AMCA, proyecto suizo por un mundo mejor
Hace 25 años y en plena ofensiva de la Contrarrevolución, la solidaridad suiza se instaló en Nicaragua con una estrategia de salud que con los años avanzó también por la vía de la docencia, que devino modelo universal y que se mantiene pese a las veleidades de la política.
El oncólogo Franco Cavalli, artífice de la iniciativa médica, y la profesora Nicolette Gianella, del área educativa, comparten con swissinfo.ch los recuerdos de más de dos décadas de lucha.
“Nuestros programas -subraya el médico a guisa de introducción-, están dedicados a las mujeres y a los niños. Las primeras, como pilar del hogar, los segundos como futuro del país”.
Luego del triunfo del Frente Sandinista de Liberación Nacional en 1978, muchos voluntarios llegaron a Nicaragua con el deseo de participar en la reconstrucción de un país empobrecido por el despojo de la dictadura somocista y golpeado por la guerra.
Cavalli hizo lo propio en 1985, cuando con el apoyo de Estados Unidos, la ‘Contrarrevolución’ recrudecía la acometida para socavar el proyecto sandinista.
“Mi evaluación fue que en ese momento era demasiado lanzar un programa nacional (de detección temprana del cáncer). Propuse entonces al gobierno emprender un proyecto piloto alrededor de Managua, con 50 mil mujeres, para conocer los problemas logísticos, científicos y de recursos, para mejorar primero la situación”.
La derrota sandinista y el impasse
En 1988, arrancó el programa Nora Astoria (denominado así en honor de la comandante sandinista de esa nombre, fallecida víctima de cáncer), en el Hospital Berta Calderón, la mayor institución gineco-obstétrica del país, y en nueve centros de salud de la región. Se impartió la capacitación necesaria, en citología y patología.
“Todo funcionó bastante bien, de manera que en dos años estábamos listos para desarrollar un programa nacional”.
Pero entonces, 1990, los sandinistas perdieron las elecciones y al nuevo gobierno no le interesó el asunto. “Y sin la colaboración del gobierno era imposible desarrollar un programa como ese”, así es que la estrategia quedó suspendida desde la derrota de los sandinistas hasta su retorno al poder hace cuatro años.
El otro gran proyecto inicial, el del Hospital Pediátrico La Mascota, pudo continuar.
El «Hermanamiento», un referente
“La cooperación con los gobiernos de la derecha fue bastante difícil, pero siempre fue posible, sobre todo porque el proyecto de La Mascota (de hemato-oncología infantil), es un proyecto que ningún gobierno puede destruir porque hemos hecho promoción, hemos tenido comunicación con la gente, es algo popular que lleva nuestra carta de visita”.
En efecto, cuando el Dr. Cavalli era presidente de la Asociación Internacional contra el Cáncer, inició un proyecto de desarrollo de oncología pediátrica en 26 países subdesarrollados en el que el de La Mascota fue referencia. “Ahora también en la literatura pediátrica es uno de los modelos, un modelo denominado de “hermanamiento”: es decir, de cooperación entre el Norte y el Sur”, destaca el médico.
Pero las condiciones tras la derrota del sandinismo fueron muy otras. En la visión neoliberal, el bienestar de los pobres no es prioritario, así es que los gobiernos de derecha privatizaron la salud y las áreas pública de los nosocomios carecían de lo más elemental.
La pobreza, causa de muerte
“En los hospitales privados, si tenías algún ‘conecte’, podías tener atención. Si no… vaporizaciones con agua”, deplora Nicolette Gianella. Señala que para la gente sin recursos acudir a una institución privada “era un suicidio” económico. Recuerda el caso de un bebé de dos meses con neumonía que tuvo que ser trasladado a un lugar privado porque si no se moría.
“Y esas -agrega, llevándose la mano al corazón-, son impresiones que lo agarran a uno aquí, porque no hay ningún tipo de explicación decente que pueda decirme por qué, por la privatización, un niño se tiene que morir de neumonía cuando la ciencia descubrió toda la manera para que no se muera”.
Nicolette llegó a Managua en 1987 con una experiencia de muchos años de Magisterio y una decisión sin concesiones de contribuir a un mundo mejor. Se unió a la AMCA y abrió la vertiente educativa con la Escuela Barrilete de Colores cuya labor va más allá de escolarizar a sus alumnos, chiquillos de una barriada desfavorecida: les ofrece cursos extraescolares y un seguimiento integral, incluida la alimentación.
Salud y educación
La detección temprana del cáncer en el Berta Calderón, el servicio de hemato-oncología de La Mascota y la Escuela Barrilete de Colores son las tres ramas principales de la AMCA, pero su agenda no termina ahí. Con el correr de los años, la entidad suiza ha desarrollado nuevos proyectos de apoyo:
Creó un laboratorio de microbiología en La Mascota que permite descubrir y tratar a tiempo diversos males amén del propio cáncer, como por ejemplo, las enfermedades nosocomiales (contraídos en los propios hospitales), un banco de sangre; fundó una nueva sala de partos en el Berta Calderón en donde las madres daban a luz en condiciones inenarrables , atiende a parturientas de poblaciones lejanas. Las conduce a instituciones hospitalarias desde una fase temprana cuando el alumbramiento se advierte peligroso para evitar que mueran en el camino llegado el parto…
Con el retorno del sandinismo, el AMCA retomó su proyecto de detección temprana del cáncer. Una estrategia que se antoja imprescindible, aún más porque en Nicaragua la vida sexual comienza pronto y, dada una serie de tabúes, en forma inadecuada. “Hay niñas que se embarazan a los 12 años, desde su primera regla. Niñas pariendo niños a los que crían con dificultades y son luego niños desnutridos”.
El AMCA se ocupa también de los neonatos. El Berta Calderón atiende unos tres mil partos por año y el 20% de los bebés nace con bajo peso. «La mortalidad neonatal era muy alta. Hemos desarrollado el sector de los cuidados intensivos e intermedios en neonatología», precisa el Dr. Cavalli, lo que ha contribuido a mejora la situación.
En La Mascota, la Asociación se ocupa también de que los niños hospitalizados, además de los cuidados médicos, reciban educación, ludoterapias, de que puedan tener una existencia mejor, un mayor espacio de existencia:
“Recuerdo el caso de una niña con lupus. Nos solicitaron un fondo especial para esa niña que se estaba muriendo. Esa niña tuvo un año más de vida”, narra Nicolette.
Grandes proyectos, cooperación y adaptación
AMCA sostiene su estrategia médico-educativa, con la solidaridad de personas en Suiza, y ahora también en Italia, que “apadrinan” sus proyectos. En la evaluación del Dr. Cavalli, ex diputado socialista, la Asociación ha logrado superar los escollos y mantenerse a través cinco lustros merced a tres decisiones básicas:
La de introducir proyectos fundamentales de largo plazo, la de saberse adaptar a los cambios en la dirección del país y la de depositar los proyectos en manos locales.
“Trabajamos siempre de igual a igual. Ahora nos necesitan para la supervisión, la discusión científica, el desarrollo de nuevas tecnologías, pero la estructura fundamental puede funcionar sin nosotros”. Y ese, concluye el galeno: “es nuestro mejor logro”.
Uno de los oncólogos suizos más reconocidos a nivel internacional
Durante muchos años diputado en el Consejo Nacional suizo y presidente del grupo parlamentario socialista en dicha cámara.
Ex presidente de la Unión Internacional contra el Cáncer
Uno de los fundadores de mediCuba en Suiza (y en Europa), ONG solidaria que apoya fundamentalmente proyectos de cooperación médico-sanitaria.
Fundador de AMCA (Ayuda Médica para América Central), con numerosos proyectos solidarios en Centroamérica y el sureste mexicano.
AMCA organizó los días 3 y 4 de septiembre una gran actividad de solidaridad en el Tesino.
A invitación del Dr. Cavalli, asistió Mariela Castro, hija del presidente Raúl Castro.
La Asociación Médica de Ayuda a Centroamérica (AMCA) empezó sus actividades en Nicaragua en 1985.
En 1988 inició el programa piloto Nora Astorga de detección del cáncer uterino entre una población de 50 mil mujeres.
En 1990, cuando se aprestaba a lanzar el programa al nivel nacional, los sandinistas perdieron las elecciones y tuvo que suspender la estrategia hasta el retorno del sandinismo en 2006.
Su segundo gran proyecto, de hemato-oncología infantil en el Hospital La Mascota, de Managua, se mantuvo y se convirtió en referente a nivel internacional.
El tercer proyecto de largo plazo, el de la Escuela Barrilete de Colores, proporciona educación y seguimiento integral a niños de un barrio desfavorecido.
Amén de esos tres ejes fundamentales de su estrategia, AMCA desarrolla otros programas como el seguimiento de neonatos, de parturientas a riesgo y de formación de parteras.
Abrió una sala de partos en el Hospital de Ginecobstetría Berta Calderón y un laboratorio de microbiología y un banco de sangre en el Hospital Pediátrico La Mascota.
Desarrolló programas de ayuda puntual en El Salvador, Guatemala y México (Chiapas), pero su segundo gran proyecto fuera de Nicaragua se desarrolla en Cuba (MediCuba, de apoyo para el suministro de medicamentos inaccesibles a La Habana por el bloque estadounidense).
En perspectiva: luchar por un cambio de mentalidad en el área de la docencia, por una educación que permita una mayor autonomía, y ofrezca una mayor educación sexual
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