COP29: Suiza y el mundo, bajo presión para reducir las emisiones de carbono
Es hora de la verdad: los Estados se preparan para la cumbre climática COP29 de las Naciones Unidas, que tendrá lugar en Azerbaiyán la próxima semana. ¿Qué progresos se han hecho en los objetivos climáticos mundiales y cuál es la situación de Suiza?
Las advertencias no pueden ser más severas. ‘Jugando con fuego’, ‘sin tiempo’, ‘en la cuerda floja planetaria’: las personas expertas y funcionarios que siguen de cerca los esfuerzos para limitar el calentamiento global por debajo del umbral crítico de 1,5 grados Celsius (2,7 grados Fahrenheit) no se han andado con rodeos antes de la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático que se celebrará en Bakú (Azerbaiyán) del 11 al 22 de noviembre.
En virtud del Acuerdo de París, los países industrializados se comprometieron a aportar 100.000 millones de dólares anuales para financiar medidas de protección del clima en los países en desarrollo de aquí a 2025. Este objetivo se alcanzó por primera vez en 2022. La COP29 pretende definir el nuevo objetivo común de financiación para el periodo posterior a 2025.
También está previsto adoptar las normas de aplicación del mecanismo mundial basado en el mercado, que permite a los países poner en marcha proyectos de protección del clima en el extranjero y contabilizar las reducciones de emisiones logradas para su propio objetivo climático.
Por último, la conferencia pretende preparar los nuevos objetivos climáticos que deberán aplicar los países de aquí a 2035. El mayor reto será determinar de qué forma los países harán suyas las recomendaciones de la anterior COP, a saber, el desarrollo de las energías renovables y la eficiencia energética de aquí a 2030 y el abandono del carbón, el petróleo y el gas de aquí a 2050. Los objetivos deberán comunicarse en 2025.
Fuente: Oficina Federal del Medio Ambiente de Suiza
«Basta de palabrería, por favor», dijo Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), en la reciente presentación de su ‘Informe sobre la brecha de emisiones 2024Enlace externo‘.
Quienes dirigen el PNUMA advierten de una «enorme brecha entre la retórica y la realidad». Las emisiones no están disminuyendo lo suficientemente rápido y las naciones – especialmente los países del G20 responsables de casi el 80% de las emisiones mundiales – deben ser mucho más ambiciosas y hacer promesas «dramáticamente más fuertes» para cerrar la enorme brecha de emisiones.
Los países participantes debatirán en Bakú los objetivos de emisiones y presentarán compromisos actualizados para febrero de 2025, antes de las próximas conversaciones de la ONU sobre el clima que tendrán lugar en Brasil.
Los investigadores e investigadoras del PNUMA afirman que el «salto cuántico» en la ambición debe incluir una movilización mundial sin precedentes de energías renovables, protección de los bosques y medidas de eficiencia energética, entre otras, para alejar al mundo de la senda actual hacia un aumento «catastrófico» de la temperatura de entre 2,6 y 3,1 °C por encima de los niveles preindustriales a lo largo de este siglo.
Más del 40% de las grandes empresas, ciudades y regiones de todo el mundo aún no han establecido objetivos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, según la coalición de investigación Net Zero Tracker. En Suiza la situación parece mejor. Más de dos tercios de las 30 mayores empresas de la bolsa suiza tienen objetivos de reducción de CO2 para reducir a cero sus emisiones netas de gases de efecto invernadero de aquí a 2050. Algunos de los 26 cantones suizos también han hecho progresos en sus políticas climáticas y energéticas, en particular en el sector de la construcción, según declaró WWFEnlace externo en agosto. Sin embargo, hay importantes diferencias entre regiones y ningún cantón está aún en la senda de limitar el calentamiento global a 1,5 grados, añadió.
Un rayo de esperanza en la energía solar y las energías limpias
En medio de las sombrías noticias sobre la brecha de emisiones, el tremendo crecimiento de las energías limpias, en particular la solar, ofrece, no obstante, cierta esperanza. Los gobiernos del mundo acordaron triplicar la capacidad de generación de energías renovables para 2030 y abandonar los combustibles fósiles en la conferencia sobre el clima COP28 celebrada en Dubái en diciembre de 2023.
El PNUMA calcula que acelerando el despliegue de la energía solar y eólica se podría lograr el 27% de la reducción total de emisiones necesaria para 2030, y el 38% para 2025. Detener la deforestación podría contribuir a una reducción adicional del 20%. Las reducciones restantes podrían lograrse mejorando la eficiencia energética, electrificando los edificios, el transporte y la industria, así como reduciendo las emisiones de metano de las instalaciones de combustibles fósiles.
En su informe anual Perspectivas de la Energía en el Mundo, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) señalaEnlace externo que la energía solar superará a la nuclear, la eólica, la hidráulica, el gas y, por último, el carbón, y se convertirá en la mayor fuente de electricidad del mundo en 2033.
Según la AIE, las energías limpias crecen a un «ritmo sin precedentes». No obstante, esta expansión se está produciendo paralelamente a un aumento de la demanda de energía, incluida la producida mediante la combustión de carbón. La AIE prevé que la demanda de petróleo y gas alcance su punto álgido a finales de esta década y que el mundo alcance los 2,4 ºC de calentamiento a finales de siglo.
Según la AIE, aún queda un camino «cada vez más estrecho, pero aún alcanzable» para mantenerse por debajo de 1,5 ºC. Esto requeriría más electricidad limpia, una electrificación más rápida y una reducción del 33% de las emisiones para 2030.
¿Ha avanzado Suiza en sus objetivos de emisiones?
Por su parte, Suiza se ha comprometido a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en al menos un 50% para 2030 en comparación con los niveles de 1990, y en una media del 35% para el periodo comprendido entre 2021 y 2030. También ha prometido cero emisiones netas de CO2 para 2050.
En 2022, Suiza emitió 41,6 millones de toneladas equivalentes de CO2 en su territorio. Esta cifra es comparable a la de países como Noruega o Portugal. En conjunto, las emisiones fueron un 24% inferiores al nivel de 1990.
La Oficina Federal de Medio Ambiente (Ministerio de Medio Ambiente suizo) confía en que el país alpino esté en vías de alcanzar sus objetivos. «Además de las medidas adoptadas en casa, las medidas en el extranjero también deberían contribuir a alcanzar los objetivos», señaló a SWI swissinfo.ch el portavoz Robin Poëll.
En los últimos años, Suiza ha confiado en compensar parte de sus emisiones invirtiendo en proyectos climáticos en el extranjero. La nación alpina es uno de los Estados más activos en la búsqueda de acuerdos bilaterales permitidos por el acuerdo climático de París. Ha firmado acuerdos climáticos con más de una docena de países, entre ellos Tailandia, Perú y Senegal.
«La política climática suiza hasta 2030 es inadecuada desde hace años y no se mejora»
Georg Klingler, experto en clima de Greenpeace Suiza
Sin embargo, los países están divididos sobre si los planes de compensación de emisiones de carbono están produciendo realmente reducciones genuinas de CO2. Algunos grupos, como WWF y el Índice de Rendimiento del Cambio Climático, han criticado la fuerte inversión de Suiza en compensaciones en el extranjero, que son más baratas, en lugar de hacer recortes importantes en casa.
Suiza está progresando, insiste Poëll: «Las emisiones nacionales han disminuido considerablemente en los últimos años. Destacan los avances en los edificios y la industria. De aquí a 2030, las medidas contenidas en la Ley de CO2 revisada deberían permitir reducir las emisiones nacionales en torno a un 37% con respecto a los niveles de 1990».
El resto de las reducciones de CO2 deberían lograrse mediante proyectos de protección del clima en el extranjero, financiados por el Gobierno y empresas como los importadores de combustible, afirma la Oficina Federal de Medio Ambiente.
Los esfuerzos climáticos de Suiza son «insuficientes», según quienes supervisan la política climática
Sin embargo, el Climate Action Tracker (CAT)Enlace externo, un grupo independiente con sede en Berlín que supervisa la política climática en todo el mundo, se pregunta si Suiza va realmente por el buen camino. En su última actualización, califica de «insuficientes» la acción y los avances climáticos de Suiza.
El CAT afirma que las políticas y la legislación climáticas suizas están mejorando, pero los objetivos son insuficientes, especialmente cuando se trata de cubrir las emisiones nacionales de CO2. Para el objetivo de 2030, los parlamentarios suizos decidieron no incluir en la ley objetivos estrictos de reducción de CO2 (es decir, que el 75% de la reducción se lleve a cabo en Suiza y un máximo del 25% en el extranjero). El Gobierno queda ahora en libertad de decisión.
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La realidad del cambio climático en Suiza
Por otro lado, la analista del CAT Judit Hecke afirmaba que «Suiza está haciendo progresos significativos con sus políticas, acercándose a estar en el buen camino para cumplir sus objetivos climáticos y sus compromisos internacionales. El verdadero reto está en la fase de aplicación».
WWF y Greenpeace Suiza han sido más críticos. Tienen serias dudas sobre el impacto de las leyes promulgadas recientemente y el compromiso del Gobierno suizo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Greenpeace señala que los objetivos y la política suizos están muy por debajo de los de países europeos comparables: la UE tiene un objetivo para 2030 del 55%, Dinamarca del 70%, Finlandia del 60% y la neutralidad de carbono para 2035, y Alemania del 65%. Además, la política suiza adolece de importantes lagunas normativas, como la falta de objetivos para el sector financiero, y la reducción de las emisiones causadas por Suiza en todo el mundo está ausenteEnlace externo de la agenda climática del país, añade.
«La contribución suiza a la financiación de la protección del clima debería duplicarse hasta alcanzar al menos 1.000 millones de dólares anuales debido a la fortaleza económica de Suiza y a las emisiones de gases de efecto invernadero en el extranjero causadas por el elevado consumo de Suiza», según Georg Klingler, experto en clima de Greenpeace Suiza.
«La política climática suiza hasta 2030 ha sido inadecuada durante años y no se está mejorando», afirmó.
Editado por Veronica De Vore. Texto adaptado del inglés por Carla Wolff
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