negativos? Comparta con nosotros sus comentarios.
¿Cómo evitar que la IA sea monopolizada por países y empresas poderosas?
La IA tiene el potencial de resolver muchos de los problemas del mundo en general. Sin embargo, los países más ricos y las empresas tecnológicas pueden intentar acaparar estos beneficios.
Si quiere iniciar una conversación sobre un tema planteado en este artículo o quiere informar de errores factuales, envíenos un correo electrónico a spanish@swissinfo.ch.
Leer más
Mostrar más
Los gestores de las cajas de pensiones suizas están preocupados
Este contenido fue publicado en
Parecía una mañana de enero normal en Zúrich, cuando el director ejecutivo de una aseguradora suiza presentaba los resultados financieros de su compañía. Súbitamente, los móviles de los presentes comenzaron a vibrar. Muchos miembros del auditorio se precipitaron hacia la salida.
Perplejo, el directivo continuó con su presentación y solo desistió cuando casi no quedaban asistentes en la sala.
El Banco Nacional Suizo (BNS) acababa de anunciar – en lo que ha sido calificado como la intervención de un banco central más dramática en décadas – la eliminación del tipo de cambio mínimo de 1,20 francos por euro, mientras el directivo desglosaba cifras de su aseguradora. Y además, el banco central impulsaba tasas de interés negativas del –0,75%.
Las implicaciones serían considerables para los 800 000 millones de francos (830 000 millones de dólares) invertidos en los fondos de previsión profesional, conocidos en Suiza como ‘segundo pilar’. Recursos que son complementarios al ‘primer pilar’ integrado por las pensiones básicas estatales (AVS). En unas horas, el franco suizo se apreciaba un 39% frente al euro, y el principal índice bursátil del país, el SMI, caía un 10%.
Peter Zanella, director de Soluciones de Jubilación de la consultora Towers Watson, en Zúrich, declara: “La apreciación del franco tuvo un impacto negativo inmediato (sobre los fondos de pensiones nacionales). Se registró una caída en el mercado de la renta variable y las inversiones extranjeras sin cobertura que hay en los fondos de pensión cayeron en picado”.
Los administradores y otros negociantes internacionales de estos fondos intentaron actuar lo mejor que pudieron para minimizar las pérdidas y la exposición al riesgo implícito en los fondos de renta variable. Por su parte, los responsables suizos de fondos de pensiones iniciaron una intensa labor de cabildeo para convencer al BNS de exentar de tasas negativas a este tipo de depósitos para mitigar los daños.
Pero el BNS rechazó la petición. "La industria de los fondos de pensiones se encuentra en una posición crítica desde que se adoptó esta decisión. Y todos los administradores de pensiones están preocupados por lo que está pasando” en Suiza, dice Zanella.
¿Quiebra dentro de 10 años?
Los profesionales de los fondos de pensiones en Suiza estiman que la inestabilidad monetaria y las tasas negativas están creando un problema crítico dentro de un sistema de jubilación que ya estaba bajo presión. Algunos sugieren incluso que el esquema de pensiones actual terminará en la bancarrota antes de 10 años debido a los recientes acontecimientos.
Y eso pese a que, según las normas internacionales, hoy el sistema suizo de pensiones profesionales luce bastante robusto en términos financieros.
El problema es que los gestores de los fondos de jubilación dudan sobre su capacidad para pagar en el futuro a los pensionados el índice de conversión del 6,8% al que están obligados por ley (una renta anual que equivale al 6, 8% del valor de los fondos totales que tiene invertidos un jubilado, que deberá pagársele en mensualidades hasta que llegue el día de su deceso).
Dicho índice de conversión genera un acalorado debate político en Suiza porque es insostenible. Se estableció en 2003, en un momento en el que la esperanza de vida era menor y las perspectivas económicas mucho más atractivas.
Pero el nerviosismo de los administradores sobre el segundo pilar se tornó en miedo cuando el banco central hizo su anuncio en enero.
Los mercados de renta variable suizos ya se han recuperado, pero uno de los problemas hoy son los fondos que se mantienen en efectivo.
Para evitar el pago de intereses negativos sobre las cuentas en efectivo, los fondos de pensiones están examinando alternativas extremas, que van desde la transferencia de dinero a bóvedas o búnkeres hasta el arrendamiento de equipo médico, o la oferta de hipotecas baratas para jubilados.
Venta de bonos
Para exacerbar aún más la presión que pende sobre este sector, en abril pasado, el Gobierno suizo se convirtió en el primero en la historia en vender deuda a 10 años a una tasa de interés negativa. Jérôme Cosandey, economista del laboratorio de ideas Avenir Suisse, asegura que “la situación ya era mala antes de enero y que desde entonces solo ha empeorado”.
Todos estos desafíos son punto de partida de un intenso debate sobre el tipo de activos en los que deben invertirse los fondos de pensiones. Zanella afirma que “todos estos factores generan un gran desafío. ¿Deberían los fondos de pensiones mantener (en su portafolio de inversión) bonos gubernamentales a 10 años cuando ofrecen rendimientos negativos? Más aún, me pregunto si es legal tener estos bonos del Gobierno suizo. Pero, ¿qué alternativas hay?”
Aunque, en general, parece que no existe demasiada prisa por adquirir otro tipo de instrumentos o por vender los bonos suizos, algunos fondos de pensiones han comenzaron a tomar acciones. Por ejemplo, Axa Winterthur ha vendido bonos gubernamentales para sustituirlos por fondos de cobertura y bienes raíces.
El Migros Pensionskasse, caja pensiones de la cadena de supermercados que administra fondos por 21 000 millones de francos suizos, también vendió los bonos suizos y europeos que le reportaban rendimientos negativos, tras el anuncio del BNS. Y la Pensionskasse Stadt Luzern, que administra 1 300 millones de francos, ha aumentado la proporción de recursos que destina a adquirir propiedades hasta el 38% de sus activos totales, desplazando con ello a los bonos.
Zanella considera que, aunque con reservas, hay otros fondos que están asumiendo riesgos al invertir más en los bienes raíces, a pesar de que “todos los administradores de las pensiones dudan sobre el verdadero valor del mercado inmobiliario”.
El BNS está “muy preocupado” sobre un potencial sobrecalentamiento del mercado nacional de los bienes raíces, refiere Cosandey.
Aunque el mercado de valores suizo ha recuperado desde enero, añade, hay una creciente inquietud por la posibilidad de que "la fortaleza del franco suizo contraiga la producción económica y repercuta negativamente en la renta variable“.
Martin Eling, profesor de Economía en la Universidad de San Gall, se muestra muy escéptico sobre las bondades de olvidarse de los bonos en favor de activos alternativos.
Por ello, pide al Gobierno que reduzca la tasa obligatoria fijada para la renta vitalicia del Segundo Pilar, y aumente las cotizaciones sociales que aportan los empleados y eleve la edad de jubilación, propuestas que los suizos podrían votar en 2018. Eling estima que sin dichas reformas, las pensiones de la previsión profesional corren el riesgo de quebrar en los próximos 10 años.
"Los nuevos tipos de activos en los que invierten los fondos de pensiones son potencialmente más rentables, pero también más arriesgados. Esta es mi principal preocupación“, añade el académico.
“No estoy al 100% seguro de que [un mayor riesgo] es lo óptimo para los clientes cuando se trata de fondos de jubilación. Creo que la gente va a pagar cara la decisión del BNS”.
Copyright The Financial Times Limited 2015
El segundo pilar
La seguridad social en Suiza se sustenta en tres pilares que buscan garantizar un nivel de vida conveniente a los jubilados. El seguro de vejez y supervivencia (AVS/AI o primer pilar), el plan de previsión profesional (o segundo pilar) y planes de inversión privada (tercer pilar).
El primer pilar corresponde a un esquema estatal de pensiones que protege a los suizos al alcanzar la jubilación y en caso de invalidez o desempleo.
El segundo pilar se sustenta en planes de previsión profesional y comprende un seguro de accidentes. Actualmente genera controversia la forma en la que se invierten estos fondos, ya que cuenta con activos por 800 000 millones de francos suizos.
Desde que se estableció en 1985, el segundo pilar se financia con las aportaciones del empleador y el empleado. Tras la jubilación, el ahorro acumulado se convierte en una renta vitalicia anual que se calcula a partir de una tasa de conversión del 6,8%. Esto es, el 6,8% de los activos totales que se tienen en este fondo se dividen entre 12 mensualidades. El resultado es la renta mensual que el beneficiario recibirá hasta el fin de su vida.
Pero consultores, actuarios y administradores de fondos de pensiones han sostenido durante mucho tiempo que esta tasa de conversión es demasiado alta y amenaza la estabilidad del sistema. Los temores se han acrecentado en los últimos meses debido a las tasas de interés negativas.
En un intento de mejorar la situación, el ministro del Interior Alain Berset ha lanzado un paquete de reformas de las pensiones, llamado Previsión para la Vejez 2020, lo que reduciría la tasa de conversión al 6% y aumentaría a 65 años la edad de jubilación para las mujeres.
El Gobierno está afinando la propuesta que los suizos votarán, previsiblemente, en 2018. Muchos expertos dudan que los suizos respalden un paquete de esta índole en las urnas, pues en los últimos 15 años han rechazado todas las propuestas para reformar el sistema de pensiones.
No se ha podido registrar su suscripción. Por favor, inténtalo de nuevo.
Casi hemos terminado... Necesitamos confirmar su dirección de correo electrónico. Para completar el proceso de suscripción, por favor pulse sobre el enlace del correo que acabamos de enviarle.
Puede encontrar todos nuestros debates aquí y participar en las discusiones.
Si quiere iniciar una conversación sobre un tema planteado en este artículo o quiere informar de errores factuales, envíenos un correo electrónico a spanish@swissinfo.ch.