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COP29, Suiza quiere incluir a China y Rusia entre los países que pagan la crisis climática

COP29
Inundaciones sin precedentes en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, Pakistán, 29 de agosto de 2022. KEYSTONE

Suiza quiere que los países en desarrollo que generan muchas emisiones de CO2, como China y Rusia, paguen también por la crisis climática de las naciones más pobres. La controvertida propuesta se presentará por primera vez en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP29), que se celebra en Bakú (Azerbaiyán) del 11 al 22 de noviembre. 

Sustituir una central eléctrica de carbón por otra de energías renovables, construir diques para evitar inundaciones o promover técnicas agrícolas resistentes a la sequía: son algunas de las medidas indispensables para reducir las emisiones de CO2 y adaptarse al cambio climático. Estas actuaciones son especialmente urgentes en los países más vulnerables al calentamiento global, que, con frecuencia, son también los que menos han contribuido al aumento de las emisiones y carecen además de recursos para actuar. Hablamos, por ejemplo, de Pakistán o Somalia.

Es decir, se trata de la siguiente pregunta: ¿quién debe financiar la transición hacia una sociedad baja en emisiones y las soluciones para una mayor resistencia climática en estos países? La respuesta más obvia es quién tiene mayor responsabilidad. Por tanto, deben ser las naciones que más gases de efecto invernadero han liberado a la atmósfera y que más han contribuido al aumento de la temperatura del planeta. O lo que es lo mismo, las naciones industrializadas.

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Sin embargo, esta solución compartida durante décadas se está poniendo actualmente en tela de juicio. El mundo ha cambiado, y países que antes eran responsables de una pequeña fracción de las emisiones globales, como China o Arabia Saudí, se encuentran ahora entre los que emiten más CO2Enlace externo. ¿Deben, por tanto, contribuir también a financiar proyectos climáticos en los países pobres?

Esta es la pregunta a la que deberá responderse en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP29Enlace externo) que se celebra en Bakú (Azerbaiyán) del 11 al 22 de noviembre. Se espera que la cumbre adopte un nuevo objetivo de financiación climáticaEnlace externo y los representantes de casi 200 países, entre ellos Suiza, debatirán quién debe contribuir y con qué cantidad total.

Entre las propuestas sobre la mesa figura la de SuizaEnlace externo, primer país junto con Canadá en presentar criterios claros para ampliar la base de donantes.

«Nadie discute que los países industrializados tienen el deber de participar en la financiación climática», dice a SWI swissinfo.ch Felix Wertli, jefe negociador suizo en la COP29. “Sin embargo, creemos que los países en desarrollo que hoy generan muchas emisiones y tienen la capacidad económica para hacerlo deberían también contribuir”.

La financiación climática para los países pobres no es suficiente

La Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) adoptada en 1992 define qué países están obligados a proporcionar ayuda financiera al resto del planeta. Esas naciones -entre ellas Estados Unidos, los miembros de la Unión Europea, Suiza, Gran Bretaña y Japón- se comprometieron en 2009 a aportar 100.000 millones de dólares anuales de aquí a 2020. El objetivo se alcanzó, pero hubo que llegar para ello a 2022.

Sin embargo, con la intensificación de la crisis climática, se necesita más dinero. Los países en desarrollo necesitan cinco veces más -unos 500.000 millones de dólares al año- para frenar los efectos del cambio climático, según la ONU. Una estimación considerada insuficiente por India y los Estados africanos, para quienes la cantidad total debería ser de al menos 1 billón de dólares al año. 

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Un ejemplo de adaptación climática: un dique en el estado de Kerala, India. Copyright 2023 The Associated Press. All Rights Reserved

«Cuanto más ampliemos la lista de países donantes, mayor podrá ser el importe total del nuevo objetivo», afirma Felix Wertli. También es una cuestión política, añade. Si todos los países en condiciones de hacerlo contribuyen al objetivo, Suiza y otras naciones industrializadas estarán quizá más inclinadas a aumentar la financiación climática porque saben que el esfuerzo es conjunto, dice Wertli.

La Unión EuropeaEnlace externo, Estados Unidos y otros Estados industrializados también piden a los países en desarrollo que generan muchas emisiones y han experimentado un fuerte crecimiento económico que participen en la financiación. La petición se dirige en particular a ChinaEnlace externo, que se ha convertido en el mayor emisor mundial. 

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China, Rusia y los Estados del Golfo Pérsico en la lista suiza de países donantes

Suiza propone ampliar el grupo de países donantes sobre la base de dos modelos. El primero considera los diez Estados que actualmente emiten más CO2 y tienen una renta nacional bruta per cápita, en paridad de poder adquisitivo, superior a 22.000 dólares.

En este grupo estarían Arabia Saudí, Rusia y China. Quedarían excluidos India, Brasil e Indonesia, que figuran entre las naciones más pobladas y contaminantes del planeta.

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El segundo modelo tiene en cuenta a los países con emisiones acumuladas de al menos 250 toneladas por habitante desde 1990 y una renta nacional bruta per cápita ajustada superior a 40.000 dólares. Este escenario incluiría a casi todos los Estados del Golfo Pérsico -Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Kuwait y Bahréin-, Singapur, Corea del Sur, Israel, Polonia y la República Checa.

El Overseas Development Institute (ODI), un think tank independiente con sede en Londres, llega a una conclusión similarEnlace externo. Qatar, Singapur e Israel deberían empezar a prestar ayuda financiera, según el ODI.

«Quando si tratta di stabilire quali altri Paesi debbano contribuire al finanziamento per il clima oltre ai Paesi ricchi, questo dovrebbe essere determinato a livello nazionale e gestito in modo autonomo: questo è lo spirito dell’Accordo di Parigi», spiega a SWI swissinfo.ch Laetitia Pettinotti, economista dell’ODI.

+ Financiación climática: ¿qué pasa con la solidaridad internacional?

El Acuerdo de París es un tratado internacional sobre el clima que pretende limitar el calentamiento global a 1,5 °C en comparación con los niveles registrados a finales del siglo XIX, cuando el uso de combustibles fósiles empezó a calentar significativamente el planeta.

Para tener alguna posibilidad de alcanzar este objetivo y evitar las peores consecuencias del cambio climático, los científicos coinciden en que es necesario reducir a la mitad o casi a la mitad las emisiones mundiales de aquí a 2030, y lograr un balance neto de cero emisiones hacia mediados de siglo.

Puntos fuertes y débiles de la propuesta suiza

La propuesta suizaEnlace externo de ampliar el grupo de países donantes es una «respuesta pragmática» a la creciente urgencia de la acción climática, afirma Brurce Mecca, del Climateworks Centre de la Universidad Monash de Australia. «Su fuerza reside en reconocer que la responsabilidad del clima no debe recaer únicamente en los países donantes tradicionales», explica a SWI swissinfo.ch.

Sin embargo, este enfoque no debe diluir las responsabilidades históricas de los países que más se han beneficiado de la industrialización impulsada por los combustibles fósiles, señala Mecca. «Existe el riesgo de que los países más ricos eludan sus obligaciones de financiación climática imponiendo una carga indebida a las economías emergentes como China, Arabia Saudí y, potencialmente, a los países de renta media».

«Existe el riesgo de que los países más ricos eludan sus obligaciones de financiación climática imponiendo una carga indebida a las economías emergentes»

Brurce Mecca, Climateworks Center

Para Bertha Argueta, de Germanwatch, una organización no gubernamental para el desarrollo y el medio ambiente, el modelo suizo tiene la ventaja de poder incluir a nuevos países donantes una vez que hayan alcanzado los umbrales de emisiones y riqueza fijados. «Esto evitará la necesidad de reabrir las negociaciones sobre esta cuestión en los próximos años», afirma.

Sin embargo, cuestiona la verdadera intención de Suiza. Muchas otras metodologías, explica, evalúan las emisiones en términos per cápita, lo que excluiría a China. Estudios más recientesEnlace externo han introducido otros factores relevantes, como el nivel de desarrollo de un país. Argueta sospecha que Suiza ha redactado una propuesta pensando ya en posibles países candidatos, por razones políticas, sin nombrarlos abiertamente.

Otro fallo de la propuesta suiza es que no tiene en cuenta la vulnerabilidad al cambio climático, según Imogen Outlaw, del NewClimate Institute.

Todos los países deben contribuir al objetivo climático

Las economías emergentes se oponen a Enlace externouna revisión del grupo de países donantes. Lin Jian, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, afirmóEnlace externo que los países desarrollados deben asumir su responsabilidad histórica en los futuros acuerdos de financiación climática y no trasladar la responsabilidad a los países en desarrollo.

China, al igual que otras economías emergentesEnlace externo, ya financia proyectos de eliminación de combustibles fósiles y de adaptación al clima en otros países en desarrollo. Sin embargo, lo hace en sus propios términos, en el marco de la colaboración Sur-Sur. Entre 2013 y 2022, China aportó una media de 4.500 millones de dólares al añoEnlace externo. En comparación, la contribución de Suiza en el marco de la CMNUCC fue de 847 millones de francos suizos (970 millones de dólares) en 2023.

El negociador suizo Felix Wertli reconoce el compromiso financiero de China y otros países en desarrollo. Sin embargo, no hay transparencia, afirma. «No sabemos si se trata sólo de préstamos o de financiación vinculada a determinadas exigencias».

La propuesta suiza tiene pocas posibilidades de éxito en la COP29. Sin embargo, podría aumentar la presión sobre algunos Estados para que participen en la financiación pública del clima de forma voluntaria y comuniquen de forma transparente su contribución a la ONU, sin renunciar a su condición de país en desarrollo. «No nos interesa cambiar la clasificación de los países», dice Wertli. «Sólo queremos que todos los países contribuyan al nuevo objetivo financiero colectivo en función de sus posibilidades. Sólo así podríamos reducir las emisiones y limitar el calentamiento global a 1,5 °C».

Editado por Veronica De Vore. Adaptado del italiano por J.Wolff / Carla Wolff

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