Chile justifica su posición sobre Ucrania por principios, no por un cálculo de beneficio

París, 20 jul (EFE).- Chile considera justificada su posición de condena sin paliativos de la invasión rusa de Ucrania, que ha generado suspicacias en otros países latinoamericanos mucho menos vindicativos con Moscú, por una cuestión de principios y no por los posibles beneficios que pueda obtener.

Esta es la línea argumental que reiteró hoy el ministro chileno de Economía, Nicolás Grau, que en una entrevista a EFE en París defendió al presidente de su país, Gabriel Boric, tras haber sido criticado por el jefe del Estado brasileño, Luis Inácio Lula da Silva.

«Cuando se trata de promover el derecho internacional, los derechos humanos, la democracia y que un país no pase sobre otro simplemente por la fuerza que éste tiene, -subrayó- se deben promover aquellas agendas sin un cálculo respecto a qué es lo que aquello puede permitir o no puede permitir».

Respondía así a unas preguntas sobre si Chile espera sacar beneficios en su relación con la Unión Europea gracias a esa postura sobre la guerra de Ucrania, que se acerca mucho más a la de los europeos que a la de otros países latinoamericanos, y sobre si a su vez eso puede dañar las relaciones con estos últimos.

El titular chileno de Economía, que eludió entrar de lleno en la cuestión porque no es su campo de competencias, recordó en cualquier caso las palabras de Boric -con quien está realizando una visita oficial a Francia-, en el sentido de que «nuestras relaciones generales con Latinoamérica y en particular con el presidente Lula son excelentes».

Tampoco se quiso pronunciar sobre la posibilidad de que Chile aplique sanciones a Rusia, como hacen los países de la UE y otras potencias occidentales, o si está descartada esa opción. Se escudó en que eso corresponde al presidente o al ministro de Relaciones Exteriores.

Sobre la modernización del acuerdo de asociación con la Unión Europea, insistió en que «no hay ninguna incertidumbre» sobre el hecho de que se vaya a firmar a finales de año porque está «cerrado políticamente» y lo único que queda pendiente son procedimientos formales como su traducción a las lenguas oficiales de los 27 países de la UE.

Señaló que en los más de 20 años que lleva en vigor «ha sido muy positivo para nuestra economía y con esta modernización se incluyen reglas más fuertes en el terreno laboral, medioambiental o de los derechos de las mujeres y conlleva además «un mensaje político muy importante» el de que Chile y la UE comparten una visión común respecto a la democracia.

También que «el crecimiento económico es importante pero debe ser pare de una política más amplia que nos permita tener desarrollo económico, que nos permita tener inclusión, que nos permita tener sociedades más equilibradas, más cohesionadas socialmente. EFE

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