Vínculos de los comerciantes suizos con el turbio mundo del petróleo ruso
Mientras las naciones occidentales intentan privar a Moscú de los recursos financieros que necesita para mantener su guerra contra Ucrania, la participación de negociantes de petróleo basados en Suiza es objeto de escrutinio.
Las sanciones occidentales impuestas a Rusia tras invadir a Ucrania en febrero del 2022 han provocado una intensa reorganización del comercio petrolero internacional.
En Suiza, centro neurálgico del comercio del petróleo, se retiraron múltiples jugadores tradicionales, pero solo para ser sustituidos por operadores “emergentes” y opacos con esquemas de compraventa asombrosamente parecidos a los que tenían algunas empresas basadas en la nación alpina. Pese a ello, actualmente es casi imposible rastrear a quienes están detrás de esos nacientes negocios y conocer si hay empresas o ciudadanos suizos involucrados.
La guerra en Ucrania provocó una serie de sanciones a particulares, empresas y comercio rusos por parte de la Unión Europea, Estados Unidos y las naciones ricas del G7. Suiza se ha mantenido en concordancia con la UE, y ha aplicado su décimo paquete de sanciones el pasado mes de marzo.
Sin embargo, Suiza ha sido de nuevo objeto de críticas por parte de la comunidad internacional -incluidas las ONG y, más recientemente, el G7- por no hacer lo suficiente. En particular, subrayan la limitada cantidad de activos rusos congelados en Suiza y argumentan que el país alpino podría hacer un mejor trabajo para hacer cumplir las sanciones.
En esta serie analizamos qué medidas ha tomado Suiza para ajustarse a las normas internacionales y en qué aspectos se ha quedado rezagada. Cuestionamos los motivos de las sanciones y sus consecuencias para los comerciantes de materias primas que se encuentran en Suiza. También analizamos los activos rusos en el país y conocemos cómo algunos oligarcas sortean las sanciones.
«Se ha producido un enorme giro que hizo que las firmas occidentales (tradicionales) dieran paso a nuevas empresas comerciales emergentes o especializadas en hacer negocios con Rusia”, dice Russel Hardy, director general de Vitol, la principal empresa comercializadora de petróleo a nivel mundial con sedes en Ginebra y Ámsterdam.
El comercio y transporte de petróleo ruso han sido objeto de restricciones como resultado de las sanciones que recibió Moscú tras el estallido de la guerra. En junio de 2022, Suiza suscribió las sanciones que había adoptado previamente la Unión Europea (UE) que prohibían progresivamente el transporte marítimo de petróleo crudo desde Rusia. En febrero del 2023, Berna dio un paso adicional alineándose con la UE y el G7 en la imposición de precios máximos para los combustibles y los productos petroleros refinados. Desde diciembre pasado, el petróleo crudo comprado directamente a Rusia está sujeto a un precio máximo de 60 dólares por barril.
Antes de la guerra, la venta de petróleo representaba entre 30 y 35% de los ingresos presupuestarios rusos, lo que le convertía en un objetivo obvio para la aplicación de sanciones. Europa era el principal comprador de crudo ruso, y entre el 50 y el 60% de este petróleo se comercializaba a través de Suiza vía compañías dedicadas a las materias primas como Trafigura, Vitol, Glencore y Gunvor, según la oenegé helvética Public Eye.
Trafigura y Vitol informaron en marzo que solo estaban exportando a Rusia suministros limitados de productos refinados, respetando así las normas internacionales, una compleja tarea que ha tenido trabajando noche y día a los equipos internos de cumplimiento de estas firmas.
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El comercio de materias primas en Suiza
Éxodo de gigantes
La participación en el petróleo ruso está llena de desafíos éticos y legales, y se convirtió en un campo minado para la reputación de los bancos que otorgan créditos a los comerciantes de petróleo. Pero es simultáneamente una lucrativa oportunidad para los recién llegados dispuestos a operar en la sombra, sin temor a violar sanciones.
Las grandes petroleras como BP, Shell o Equinor abandonaron sus negocios rusos en marzo del 2022. Los gigantes suizos de las materias primas siguieron sus pasos. Antes de la guerra, Vitol, Trafigura, Glencore y Gunvor comerciaban, conjuntamente, más de un millón de barriles de petróleo ruso al día, una octava parte de las ventas diarias de crudo de Rusia, según estimacionesEnlace externo de Energy Intelligence. Sin embargo, las grandes firmas cortaron lazos comerciales con Rusia durante el verano del 2022.
En julio del 2022, Trafigura vendió su controvertida participación de 10% en Vostok Oil, un proyecto liderado por la petrolera estatal rusa Roseneft, que tenía previsto desarrollar yacimientos petroleros y de gas en el Ártico. Por su parte, Vitol también vendió su participación en diciembre. En ambos casos, sus títulos fueron adquiridas por una pequeña empresa llamada Nord Axis Limited, que había sido registrada en Hong Kong apenas una semana antes del estallido de la guerra en Ucrania, según el Financial Times (FT).Enlace externo
El vacío dejado por los gigantes comerciales fue llenado pronto por empresas estatales rusas, chinas y por una constelación de pequeñas empresas registradas en jurisdicciones opacas que no se sumaron a las sanciones occidentales que pesan sobre Rusia. El resultado: un mercado petrolero crecientemente fragmentado y turbio, denuncian oenegés y líderes de la industria del oro negro.
En general, se considera que estas empresas hacen algo incorrecto, no son aceptadas y no se les percibe como transparentes, explica Hardy.
El surgimiento de estos comerciantes emergentes (conocidos como pop-up) y sus vínculos con Suiza han sido objeto de investigaciones por parte del FT, Public Eye y Global Witness. Hay dos compañías, en particular, que tienen empresas “gemelas” fuera de Suiza que despiertan suspicacias: Paramount y Sunrise. Sin embargo, están envueltas en un velo de secrecía que hace casi imposible determinar quiénes son sus dueños y si violan las sanciones o los “techos” de precios.
«El problema es que no sabemos quién está detrás de estas empresas porque a menudo carecen de sitios web y no hay manera de contactarles», denuncia Mai Rosner, activista senior de Global Witness. «Son completamente opacas y desconocemos quién les controla”, añade.
Las jurisdicciones donde se encuentran estos nuevos negociantes son laxas en materia de divulgación de datos. En Dubái, por ejemplo, las empresas privadas no están obligadas a revelar los nombres de sus directores o accionistas. Llaman especialmente la atención Paramount Energy and Commodities DMCC, un operador que surgió en los Emiratos Árabes Unidos replicando los flujos de transacciones petroleras de Paramount Energy & Commodities SA, con sede en Suiza. La similitud de los nombres y pautas comerciales levanta cuestionamientos sobre la relación que hay entre ambas y presenta el desafío de garantizar que realmente se cumplan las sanciones internacionales.
Rosner supo de la existencia de Paramount Energy mientras investigaba si los operadores estaban respetando el límite del precio del petróleo crudoEnlace externo de 60 dólares por barril.
«El petróleo es fundamental para los arsenales de guerra del Kremlin».
Conexiones opacas
La investigación de Mai Rosner se centró en el petróleo crudo ESPO que se negociaba fuera del puerto ruso de Kozmino, ya que se cotizaba a niveles superiores al límite de 60 dólares impuesto por el G7 en diciembre pasado. La base de datos Kpler -especializada en materias primas- mostró que Paramount SA fue uno de los principales operadores de ESPO durante enero y febrero del 2023, evidenciando una aparente violación del límite de precio impuesto.
Public Eye publicó un perfil de este misterioso comercianteEnlace externo en abril de 2022. Investigaciones realizadas por separado por Global Witness y el FT, publicadas en marzo de este año, encontraron que el comerciante parecía haber transferido su negocio petrolero ruso a la empresa dubaití Paramount DMCC a partir de junio de 2022.
«Es difícil creer las afirmaciones de que no hay relación entre las dos empresas «, dice Rosner. «Ambas compañías afirman que operan de forma autónoma y que el fundador de Paramount SA no tiene ninguna participación directa en Paramount DMCC, pero se sabe él vive ahora en Dubái y que Paramount DMCC se ha hecho cargo de todo el negocio que antes manejaba Paramount SA entre Kozmino y China», añade.
La investigadora no argumenta que las empresas hayan violado las sanciones internacionales o el límite de precios. El reporte de Global Witness destaca que Paramount puede operar sin respetar el “techo” de precios porque está en Dubái, no tiene empleados europeos, no hace negocios con Europa y no está, por lo tanto, controlada por una entidad europea. Hechos que hacen que los temas de la propiedad y el control de las dos empresas adquiera aún más relevancia.
Lagunas jurídicas
A diferencia de la legislación europea y estadounidense, la ley de sanciones helvética no se aplica a los suizos que viven en el extranjero. Existe una laguna jurídica que es equivalente a “invitar a los negociantes internacionales a incumplir las sanciones simplemente haciendo algunos ligeros cambios en sus estructuras organizativas», destaca Public Eye, que arroja información relevante sobre Paramount en el informe Russian Oil in Switzerland: A Fake Farewell?Enlace externo publicado en marzo pasado.
Paramount SA afirma que no ha hecho nada ilegal. Consultada por SWI swissinfo.ch, respondió que, si bien Paramount DMCC es su subsidiaria, es una entidad legal independiente, obligada a seguir la ley emiratí y no la suiza.
«Paramount SA niega enfáticamente cualquier acusación de violación al límite de precios impuesto al petróleo ruso o cualquier otra sanción», expresa la compañía en un correo electrónico. «Paramount SA canceló todas sus transacciones relacionadas con el petróleo crudo y sus derivados de origen ruso desde septiembre de 2022, mucho antes de que entrara en vigor el límite de precios. Sus actividades siempre se han apegado a las sanciones y, en general, al cumplimiento de todas las leyes relacionadas con sus actividades».
El informe de Public Eye también destaca las operaciones de Sunrise, una firma que recibió cuatro cargamentos -por casi 400.000 toneladas de crudo- originarios de Kozmino en septiembre de 2022. De acuerdo con el registro mercantil suizo, una empresa llamada Sunrise Trade SA se inscribió como fiduciaria en 2020. En el escueto sitio web de esta última se explica que comercializa petróleo crudo, productos refinados del petróleo y petroquímicos en Rusia y el resto del mundo. Sin embargo, se tiene constancia de que una empresa llamada Sunrise X Trading se registró en Hong Kong en 2022. Pero en ausencia de una investigación formal por parte de las autoridades, es difícil establecer un vínculo contundente entre ambas. Los esfuerzos de SWI por ponerse en contacto con la empresa suiza resultaron infructuosos.
«Suiza no tiene aún un registro público de los beneficiarios de las empresas, y las autoridades sólo pueden acceder a estos datos si se abre una investigación. Esto supone un verdadero problema», afirma Agathe Duparc, investigadora de Public Eye.
El petróleo sigue fluyendo
Sobre la marcha, el petróleo ruso sigue abasteciendo al mercado global. Una laguna jurídica en las sanciones occidentales permite que el crudo, una vez refinado, pueda distribuirse en cualquier lugar del mundo y regrese incluso a Europa sin penalización alguna. Una deficiencia que ha generado jugosos negocios para las refinerías de los países que no suscribieron las sanciones contra Rusia. En enero del 2023, India importó más de 57 millones de barriles de crudo ruso, casi 20 veces más que un año antes, según Global Witness. La base de datos Kpler muestra también que Turquía importó 143 millones de barriles de crudo de Rusia en 2022, 50% más que en 2021.
«La laguna legal del refinamiento permite que el petróleo ruso se transporte a refinerías de terceros países y se transforme en productos como diésel o gasolina que regresarán a Europa», confirma Rosner. Global Witness llama la atención sobre una refinería turca que acepta casi exclusivamente crudo ruso que luego será transformado y exportado a Europa como diésel por las grandes firmas petroleras, como Vitol.
Las normas que rigen la prohibición del crudo y la limitación de precios son complejas y difíciles de hacer cumplir. Suiza, por ejemplo, carece de autoridad propia en materia de sanciones, así que depende de sus cantones, bancos u organismos federales para denunciar las infracciones al “techo” de precios y a las sanciones.
La Secretaría de Estado de Economía de Suiza (SECO) ha declarado públicamente que no está monitoreando el cumplimiento de estas reglas. Por su parte, el Ministerio Público de la Confederación (MPC) ha expresado que sólo puede abrir una investigación sobre presuntas violaciones a las sanciones si SECO se lo solicita antes, pero declinó comentar si la autoridad económica ya le ha presentado alguna petición de este tipo. También se negó a comentar en dónde se traza la línea entre las empresas vinculadas, pero que operan en jurisdicciones diferentes, en lo que respecta a la aplicación de sanciones por parte de Suiza.
«Tenemos que confiar en que las empresas que operan en Suiza respetan la legislación local», según expresó Helene Budliger, directora de SECO a la televisión suiza en marzo, “pues no somos ni policía ni fiscalía».
+ El Gobierno suizo quiere supervisar más el sector del comercio de materias primasEnlace externo
Durante décadas, Suiza se había ufanado de preservar la confidencialidad de las personas que realizan negocios en su país, pero la invasión rusa a Ucrania y sus consecuencias están arrojando una incómoda luz sobre esta práctica. Funcionarios ucranianos y legisladores estadounidenses, así como numerosas oenegés, aseguran que las autoridades suizas deberían ser más proactivas en la aplicación de sanciones.
«La guerra en Ucrania ha puesto de relieve todas las deficiencias de Suiza en la lucha contra la corrupción, el lavado de dinero y la aplicación de sanciones», sintetiza Duparc, de Public Eye.
Texto adaptado del inglés por Andrea Ornelas
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