Tras la pista suiza del atentado de Bolonia
El 2 de agosto de 1980, Italia fue testigo del atentado terrorista más mortífero de los “años de plomo”. Una explosión en una abarrotada sala de espera de la estación de Bolonia, una mañana de verano, mató a 85 personas e hirió a más de 200.
A pesar de que fueron detenidos los “ejecutores” de extrema derecha que colocaron la bomba, no se identificó a todos los responsables del atentado terrorista. Cuarenta y tres años después, una pregunta sigue en el aire: ¿quién financió el atentado?
El pódcast en francés Dangereux Millions [Millones peligrosos], de los periodistas Marie Maurisse y François Pilet, muestra que los autores del atentado terrorista más mortífero de la historia de Italia no solo tenían cuentas bancarias en Suiza, sino que se les pagó a través de una transferencia de cinco millones de dólares realizada desde el UBS de Ginebra.
Marie Maurisse y François Pilet han viajado a Italia para hablar con las familias de las víctimas y con quienes las defendieron, y así retomar el hilo de la compleja historia —todavía delicada— del atentado de Bolonia.
Licio Gelli, el titiritero
Detrás de esta tragedia se esconde una de las figuras más turbulentas de la Italia de la posguerra. Licio Gelli, el “titiritero”, dirigía una organización secreta de extrema derecha, una logia masónica disidente conocida como “Propaganda Due” o P2.
El nombre de Licio Gelli aparece en todos los escándalos italianos de los años 80 y 90, desde la quiebra del Banco Ambrosiano —cuyo presidente, Roberto Calvi, miembro de la P2, apareció ahorcado en Londres en 1982— hasta los grandes escándalos de corrupción, financiación ilícita de partidos políticos y la masacre de Bolonia.
El abogado italiano Andrea Speranzoni, que representa a las víctimas del atentado desde hace casi veinte años, explica que en 2018 documentos perdidos en archivos de la justicia italiana permitieron demostrar la implicación del “maestro”.
Una simple hoja de papel doblada en cuatro, encontrada en uno de los bolsillos de Licio Gelli cuando fue detenido en Suiza en 1982, gracias a la digitalización de los archivos judiciales —y sobre todo gracias a la entrega de las familias de las víctimas—, ha demostrado décadas después que los cinco millones de dólares que se pagaron a los ejecutores existieron.
El documento prueba que el dinero que se transfirió a los ejecutores neofascistas del cuerpo armado revolucionario —pocos días antes del atentado—, procedía de una cuenta numerada en el UBS de Ginebra, donde Licio Gelli ocultó 300 millones de dólares desviados del Banco Ambrosiano.
“Moriré fascista”
Tras su rocambolesca fuga en 1983 de la prisión suiza de Champ-Dollon [en el cantón de Ginebra], de vuelta en Italia, Licio Gelli disfrutó de un apacible retiro en su magnífica residencia de Arezzo, sin pasar ni un solo día entre rejas en su propio país. Pocos años antes de su muerte, en 2015, repitió públicamente el mantra que lo guio durante toda su vida: “Nací fascista, luché por el fascismo, moriré fascista”.
El abogado ginebrino Marc Bonnant relata que para escapar a los cargos más graves que se le imputaban en Italia —sobre todo el relativo a su implicación con el atentado de Bolonia— el titiritero pudo utilizar la justicia suiza gracias, en parte, a su talento.
Tras su detención en Suiza, el Tribunal Federal consideró que estos cargos eran “persecuciones políticas”, lo que impidió, tras su extradición, que la justicia italiana lo juzgara por estos hechos.
Simulacro de juicio
Marc Bonnant recuerda el día en que Licio Gelli —huido y buscado por todas las fuerzas policiales— le pidió que se reuniera con él en un restaurante del centro de Roma. Desde allí, el abogado ginebrino lo llevó en su coche a Ginebra, donde, tras un aparente juicio, el maestro pudo acogerse a la “carta blanca” que el Tribunal Federal le ofrecía.
Tras volver a Italia, Licio Gelli fue condenado por su papel en la quiebra del Banco Ambrosiano, pero su avanzada edad hizo que evitara la cárcel. No obstante, su implicación directa en el atentado no pudo demostrarse. Así que el famoso “documento de Bolonia” que prueba este vínculo financiero se encontró demasiado tarde.
La Fiscalía de Bolonia en 2017 reabrió una investigación sobre el aspecto financiero del atentado. Las pesquisas identificaron cuatro nombres, entre ellos el de Licio Gelli. Pero todos ya han fallecido, por lo que no puede haber ni juicio ni condena ni absolución.
A pesar de ello, Andrea Speranzoni, que representa a las víctimas, espera que, por fin, otros juicios todavía abiertos contra algunos de los actores secundarios arrojen luz sobre los orígenes de la tragedia del 2 de agosto de 1980.
Coproducido por swissinfo.ch, Europe 1 Studio y Gotham City, Dangereux Millions repasa seis importantes casos de blanqueo que, en las últimas décadas, han marcado Suiza y su sector bancario.
Dangereux Millions nos adentra en el turbio mundo de la mafia neoyorquina de los años 20 y 30 del siglo XX, en los cárteles de la droga de América Latina y en la camarilla de los oligarcas rusos que manejan los hilos en su país.
Casos que ilustran el modo en que la delincuencia organizada ha creado y desarrollado sofisticados sistemas de flujos financieros, y que muestran que millones de dólares —en distintas divisas— han acabado en las cuentas y cámaras acorazadas de bancos suizos.
Texto adaptado del francés por Lupe Calvo
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