¿Funciona el sistema suizo de salud?
El sistema sanitario suizo es considerado uno de los mejores del mundo. Sin embargo, en tiempos en los que los servicios de salud generan debate en diversos países, Suiza debe preguntarse si los suyos funcionan igual para ricos y pobres.
El Índice Europeo de Consumo de la Salud 2016Enlace externo analizó a 35 países y ubicó a Suiza en segundo lugar por la calidad y eficacia de sus servicios, según el análisis de sus indicadores generales. Solo le supera Holanda. Sin embargo, dicho documento denuncia que el pago de las primas de los seguros obligatorios se ha convertido en Suiza en la segunda causa de endeudamiento de la población -después de los impuestos-; una tendencia que crece año tras año.
“Cuando perdí uno de mis empleos a tiempo parcial, mi prima de seguros súbitamente absorbió 20% de mi exiguo salario y caí en problemas financieros”, narra François (nombre ficticio), un soltero de 44 años con educación universitaria que reside en Lausana. “Nuestro sistema, basado en la solidaridad, se ha pervertido. Ya no está hecho para beneficiar a los usuarios sino a las aseguradoras privadas y a las compañías farmacéuticas. Ambas hacen lo que quieren con nuestro gasto”, dice.
Géraldine Michaud y Corinne Feusier, trabajadoras sociales del Centro Social Protestante (CSP) de Lausana que ayuda y asesora a personas en dificultades, coinciden con esta visión. Ambas confirman a swissinfo.ch que “todo el tiempo” se enfrentan al problema descrito por François. “En 2015, encontramos que 57% de los casos que atendían nuestros servicios correspondían a pacientes endeudados con sus compañías aseguradoras”, dice Michaud.
Recientemente, la emisión televisiva ‘Seguros de salud: los que ya no pueden pagar’, de la RTS suizaEnlace externo, concluyó que en el cantón francófono de Vaud, “en algunos centros de asistencia social, tres de cada cuatro personas buscan ayuda porque se sienten ahogadas por el pago de sus primas de seguros”. E informó que “una de cada 10 personas no busca tratamientos médicos para curar sus males por razones financieras”.
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Familias suizas en crisis por los gastos de salud
La emisión mostró también el caso de una familia en la que el esposo trabaja, pero enfrenta problemas financieros crecientes. No recibe la asistencia social que necesita, así que de pronto se encuentra bajo persecución legal por incumplir con el pago de sus facturas. Las primas de sus seguros de salud consumían alrededor de 14% del ingreso mensual familiar, precisa la esposa, y agrega que tras cubrir los seguros y los gastos fijos, les quedaban 100 francos suizos (101 dólares) mensuales para alimentarse.
Las primas de los seguros médicos básicos aumentaron 4,5% en 2017. Los aseguradores afirman que es porque sus costos aumentan. Las estadísticas sobre los costos de salud correspondientes al 2016 aún se desconocen, pero la Oficina Federal de Estadística (OFS) asegura que en 2015, en particular, los costos de salud sumaron 77 800 millones de francos a nivel nacional, 4,3% más que en 2014.
Santésuisse, organismo paraguas de las aseguradoras privadas, expresa públicamente su inquietud por que el pago de las primas se convierta en una causa de endeudamiento para las familias suizas. «Sí, es una preocupación que las primas de seguros continúen aumentando sin que se tomen medidas políticas para limitar su repunte», expresó a swissinfo.ch el portavoz de Santésuisse, Christophe Kaempf. Pero atribuyó parte de la responsabilidad a las empresas farmacéuticas, cuyos productos son más costosos en Suiza que en otros países.
Subsidios estatales
En Suiza, contratar un seguro médico y pagar su prima mensual es una obligación legal. Pero la legislación prevé subsidios para quienes tienen problemas financieros. Si la prima supera el equivalente a 8% del ingreso de una persona, puede recibir apoyos financieros estatales.
François logró estos subsidios. Actualmente, el cantón paga 80% de la prima de su seguro médico, lo que ha aligerado sus cargas financieras cotidianas. El entrevistado agradece este apoyo, pero deja claro que no está de acuerdo con el sistema operante. “Yo logré los subsidios porque los necesitaba, pero no me gusta la idea de depender del Estado”, dice.
En Vaud, la lista de demandantes de subsidios es larga y prolongada. De acuerdo con Michau y Feusier del CSP, toma entre tres y seis meses procesar las solicitudes, periodo durante el cual la gente se hunde cada vez más en el endeudamiento. La familia citada por el reporte de RTS, con domicilio en el cantón de Ginebra, afirma que en el momento de la investigación no había recibido aún respuesta a su solicitud de subsidio ingresada varios meses antes.
Michaud desvela dos problemas más que son frecuentes: las familias con ingresos modestos, ligeramente superiores al umbral que exige el gobierno para conceder subsidios, son altamente penalizadas. “Existe un riesgo real de marginación para la gente que sufre el ‘efecto del umbral’. Y también se ve afectada por un fenómeno frecuente: la elección de seguros de franquicia elevada”.
El sistema suizo de salud permite a cada persona elegir al proveedor y el tipo de póliza que contrata. Y es libre de cambiarlos cuando desee, siempre que no tenga adeudos. Pero el monto de la prima mensual obligatoria depende del tipo de póliza y ‘franquicia’ elegidas Esta última puede ir desde 300 hasta 2 500 francos. La “franquicia” es el monto que una persona acepta pagar de sus facturas médicas a cambio de reducir el precio de la prima de su seguro. Cuando el costo de un tratamiento médico rebasa el monto de la franquicia acordada, el paciente deberá pagar además 10% del valor restante de la factura médica.
Así, si un paciente elige la franquicia máxima (2 500 francos) seguramente pagará un seguro hasta 50% más barato que quien optó por la franquicia mínima (300 francos). Si su salud es impecable, habrá ahorrado dinero. Pero si enferma, sus finanzas se verán vulneradas.
En el primer ejemplo, si el asegurado enferma y sus facturas médicas anuales ascienden a 2 500 francos, tendrá que pagar todo de su bolsillo. En el segundo caso, el paciente deberá cubrir los primeros 300 francos de la franquicia y 220 francos adicionales (10% de los 2 200 francos restantes de sus facturas médicas). Su desembolso será pues de 520 francos -en vez de 2 500 francos-, porque aceptó pagar un seguro más costoso.
El problema es que este sistema de ‘franquicia baja-prima alta’ y ‘franquicia alta-prima baja’ conduce a muchas familias de bajos ingresos a elegir las franquicias más elevadas para abaratar el pago mensual de sus seguros. Lo que solo les funcionará si se mantienen sanos, pero no si enfrentan una contingencia de salud o padecen una enfermedad crónica.
Buscando un cambio
La frustración de quienes piensan que el sistema sanitario suizo no funciona para ellos es creciente. Suiza ha visto desfilar diversas campañas de políticos y oenegés que intentan cambiar las cosas. En septiembre del 2014, se celebró incluso un referéndum popular que proponía sustituir a las 67 aseguradoras privadas existentes por una gran compañía nacional que gestionara los seguros obligatorios. Una iniciativa que no logró mayoría a nivel nacional, pero sí en algunos cantones, como Vaud.
El CSP trabaja para que las cosas cambien. El año pasado encabezó una campaña que defiende una reforma de ley para evitar que los jóvenes que llegan a la mayoría de edad se vean cargados, de pronto, con deudas -a veces de varios miles de francos- por seguros de salud que sus padres dejaron de pagar en el pasado.
Los presupuestos de las compañías proveedoras de seguros médicos privados son criticadas también por su opacidad, que impide confirmar si las primas de seguros están aumentando por encima de los costos reales de la atención médica, como parece. “No es claro qué hacen las aseguradoras con las primas que cobran cada mes. Sin duda, los costos de la asistencia médica están ahí, pero cuánto del dinero que perciben se destina, por ejemplo, a publicidad y cabildeo”, cuestiona Michaud.
Kaempf, portavoz de Santésuisse, responde. Afirma que no es verdad que las primas aumenten por encima de los costos de la asistencia sanitaria. Más bien, asegura, se está haciendo una interpretación sesgada de las estadísticas por parte de algunos políticos que comparan el crecimiento del costo de salud con la evolución en el precio de un solo tipo de prima de seguro (la correspondiente a la franquicia de 300 francos), “que representa exclusivamente una pequeña parte de los incrementos de las primas”. Y refuta la idea de que los presupuestos de las empresas aseguradoras sean opacos. “No creo que esto sea cierto. Las aseguradoras tienen la obligación de entregar sus cifras a la Oficina Federal de Salud Pública y deben publicar informes anuales”, dice a swissinfo.ch.
Kaemps añade que las aseguradoras no pueden generar ganancias a partir de los seguros básicos de salud ya que todo superávit debe canalizarse a las reservas de la empresa para cubrir costos futuros. Sobre el gasto en publicidad y cabildeo, expresa que “de cada 100 francos suizos que una persona paga como prima de un seguro básico, solo 5 francos se destinan a los gastos administrativos (que incluyen los dos rubros antes citados)”, lo que a su juicio no es mucho.
Sin embargo, además de los seguros básicos de salud, las compañías ofrecen muchos paquetes complementarios y en este caso, pueden invertir lo que quieran en campañas publicitarias y trabajo de cabildeo.
“Hay muchas cosas positivas en nuestro sistema”, reconoce Feusier del CSP, “pero el gran problema es que las primas de los seguros de salud son las mismas para las personas de altos y bajos ingresos. No se ajusten en función del nivel de sus percepciones”.
Traducido del inglés por Andrea Ornelas
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