¡Un robot no del todo marciano, pero ciertamente espacial!
Un vehículo de exploración espacial desarrollado en la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) ha obtenido prestigio y una medalla de bronce. Los estudiantes que lo construyeron no irán a Marte (como máximo a la Antártida), pero sin duda habrán adquirido una valiosa experiencia.
No estamos en un concurso científico de genios en ciernes de película estadounidense. Desde 2014, el European Rover Challenge (ERC) atrae a Polonia, a pesar de su nombre, a estudiantes universitarios de todo el mundo, capaces de construir un dispositivo sobre ruedas capaz de evaluar y explorar de forma independiente terrenos accidentados, y tomar muestras de suelo. Como en Marte o en la Luna.
En su primera participación, en septiembre de 2021, el equipo de la EPFL XploreEnlace externo hizo un gran trabajo: ocupó el primer lugar en dos criterios de evaluación (Ciencia y Sondeo) y el tercer lugar general entre 58 grupos participantes. El aparato de los estudiantes de la EPFL, llamado Argos, se mueve sobre seis ruedas montadas sobre una suspensión inspirada en aquellas de la NASA y tiene sensores, un brazo robótico y un módulo de análisis.
Magnífico. Pero, ¿qué impulsa a estos jóvenes, cuya agenda ya está repleto de cursos, a dedicar 10, 20 o incluso más horas a la semana a su proyecto?
“Al principio éramos cuatro, activos en el Rocket Team. Advertimos luego que a la EPFL le faltaba un proyecto estudiantil de robótica pura», dice Quentin. Por eso decidimos lanzar uno, abierto a todas y todos”. Y a pesar de que las mujeres siguen siendo una minoría en estos campos técnicos, entre los 80 integrantes de Xplore hay una docena, de las cuales dos están al frente de dos de los siete grupos que componen el equipo (cada uno de ellos se concentra en un subsistema de Argos).
En la EPFL también han sido construidos cohetes desde 2017. Con 200 estudiantes de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Lausana y de otras universidades de la Suiza de expresión francesa, el Rocket TeamEnlace externo ha realizado más de 40 lanzamientos. En octubre de 2021, en Portugal, ganó el título de campeón europeo de construcción y lanzamiento de cohetes para estudiantes en el EuRoCEnlace externo (European Rocketry Challenge). En junio de ese mismo año, el equipo suizo obtuvo dos segundos puestos en una competición similar en Estados Unidos.
El equipo de cohetes tiene su homólogo alemán, ARISEnlace externo, con sede en la Escuela Politécnica Federal de Zúrich: 12 lanzamientos y un título europeo en la misma competición EuRoC 2021, en la categoría de motor híbrido, capaz de ascender hasta 9000 metros de altitud.
Estos cohetes son verdaderas naves espaciales en miniatura. El equipo de la EPFL se centra ahora en la transición a un cohete supersónico para el próximo EuRoC. Y su ambición -al igual que la de ARIS- es llegar al espacio en pocos años. El Equipo Cohete también quiere desarrollar las tecnologías para convertirse en la primera asociación de estudiantes que haga descender sus cohetes suavemente a la tierra, como los de SpaceX.
La idea es desarrollar habilidades que no se pueden adquirir en los cursos. Thomas, que trabaja en su maestría en microtécnica, aprecia el componente práctico del proyecto. Y para él, como para los demás, también es una oportunidad de entrar en contacto con estudiantes de otros campos.
Y es que Argos necesita una amplia gama de habilidades. En mecánica robótica, por supuesto, pero también en programación, comunicación y diseño de circuitos electrónicos. Con un imperativo: todo debe ser lo más ligero y económico posible. De ahí el uso de impresoras 3D para fabricar componentes de plástico.
También se necesita hacer algo de mercadotecnia. La EPFL apoya Xplore en el marco del programa MAKE,Enlace externo cuyo objetivo es fomentar el aprendizaje interdisciplinario y la gestión de proyectos, pero también ha sido necesario encontrar patrocinadores privados. “Recaudamos alrededor de 115 000 francos. La colecta de fondos fue bastante difícil al principio, ya que no teníamos nada que mostrar a los posibles patrocinadores”, recuerda Jonathan, ingeniero de sistemas de Argos.
No es el dinero lo que motiva a los miembros de Xplore. Por supuesto, el primer lugar en una competencia también les reporta económicamente, pero la ganancia es sobre todo en términos de visibilidad. Por eso, tras participar en el ERC, el equipo quiere presentar una versión mejorada del Argos en el próximo University Rover Chalenge (URCEnlace externo) evento organizado cada año en un desierto de Utah (EE UU) por la famosa Mars Society.Enlace externo
A más largo plazo, la idea es desarrollar un robot polar para expediciones al hielo antártico. Por lo tanto, Xplore no es necesariamente un semillero de futuros profesionales del espacio. Quentin, es cierto, es un aficionado a la ciencia ficción, pero los demás se inspiran en otra parte: Arion, por ejemplo, practica la programación desde los 12 años «como un acto creativo cuyo único límite es la imaginación», mientras que Émile se figura más bien una carrera en informática pura, con una inclinación por la ciberseguridad.
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