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“Un sistema de repliegue no puede ser el bueno”

Para Alberto Achermann, sería mejor invertir en la formación en el terreno más que en sistemas sofisticados de control fronterizo. swissinfo.ch

La Unión Europea (UE) no logró llegar a un acuerdo sobre las cuotas para la distribución de los refugiados, lo que Alberto Achermann, profesor de Derecho de Migraciones en la Universidad de Berna, considera vergonzoso. La crisis actual podría constituir una oportunidad para replantear totalmente la política en la materia, considera el experto.

swissinfo.ch: La UE no logró un acuerdo para la repartición fija de refugiados, sino solamente un concepto de una distribución voluntaria definida por cada país. ¿Significa un pequeño paso en la buena dirección o la prueba de una falta de solidaridad?

Alberto Achermann: Si se trata solamente de un paso, lo veremos en el momento en el que haya ofertas concretas para aceptar refugiados. El gran problema reside en el hecho de que los países que se mostraron dispuestos a recibir refugiados hacen ya más que los otros. Habrá que ver si esos países van a recibir voluntariamente todavía más gente proveniente de Italia y de Grecia.

Alemania se comprometió de manera decisiva en favor de la clave de repartición y no puede prácticamente dejar de recibir otros demandantes de asilo, a pesar de que cuenta ya hoy con un número bien superior a la media europea en relación con su población.

Los Estados que tienen actualmente menor cantidad de refugiados se pronunciaron contra las cuotas obligatorias. Me pregunto si van a participar en el esfuerzo común sobre una base voluntaria.

La gran pregunta es de saber si los refugiados que serán distribuidos van a permanecer en los países de atribución o si el reparto va a dar lugar a una migración secundaria. ¿Por ejemplo, la gente que fue enviada a Eslovaquia va a permanecer allí? ¿Va a continuar el viaje hacia Suecia o Inglaterra, países a dónde desde el inicio hubiera querido llegar?

Alberto Achermann. swissinfo.ch

swissinfo.ch: El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados habla de 60 millones de exilados en el mundo.  El tema que nos ocupa se refiere “solamente” a 60’000 personas. Una gota de agua en el océano…

A. A.: Para Grecia e Italia significa algo más que una simple gota. Pero, evidentemente, a escala mundial, es relativo en comparación con países como Líbano o Turquía donde prevalece una realidad migratoria que no nos podemos incluso imaginar.

swissinfo.ch: Suiza, que participa en los acuerdos de Schengen y de Dublín, se manifestó a favor de las cuotas de distribución.  ¿Esta posición es resultado de un interés propio para aliviar su propia situación o entran en juego otros motivos?

A. A.: Pienso que se trata, en primer lugar, de sus propios intereses, sino Suiza – que no es miembro a parte entera del espacio europeo- no se comprometería tan activamente. Por otra parte, las estadísticas muestran que en el transcurso de los últimos 15 a 20 años, Suiza ha integrado siempre el grupo de los países que reciben más refugiados en relación con su población. Es por esto que resulta bastante comprensible que Suiza forme parte de los principales promotores de la propuesta de una cuota de repartición.

Pero Suiza nunca se ha implicado seriamente a favor de una verdadera política común europea en materia de asilo. El hecho de que no haya retomado las directivas en materia de asilo muestra que no puede o no quiere participar plenamente.

swissinfo.ch: ¿Por cuestiones de política interna?

A. A.: Se deberían introducir ciertas modificaciones a las leyes sobre el asilo. Por ejemplo, una mejoría en la situación jurídica de las personas admitidas provisoriamente, un estatus que no existe para nada en el derecho europeo. En ese campo mantenemos una línea más restrictiva, lo que muestra que Suiza, en ese aspecto, no expresa la solidaridad que manifiesta en lo que respecta al criterio de distribución.

swisinfo.ch: La ministra suiza de Justicia y Policía, Simonetta Sommaruga, se ha expresado a favor de una clave de distribución “justa”, ¿Cuáles deberían ser los criterios?

A. A.: Pienso que los criterios elaborados por la Comisión Europea no son malos. Pone en relación el número de demandantes de asilo con la población total, las tasas de desempleo, el producto interno bruto y los refugiados ya instalados en el país. Esos lineamientos no son criticables, lo que sí, es el principio de la obligación de aceptar una cuota de refugiados.

swissinfo.ch: Los países que constituyen la frontera exterior del espacio Schengen, como Grecia, Italia o Hungría, están particularmente confrontados a una presión migratoria permanente. Según el acuerdo de Dublín corresponde al país por el cual el refugiado ha ingresado por primera vez en Europa decidir sobre la demanda de asilo. ¿No habría que revisar este acuerdo?

A. A.: Se habla de una repartición injusta de la carga desde que se estableció el acuerdo de Dublín en 1990. Durante los primeros años no era un problema muy preocupante, porque había pocas demandas de asilo en los países del Sur.

Pero desde que las solicitudes aumentaron significativamente la problemática apareció con toda su magnitud. Si se llega a una cuota de repartición, habría que revisar dicho acuerdo. Sería entonces el momento de modificar el mecanismo. No será fácil determinar el lugar donde la solicitud de asilo deberá examinarse: en la frontera exterior del espacio Schengen o en cada Estado de acogida.

De hecho, se parte del principio de que los Estados situados en la frontera exterior del espacio Schengen son responsables de que los refugiados lleguen al país, lo que debería incitarles a vigilar mejor sus fronteras. Esa es la lógica de este sistema de asilo.

Podría también darse el caso de que se mantenga el criterio de la frontera externa, pero incorporando una clave de repartición, facilitando que los países que tienen un número particularmente elevado de demandantes puedan transferirlos.

swissinfo.ch: La realidad indica que numerosos Estados burlan los acuerdos de Schengen y Dublín cerrando temporalmente sus fronteras, procediendo a controles de aduana o registrando de forma poco clara a los candidatos al asilo. ¿Se podría pensar en el fracaso de la política europea en materia de refugiados?

A. A.: Ciertamente está golpeada. En los años 1970 y 1980, un refugiado podía más o menos elegir dónde quería presentar su solicitud de asilo. Podía optar por un país donde tenía familia o del cual conocía el idioma. Con Dublín todo ha cambiado y no creo que sea posible volver atrás. Es necesario ahora cambiar el sistema: un proceso que exigirá décadas.

Hoy, las posibilidades de obtener el asilo en Europa varían fuertemente. El reconocimiento del estatuto de refugiado va del 1% en ciertos países al 40-50% en otros. Se habla de la “lotería del asilo”. Por otra parte, las condiciones en los centros de recepción son también significativamente diferentes. Van de alojamientos relativamente decentes a tener que dormir al aire libre, o alojarse en estructuras aisladas, como a veces sucede en Hungría y Grecia.

swissinfo.ch: ¿Qué deberían entonces hacer los Estados de la UE?

A. A.: Si se quiere llegar a una repartición justa y a un mejor sistema, los Estados deberían trabajar juntos para establecer condiciones de admisión relativamente similares. Se necesitará mucho tiempo para lograr condiciones aceptables. Si se lograra, entonces el país en el que una persona presenta el procedimiento de asilo no tendría particular importancia.

Como sucede de manera interna en Suiza, donde se ha establecido una cuota de distribución de los solicitantes en los diversos cantones. El hecho de que el trámite se realice en Glaris o en Ginebra no tiene ninguna importancia: las posibilidades son en todas partes las mismas. Si los demandantes son aceptados, pueden también ser transferidos a otro cantón.

Suiza, en lo alto de la tabla

Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, 22 000 personas presentaron una solicitud de asilo en Suiza en el 2014, es decir 2,7 solicitudes por cada 1000 habitantes

La media europea es de 1,1 solicitudes cada 1000 habitantes

Solo cuatro países europeos recibieron proporcionalmente más solicitudes que Suiza. Se trata de Suecia (7,8), Hungría (4,2), Austria (3,3) y Malta (3)

swissinfo.ch: A la política europea en materia de asilo y de refugiados le falta una estrategia y visiones claras. ¿Acaso esa realidad no favorece a los traficantes de seres humanos?

A. A.: Mientras los migrantes no puedan entrar legalmente, los flujos y la pérdida de vidas humanas no tendrán fin. Tal vez sea demasiado simple de acusar solamente a los traficantes. La gente encuentra siempre medios para venir a Europa. Como lo vimos en el curso de los últimos 20 años las rutas no han dejado de cambiar pero las cifras muy por el contrario no han disminuido sino aumentado.

No se puede negar que una parte de la responsabilidad de esta situación global se debe a la miseria de los refugiados. Tal vez esta esta crisis represente la oportunidad para repensar radicalmente todo. Europa vive actualmente una “carrera armamentista”. En lugar de gastar millones para reforzar la seguridad de las fronteras con cámaras infrarrojas y perros, se debería mejor invertir en la formación en los países de origen. El sistema actual de repliegue en sí mismo no puede ser la solución.

Traducido del francés por Sergio Ferrari

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