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Basilea lleva a cabo un proyecto piloto que permite la venta legal de cannabis recreativo

Cannabis en la palma de una mano
Tras años de debate, Suiza ha decidido estudiar el impacto de la despenalización del cannabis recreativo. Keystone

Suiza ha puesto en marcha este año distintos experimentos con cannabis legal en varias ciudades para evaluar las ventajas de regular el suministro de esta droga recreativa. SWI swissinfo.ch ha visitado Basilea, donde el cannabis está disponible en algunas farmacias, para averiguar cómo va el primer proyecto piloto.

«Quiero un poco de ‘Purple Gas’, por favor», dice *Markus, enseñando su carné de identidad al hombre que está detrás del mostrador de la farmacia Klybeck, en el centro de Basilea. El farmacéutico asiente con la cabeza y desaparece en la trastienda. Al volver al mostrador, escanea un pequeño paquete de colores brillantes. «Son 50 francos suizos (54 dólares), por favor».

La etiqueta ‘Cannabis certificado suizo’ del paquete lo confirma. Markus acaba de comprar 5 gramos de marihuana con un 12% de THC para su consumo personal.

Es uno de los 370 adultos que participan en el programa ‘Weed Care’ de Basilea, un estudio de dos años y medio sobre el consumo recreativo de marihuana. Su objetivo es examinar el impacto de la oferta regulada de cannabis en la salud y el comportamiento de consumo de quienes hacen uso de él, con vistas a posibles cambios en la legislación suiza.

Basilea ha sido la primera de las siete ciudades suizas que han puesto en marcha distintos estudios científicos este año. Los resultados -especialmente sobre los riesgos para la salud, los hábitos de fumar y el consumo problemático- se examinarán detalladamente en los próximos años.

Los proyectos piloto cuentan con el apoyo público, pero siguen siendo polémicos. ¿Podría el prudente planteamiento científico de Suiza ofrecer una nueva vía para los países que se plantean permitir el cannabis recreativo?

«Un poco más fuerte que una copa de vino»

Markus empezó a fumar cannabis con sus amigos en Basilea cuando tenía 14 años. Ahora, a sus 30 años, fuma en fiestas, bares y de vez en cuando después del trabajo, pero no todos los días, insiste. Trabajar muchas horas en la restauración puede ser agotador, y un porro es su forma de relajarse. «Es un poco más fuerte que una copa de vino, pero no te sientes mal al día siguiente», añade.

Participar en el estudio fue una elección clara para Markus. «Me gusta fumar, pero no me gusta la parte en la que tienes que ir a buscarlo y no estás seguro del precio o la calidad. Esa fue la principal razón por la que me apunté para participar en el estudio», afirma. Con su colaboración, también espera «mejorar la imagen de los fumadores de marihuana».

El siguiente vídeo muestra la experiencia de otro consumidor de cannabis en el proyecto piloto de Basilea

El cannabis es legal para uso médico en Suiza, pero sólo en casos especiales, como para aliviar el dolor. El cannabis de baja potencia también puede comprarse legalmente para uso no médico, pero sólo cuando contiene menos del 1% de tetrahidrocannabinol (THC), la sustancia que genera el «colocón». Aunque cultivar, consumir y traficar con cannabis más fuerte es ilegal, llevar hasta 10 gramos para consumo propio no está penado por la ley. Alrededor de un tercio de la población suiza ha probado el cannabis alguna vez, según la Oficina Federal de Salud Pública (OFSP).

Después de lidiar con el tema durante años, Suiza ha decidido investigar el impacto de la despenalización del cannabis recreativo. En 2020, el Parlamento respaldó un cambio legal que permite la realización de estudios que proporcionen información científica para futuras decisiones sobre la regulación del cannabis. «El cannabis debe estar controlado, ser legalmente accesible, pero no ser promocionado», subrayóEnlace externo una comisión federal el año pasado. Y eso es lo que intentan hacer los centros de salud locales en colaboración con universidades, institutos de investigación y otras organizaciones especializadas en ciudades como Basilea.

Los ensayos con cannabis están estrictamente controlados

Las autoridades sanitarias cantonales de la ciudad de Basilea eligieron a Klybeck y a otras ocho farmacias para vender cannabis en el marco del proyecto piloto. Desde enero, ofrecen seis productos -cuatro tipos de flores de cannabis y dos de hachís- de distinta intensidad. El cannabis orgánico de cultivo propio lo produce la empresa suiza Pure Production y se vende con nombres como ‘Purple Gas’, ‘Lemon Tart’ y ‘Diesel Pollen’.

bolsitas de distintos colores de cannabis
Estos son los productos de cannabis que están a disposición de los participantes en el proyecto en la farmacia Klybeck, en el centro de Basilea. swissinfo.ch

El farmacéutico Markus Fritz es un entusiasta partidario del proyecto piloto.

«La prohibición no funciona. Vender marihuana en las farmacias es interesante, ya que los productos son de alta calidad orgánica. Los consumidores saben lo que compran», afirma.

El estudio sobre el cannabis está rigurosamente controlado. Los participantes seleccionados, en su mayoría hombres (80%) de entre 18 y 76 años, sólo pueden comprar un máximo de dos paquetes de cinco gramos cada vez para su consumo personal, hasta un máximo de 10 gramos de THC puro por persona y mes.

Los paquetes almacenados en la caja fuerte de la farmacia contienen productos con niveles de THC que oscilan entre el 4,5% y el 20%. Los precios se ajustan a los del mercado ilegal. Un gramo cuesta entre 8 y 12 francos suizos (entre 8,40 y 12,60 dólares), según el nivel de THC. Los participantes en el estudio sólo pueden transportar cannabis en envases originales cerrados y consumirlo en privado.

Cannabis
Una bolsa de cannabis ‘Purple Gas’ (con un 12% de THC) a la venta en farmacias seleccionadas de Basilea como parte del plan piloto. Keystone

«La gente fuma en todas partes»

A orillas del río Rin, que atraviesa la ciudad, la gente se sienta plácidamente tomando los últimos rayos de sol otoñal. Los abuelos les dan los bocadillos a los niños de merienda y, mientras, cerca de la orilla, el aire trae un olor característico.

«En Basilea se fuma en todas partes», dice una camarera que limpia la mesa de un café cercano. «Aquí, a orillas del Rin, hay un ambiente bastante abierto. La policía pasa dos o tres veces al día en verano. Cuando la gente se junta después del trabajo, huele a cannabis por todas partes, y cuando se acerca un policía, simplemente lo tiran al río».

Suiza ha ido despenalizando gradualmente el consumo moderado de cannabis: en julio de este año, el Tribunal Federal dictaminó que la policía no está autorizada a confiscar y destruir cantidades de cannabis inferiores a 10 gramos si no hay pruebas de que se haya cometido ningún delito y si no se detiene al consumidor mientras consume la droga.

Cannabis producido por Pure Productions.
El cannabis para el proyecto piloto de Basilea es cultivado y preparado en Suiza por la empresa suiza Pure Production. Christian Beutler/Keystone

La opinión pública suiza apoya su legalización

Los proyectos piloto que se van a llevar a cabo por toda Suiza cuentan con el respaldo de la Oficina Federal de Salud Pública, la mayoría de las autoridades municipales y la mayoría de los residentes suizos. Una encuesta realizada en 2021 reveló que el 70% de la población cree que la legislación suiza sobre el cannabis debería reformarse, frente al 58% de tres años antes. Citan la limitación del mercado negro y la mejora de la seguridad de los consumidores como razones importantes para la legalización.

Sin embargo, los proyectos siguen teniendo sus detractores.

El partido conservador de Basilea, la Unión Democrática de Centro (UDC) apoya el uso del cannabis por razones médicas, pero rechaza rotundamente los estudios científicos sobre el uso recreativo.

«No es responsabilidad del Estado promover estupefacientes ilegales como parte de proyectos controvertidos a costa del contribuyente», señalaEnlace externo.

El cannabis, asociado a enfermedades mentales

También preocupa la relación entre el cannabis y los problemas de salud. Un organismo de control de drogas de Naciones Unidas advirtióEnlace externo a principios de este año que las medidas de los gobiernos para legalizar el uso recreativo del cannabis han provocado un aumento del consumo y problemas de salud asociados. En Suiza, el Gobierno se opusoEnlace externo a un ensayo recreativo en la capital por razones similares.

Un estudioEnlace externo publicado el año pasado por la Universidad de Berna constató un fuerte aumento de las tasas de ingresos hospitalarios psiquiátricos por diagnósticos relacionados con el cannabis. La mayoría de los casos se detectaron en adolescentes y adultos jóvenes (de 15 a 44 años), con un aumento mayor en hombres que en mujeres.

El proyecto ‘Weed Care’ de Basilea pretende prevenir hábitos de consumo de riesgo, detectar precozmente el consumo problemático y reducir los daños, afirma Lavinia Baltes, codirectora del proyecto y jefa de investigación de una clínica psiquiátrica de Argovia.

Lavinia Baltes destaca el ejemplo de Canadá, donde el cannabis se legalizó hace cinco años. La ley canadienseEnlace externo sobre el cannabis hace especial hincapié en la salud y la seguridad pública mediante restricciones de venta a los jóvenes, límites a los niveles de THC, advertencias sanitarias claras y exhaustivas en los productos e información e investigación públicas sobre el consumo de cannabis.

«Con este planteamiento podemos ver un cambio en el método de consumo, pasando de fumar a formas de consumo menos arriesgadas, como a través de un vaporizador o su ingesta», señala Baltes.

Desde 2014, el consumo de cannabis con fines recreativos está legalizado en muchos estados americanos, así como en Uruguay desde 2012 y en Canadá desde 2018.

En 2022, Tailandia se convirtió en el primer país del sudeste asiático en despenalizar el cannabis, pero ante la falta de medidas específicas, el Gobierno tuvo que dictar apresuradamente normas para evitar su consumo descontrolado, especialmente entre los niños.

En diciembre de 2021, Malta aprobó una ley que permitía el cultivo limitado de cannabis en casa y en clubes de cultivo registrados sin ánimo de lucro, así como su consumo en domicilios particulares. El sistema de distribución limitada de cannabis que existe en los Países Bajos desde la década de 1970 ha experimentado nuevos avances, con el reciente establecimiento de un «circuito cerrado de suministro de coffeeshops».

Mientras tanto, los gobiernos de la República Checa, Alemania, Luxemburgo y Suiza han anunciado planes para el suministro regulado de cannabis para uso recreativo. Suiza ha iniciado ensayos científicos piloto de venta legal de cannabis en enero de 2023.

En Basilea, quienes participan deberán contribuir en numerosas reuniones y encuestas en línea para compartir sus experiencias con expertos sanitarios.

Por otro lado, los expertos esperan obtener información importante sobre el impacto del cannabis en la salud mental y física de los participantes, centrándose en cuestiones como la depresión, la ansiedad, el trastorno por déficit de atención con hiperactividad, la psicosis y la calidad de vida.

Los primeros resultados se publicarán en enero de 2024. Hasta ahora, las autoridades sanitarias cantonales han informado que se vendieron 13 kilogramos de cannabis a través del plan en el primer semestre de 2023 y que no hubo «ningún acontecimiento adverso».

Según el farmacéutico de Klybeck, los productos más fuertes son los más populares. Markus dice que ha probado algunas variedades diferentes de cannabis durante el ensayo, y que fuma la misma cantidad que antes.

«Pero intentaré consumir menos con el tiempo», afirma.

*Nombre cambiado a petición de la fuente. Nombre real conocido por el autor.

Texto adaptado del inglés por Carla Wolff

Vídeo adaptado del inglés por José Kress

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