Cada diez minutos nace un niño apátrida, un problema creciente
Cada 10 minutos nace en alguna parte del mundo un niño sin nacionalidad, un problema agudizado por el conflicto en Siria que condujo a la peor crisis migratoria en Europa desde 1945, indicó este martes Naciones Unidas, que quiere eliminar el estatuto de apátrida antes de 2024.
Según un informe que el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, António Guterres, presentaba en la sede de Naciones Unidas en Nueva York, «el problema sigue creciendo».
En los países donde viven las 20 poblaciones apátridas más numerosas, 70.000 niños apátridas nacen al menos cada año. Birmania, Costa de Marfil y Tailandia encabezan estos Estados. «En el limitado tiempo en el que los niños aprenden a ser niños, la apatridia puede inscribir de manera permanente los problemas que les acechan durante toda su infancia y, así, condenarlos a una vida de discriminación, frustración y desesperanza», declaró Guterres, en el informe que subraya las dificultades en el acceso a la educación, sanidad y empleo.
Durante los conflictos, la ausencia de un registro de nacimientos crea un riesgo especialmente alto de apatridia para refugiados y migrantes.
Este es el caso del conflicto en Siria, que Naciones Unidas considera como la mayor crisis humanitaria en el mundo, después que cuatro millones de personas se viesen obligadas a huir a países vecinos.
Varios cientos de miles, entre ellas mujeres que dieron a luz por el camino, buscaron refugio en Europa.
A causa de la discriminación vinculada al género inscrita en la legislación siria, los niños sirios sólo pueden adquirir la nacionalidad de su padre.
Sin embargo, el conflicto ha dejado casi un 25% de los hogares de los refugiados sirios sin un padre que pueda acreditar su nacionalidad. La emisión de un certificado de nacimiento se convierte así en la única manera de demostrar la ciudadanía de un menor en muchos casos, constata Acnur.
Para esta agencia de Naciones Unidas, el registro del nacimiento es de «vital importancia» para los niños refugiados sirios, que nacieron en los países de asilo y que en muchos casos fueron separados de sus padres o de sus familias.
«Esto contribuiría a prevenir la apatridia entre estos niños, a garantizar su reconocimiento como ciudadanos sirios y a permitirles regresar a Siria cuando las condiciones sean propicias», explica Acnur.
La discriminación, ya sea por motivos étnicos, religiosos o de género, sigue siendo la principal causa de apatridia en el mundo.
Hace un año, Acnur lanzó una campaña para poner fin al estatuto de apátrida antes de 2024.
Para ello, insta a los Estados a permitir a los menores obtener la nacionalidad de los países en los que nacieron si corren el riesgo de convertirse en apátrida, a abrogar las leyes que impiden a las madres transmitir su nacionalidad, a suprimir las leyes y prácticas discriminatorias, y a garantizar el registro universal de nacimientos.