Más bombas de calor y menos gasóleo: así se calientan los hogares en Suiza

La proporción de hogares equipados con una bomba de calor en Suiza es superior a la media europea. El uso de combustibles fósiles está disminuyendo, pero el gasóleo sigue calentando más de uno de cada tres edificios, uno de los porcentajes más altos del continente.
La transición energética también avanza dentro de las paredes del hogar. La proporción de edificios residenciales en Suiza equipados con una bomba de calor se ha quintuplicado desde 2000 y se situó en el 21% el año pasado, según los últimos datosEnlace externo de la Oficina Federal de Estadística (OFE). La proporción se eleva al 75% en los inmuebles construidos en los últimos diez años.
La situación es ligeramente diferente si se tienen en cuenta los hogares en lugar de los edificios: en 2023, el 18% se calentaba con una bomba de calor. El uso de este sistema de calefacción en Suiza es superior a la media de los países encuestados por la Asociación Europea de Bombas de Calor (ehpa).

Mostrar más
Newsletters
Una bomba de calor extrae energía térmica del aire, el agua o el suelo y la utiliza para calentar un edificio. Si la electricidad que la alimenta es de origen renovable, la bomba de calor es un sistema de calefacción sostenible porque no genera emisiones de CO2, a diferencia de una caldera de gas o gasóleo.
Los países escandinavos cuentan con el mayor número relativo de bombas de calor. Por debajo de la media europea se sitúan los países de la región mediterránea -lo que no es de extrañar dada su menor necesidad de calentar los hogares-, pero también naciones con climas más templados como Alemania y Gran Bretaña.
Auge de las bombas de calor tras la invasión rusa de Ucrania
La necesidad de descarbonizar el sector de la construcción para cumplir los objetivos climáticos internacionales ha fomentado la difusión de las bombas de calor. En más de 30 países, entre ellos Suiza, el Estado ofrece incentivos financieros para la instalación de bombas de calor u otros sistemas de calefacción sostenibles.
Los edificios, y en particular el consumo de combustibles fósiles para la calefacción y la producción de agua caliente, son responsables de alrededor del 10% de las emisiones mundiales de CO2Enlace externo (22% en Suiza).
En 2022, la invasión rusa de Ucrania y la decisión de varios países europeos de reducir la dependencia del gas importado de Rusia contribuyeron al auge de las bombas de calorEnlace externo. Las ventas interanuales aumentaron un 40% en Europa y casi un 25% en Suiza.
+ Sistema de bombas de calor contra el calentamiento global y contra Putin
El fin del boom de las bombas de calor
Sin embargo, la época dorada de las bombas de calor llegó a su fin en 2023, cuando las ventas mundiales registraron su primer descenso tras una década de crecimiento. El declive continuó en 2024 y el primer semestre se cerró con un -47%, según informóEnlace externo la ehpa a finales de septiembre.
La falta de personal cualificado para instalar bombas de calor y el precio relativamente alto de la electricidad en comparación con el gas son algunas de las razones del retroceso, según la asociación europea. Al mismo tiempo, algunos países, como FranciaEnlace externo, el mayor mercado europeo de bombas de calor, han reducido la financiación de programas de apoyo a la transición energética.
2024 tampoco será un buen año en Suiza, predice Philippe Ranc, miembro de la Asociación Suiza de Bombas de Calor. Las ventas cayeron un 38% en los seis primeros meses.
La sensación de urgencia y la intención de deshacerse de los sistemas de calefacción de combustibles fósiles se han desvanecido un poco tras la invasión rusa de Ucrania, señala Ranc. Además, añade, ante la posibilidad de volver a viajar tras la pandemia de Covid, muchas familias prefieren gastar en vacaciones antes que invertir en la renovación del hogar.
Sin embargo, el hecho de que la euforia por las bombas de calor haya remitido no es negativo, opina Ranc. «La bomba de calor no es la solución para todos los hogares. No tiene sentido instalarla en un edificio mal aislado: no sería eficaz». Otras soluciones son la calefacción urbana o las calderas de pellets.
«Las bombas de calor seguirán extendiéndose, pero con menos vigor», argumenta Ranc.
Gasóleo en más de un tercio de los edificios suizos
Sin embargo, el avance de las bombas de calor no impide que los combustibles fósiles sigan siendo la principal fuente de energía para calefacción en Suiza. Más de uno de cada tres edificios (37%) tiene una caldera de gasóleo y aproximadamente uno de cada seis (17%) se calienta con gas.
El porcentaje de edificios con calefacción de gasóleo en Suiza no ha dejado de disminuir desde hace 40 años. Sin embargo, es uno de los más altos de Europa.
Las razones son históricas y económicas. En Suiza, las antiguas salas de almacenamiento de carbón, presentes en prácticamente todos los edificios, se prestaban perfectamente a la instalación de una caldera y un depósito de gasóleo.
Hoy en día, los sistemas de combustibles fósiles siguen despertando interés, sobre todo por su precio más atractivo y su tasa de sustitución relativamente baja, afirma Mohamed Meghari, del Departamento de Energía del Cantón de Vaud, entrevistado por la emisora suiza de radio y televisión en francés RTSEnlace externo. La inversión inicial de una caldera de combustible fósil ronda los 20.000 CHF (francos suizos). Una termobomba requiere al menos 10.000 CHF más, además del coste de aislamiento del edificio. Por eso, muchos propietarios prefieren sustituir una caldera de gasóleo vieja por un sistema del mismo tipo.
+ Un siglo para sanear todos los edificios de Suiza
En Suiza no existe la obligación general de sustituir los sistemas de calefacción de energía fósil. Sin embargo, en un número cada vez mayor de cantones, los propietarios de viviendas deben instalar un dispositivo alimentado por fuentes de energía renovables en el momento de la renovación.
En los próximos años, la población suiza deberá, por tanto, reducir considerablemente el uso de petróleo y gas para calentar sus hogares. El objetivo del Gobierno federal es reducir a cero las emisiones de CO2 de los edificios para 2050.
Texto adaptado del italiano por J. Wolff / Carla Wolff

En cumplimiento de los estándares JTI
Mostrar más: SWI swissinfo.ch, certificado por la JTI
Puede encontrar todos nuestros debates aquí y participar en las discusiones.
Si quiere iniciar una conversación sobre un tema planteado en este artículo o quiere informar de errores factuales, envíenos un correo electrónico a spanish@swissinfo.ch.