«Un buen chocolate no se pega en el paladar»
La emblemática marca Frey llega por primera vez a Sudamérica y lo hace en Chile; un mercado pequeño, pero interesante. No por nada este país tiene actualmente el mayor consumo per cápita de chocolate de la región. Y las importaciones que más aumentan son las de gama alta.
La relación entre los chilenos y los chocolates suizos es bastante larga. Sin ir más lejos, Nestlé está presente en el país andino desde 1934 y tiene una cuota de mercado significativa, orientándose más hacia el consumo masivo.
Pero si hablamos de chocolates Premium, la oferta suiza es más reducida. Hace varios años la marca Lindt llegó al país, con una distribución canalizada en cadenas de supermercados y algunas tiendas especializadas. Sin embargo, el aumento del consumo de estas barras de cacao en Chile ha despertado el interés de nuevas firmas helvéticas como Frey.
Marc Balsiger, gerente de Exportación de Frey, señala a swissinfo.ch desde Buchs (sede central de la compañía) que tras de una profunda investigación del mercado chileno, su demografía y el negocio chocolatero local, decidieron comenzar a exportar sus productos a este país. “Hasta ahora ha demostrado ser una muy buena decisión y estamos muy contentos con la respuesta de los consumidores”.
Cifras muy dulces
Según un estudio de la consultora internacional Euromonitor, en 2009 los chilenos consumieron 2,6 kilos de confitería de chocolates, de los cuales 1,8 corresponden al macizo (barra). Para 2010 se calcula que el consumo de tabletas se elevó a 2 kg, más de lo que consumen los argentinos (1,6 kg), brasileños (1,77 kg) o los colombianos (0,6 kg).
Eso sí, al comparar volúmenes de dinero, las cifras son menores. Según Euromonitor, en 2010, esta industria movió en Chile 467,2 millones de dólares, un 9,9% más en comparación con el año anterior. En Argentina, la cifra fue de 1.307,7 millones de dólares, casi el triple. Respecto al gasto por persona, los argentinos ocuparon el primer lugar, con 32,1 dólares y los chilenos, el segundo, 27,3.
Un dato interesante es que el consumo de chocolates de gama alta creció entre un 15 y un 30% durante el año, estiman las tiendas especializadas. Y también han crecido las importaciones: solo en el primer trimestre de este año aumentaron en un 47% con respecto al mismo periodo de 2010.
Se trataría de una tendencia derivada no solo del mayor poder adquisitivo de los chilenos, sino también del reconocimiento de las cualidades antioxidantes y antidepresivas de este estimulante alimento.
Las claves de un buen chocolate
“Acá no todos conocen la marca Frey, de modo que al principio no fue tan fácil introducirlo. Tras unos meses la demanda ha ido creciendo sistemáticamente, lo que nos tiene muy satisfechos”, señala Jean Schnetzer, un suizo afincado en Chile desde hace casi 30 años. “Entré a este rubro porque -como todo buen suizo- siempre he sido amante del buen chocolate”.
Aunque prefiere no dar cifras exactas, cuenta que este año importó 3 3 contenedores (180 mil unidades) y que en 2012 subirá al menos a 4 (240 mil unidades). Actualmente sus productos se encuentran en una cadena de supermercados -la misma donde se venden los productos Lindt-, grandes almacenes y tiendas especializadas. Además, están en negociaciones con otros centros comerciales.
“En Chile, hoy en día hay chocolates buenos, en especial los artesanales, pero son más para consumo interno, chocolates del día, como se les llama. Pero si hablamos de chocolates de exportación, hay calidades que marcan diferencia”, sostiene Schnetzer, quien junto con su esposa, la chileno francesa Jacqueline Chauvaud, fundó este negocio familiar.
Un chocolate de alta gama, señalan los entendidos, debe tener en un porcentaje de cacao superior al 50%. “El cacao y la mantequilla de cacao son fundamentales. Se puede usar sustitutos de la mantequilla de cacao. De hecho, algunos le agregan para disminuir el precio, pero se pierde calidad”, precisa este suizo nacido en Lucerna.
“Un buen chocolate no se pega en el paladar ni deja ese sabor a grasa que tienen los sustitutos”, agrega su esposa. Tampoco es buena señal que brille o tenga un color disparejo. Y en cuanto entre en la boca, debe disolverse suave y homogéneamente, al contacto con la temperatura corporal. “Por eso es importante que se mantengan en ambientes climatizados con temperaturas no superiores a los 22°C”, explica Schnetzer, que es ingeniero en refrigeración y aire acondicionado.
“Las barritas bañadas en chocolate que venden en las calles o en quioscos de Santiago pueden estar muchos días a temperatura ambiente; no así un buen chocolate, que no resiste temperaturas altas en esas condiciones, en especial en esta época del año, con temperaturas de 30º C”.
Lamentablemente, en Chile no existe una legislación que impida denominar chocolate productos que no se elaboran según el proceso tradicional (como el concheado o batido mecánico inventado en 1880 por el suizo Rodolfe Lindt) o que están mezclados con grasas animales o vegetales.
Pese a ello, los empresarios del sector sostienen que el gusto de los chilenos se ha refinado y que, por lo tanto, los productos de mayor calidad se irán destacando por sí solos. El desembarco de los chocolates Frey parece ser una señal en ese sentido.
“Ser el primer país de Latinoamérica donde Frey exporta sus productos es una referencia muy grande. Y yo estoy seguro de que vamos a cumplir con las expectativas”, vaticina Schnetzer.
Con una facturación anual de 404 millones de francos suizos y ventas de 40.000 toneladas, Frey es referente entre los fabricantes de chocolate suizo.
Su fábrica, ubicada en Buchs, cantón de Argovia, y se fundó en 1887.
Actualmente, la marca se comercializa en más de 50 países en los 5 continentes. La exportación representa un tercio de su facturación total, 117 millones de francos.
Tiene una cuota de mercado del 38%, lo que lo convierte en líder del comercio del chocolate en Suiza.
Los suizos tienen el récord en consumo anual per cápita de chocolate: 11 kg, en comparación con los 2,5 kg de los países de la Unión Europea.
Según datos de la Cámara de Comercio de Santiago correspondientes al primer trimester de 2001, los principals mercados de los que Chile importa chocolate son:
Argentina (4,3 millones dólares)
Estados Unidos (5,2),
Ecuador (3,8),
Bélgica (2,3),
Brasil (2,3),
Alemania (2,2) y
Suiza (1,8 millones de dólares).
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