«Suiza viola los acuerdos de Dublín al permitir el tránsito de inmigrantes»
El número de migrantes que llegan a Europa por la ruta de los Balcanes aumenta de nuevo. Aunque Suiza es principalmente un país de tránsito, la situación debería impulsarla a desarrollar una política migratoria común con sus vecinos, afirma Etienne Piguet, vicepresidente de la Comisión Federal de Migraciones.
El continente europeo se enfrenta de nuevo a una gran afluencia de migrantes. El número de entradas irregulares en la Unión Europea alcanzó el nivel más alto desde 2016, según informó a mediados de octubre la agencia europea de vigilancia de fronteras Frontex.
Consecuencia para Suiza: cerca de 700 personas se presentan cada semana en la frontera oriental, una cifra aproximadamente tres veces superior a la del invierno pasado. Aunque las solicitudes de asilo han aumentado, la mayoría de los (as) migrantes no quieren quedarse en Suiza. Quieren ir a Francia o al Reino Unido. Especialista en fronteras y flujos migratorios y vicepresidente de la Comisión Federal de Migraciones, Etienne Piguet analiza la situación.
swissinfo.ch: ¿Europa y Suiza podrían esperar un nuevo flujo migratorio similar al de 2015?
Etienne Piguet: Asistimos a la reanudación de un importante desplazamiento de la población, que podría ser aún más significativo. Sin embargo, no deberíamos enfrentarnos a la misma situación que en 2015. La situación había cambiado entonces de manera brutal y rápida, tanto en los países de origen, con el agravamiento de la crisis en Siria, como en los países de tránsito y en Europa, donde Alemania y Suecia enviaron un mensaje de apertura. Estos tres parámetros combinados provocaron un desplazamiento de gran amplitud.
¿Qué factores explican el aumento en el número de migrantes que llegan a Europa?
Por un lado, algunos países, en particular Afganistán, sufren crisis crónicas que continúan o se agravan. En paralelo está la actitud de algunos países de tránsito que juegan con la apertura y el cierre del paso por razones geopolíticas. Pienso en Turquía y quizás en Serbia. También tenemos el caso extremo de Bielorrusia, que encaminó a personas en fuga hasta la frontera polaca en noviembre de 2021. Además, hay un efecto pos-COVID: el levantamiento de la mayoría de las restricciones hace que la gente que quedó bloqueada durante un tiempo pruebe suerte ahora.
Las instalaciones de alojamiento del Gobierno federal para los solicitantes de asilo están superpobladas y tienen dificultades para hacer frente al creciente número de solicitudes de asilo. Lo anterior, pese a que la Secretaría de Estado de Migración (SEM) abre regularmente nuevas infraestructuras. Para garantizar que haya suficientes plazas, algunas personas serán trasladadas a los cantones de manera más temprana que regularmente, señaló la SEM.
Los cantones y la SEM esperaban «una gran afluencia de personas procedentes de Ucrania», pero no «otros flujos migratorios», los cuales han resultado «mayores de lo que imaginábamos», declaró Florence Nater, consejera de Estado de Neuchâtel encargada de la cohesión social y el empleo, entrevistada por la Radio Televisión Suiza (RTS).
(fuente: Keystone-ATS)
El número de llegadas de migrantes a la frontera oriental de Suiza aumenta de manera considerable. ¿Quiénes son estas personas?
Hay diferentes perfiles. Proceden principalmente de Afganistán, pero también de Turquía. El número de llegadas de personas de origen turco ha aumentado considerablemente en los últimos tiempos. Una parte de esas personas busca efectivamente protección en Suiza, lo que se refleja en un aumento de las solicitudes de asilo. Sin embargo, el aumento no es espectacular, ya que muchas personas solamente quieren transitar por Suiza hacia países que les resultan más atractivos. Así que la situación es particular, pero no es nueva. En 2015 tuvimos un gran tránsito de personas que querían ir a otro lugar.
Una reciente investigación de la televisión helvética en lengua alemana SRF mostró recientemente que Suiza permite el paso de los (as) migrantes a los países vecinos, con lo que con frecuencia no aplica el Reglamento de Dublín. ¿Es esto problemático en su opinión?
Es realmente problemático, aunque esta actitud sea comprensible. Estas personas no quieren quedarse en el país, y las autoridades tampoco quieren que se queden. Además, hay cierta humanidad en dejar que estas personas transiten como quieran.
Sin embargo, al dejar que la gente transite, Suiza viola los acuerdos de Dublín. Se trata de una estrategia de visión reducida, porque la situación podría cambiar y animar a la gente a buscar quedarse en tierras helvéticas. En ese caso, la Confederación estaría muy contenta de poder contar con la solidaridad europea. En lugar de ir por libre, los Estados deberían trabajar juntos en Europa para gestionar la migración de forma conjunta. Esto debería incluir una reforma de los insatisfactorios acuerdos de Dublín. Con su tradición humanitaria, Suiza podría contribuir a relanzar el tema. Yo sueño con una gran conferencia en Ginebra sobre la problemática del asilo en Europa.
¿Cómo debería reformarse este sistema para lograr una mejor cooperación entre los países europeos en la gestión de la migración?
En primer lugar, debe haber solidaridad en la tramitación de las solicitudes de protección. Se podría pedir a los países que reciban pocas solicitudes mostrar su solidaridad de otras maneras, por ejemplo, mediante contribuciones financieras, como propone la Comisión Europea. Los Estados que no son atractivos no deberían poder abandonar a los demás a su suerte.
En segundo lugar, hay que armonizar las condiciones de acogida en Europa. En la actualidad, los índices de protección varían considerablemente entre los estados, lo que no es aceptable. Las personas que huyen de Afganistán, por ejemplo, no pueden tener más posibilidades de ser protegidas en un país que en otro.
La Confederación ha recibido con los brazos abiertos a los refugiados ucranianos activando el estatus S. ¿No merecen también otros grupos de población esta protección especial?
En efecto, es necesario debatir sobre ese tema. Ni Suiza ni Europa han establecido criterios para determinar en qué situación es necesaria la activación de la protección temporal. En el caso de Ucrania, se hizo de manera reactiva. Por ello, a las autoridades les resulta difícil explicar por qué a las personas de origen afgano no se les concede el mismo permiso. Las críticas son legítimas.
Sin embargo, no es solamente porque los ucranianos sean blancos, cristianos o europeos que los hemos recibido con los brazos abiertos, aunque eso haya influido. El criterio principal es la brutalidad y el carácter repentino de la invasión rusa. Además, la especificidad de la situación de las personas que huyen de Ucrania es que no necesitan visados para entrar en Suiza o en la Unión Europea. Por lo tanto, podían venir de todos modos.
¿Cómo cree que evolucionará en los próximos meses la afluencia de personas que huyen de la guerra en Ucrania?
Si el actual estancamiento persiste, no debería haber un aumento significativo en el número de ucranianos (as) en Suiza. Por el contrario, los retornos podrían incluso compensar las llegadas. Este es el escenario más probable. Sin embargo, si la situación se degradara masivamente, causando grandes daños en las infraestructuras vitales de Ucrania, podría imaginarse un nuevo éxodo.
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