Flores alpinas luchan por comida y espacio
El calentamiento global afecta a la flora alpina, creando ganadoras y perdedoras, según un estudio de científicos suizos y austriacos.
Las plantas alpinas enfrentan una mayor presión a mayor altitud, de acuerdo con los investigadores de la Universidad de Viena y del Instituto Federal Suizo de Investigaciones Forestales, de la Nieve y el Paisaje (WSLEnlace externo).
A medida que suben las temperaturas, también lo hacen las plantas. Es decir, su espacio cambia y comienzan a crecer a mayor altura. Para su estudioEnlace externo, los investigadores analizaron datos de distribución de 183 plantas alpinas en Austria, Italia, Alemania, Eslovenia y Suiza. Desde la primera mitad del siglo XX, la mayoría de las especies han ampliado su zona de repartición en 20 a 35 metros hacia arriba.
El estudio, que aparece en la edición de este lunes de la revista ‘Proceedings’ de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos (PNASEnlace externo), halló que los límites inferiores cambian más rápido que los superiores, lo que reduce las zonas donde las plantas pueden crecer.
“Como consecuencia, a altitudes más elevadas, el espacio es más limitado, y las especies que se extienden hacia esos lugares ejercen una mayor presión sobre que ya crecían ahí”, señalan los autores. Precisan que se trata del primer estudio que incluye tantos datos de tantas regiones alpinas.
Ganadoras y perdedoras
“La mayoría de la flora alpina parece desplazarse lenta y uniformemente a elevaciones más altas y parece que hasta ahora se ha beneficiado del cambio climático”, puntualiza la autora principal de la investigación, Sabine Rumpf, de la Universidad de Viena. “Además, y con mayor frecuencia, muchas especies se encuentran ahora en una misma zona”.
Una de los “ganadoras” es la saxífraga amarilla de montaña, que ha logrado aumentar su alcance tanto hacia abajo como hacia arriba. Por lo general, crece cerca de los ríos, entre las rocas sueltas, y sus semillas viajan por el agua, llevándola a elevaciones más bajas.
Entre las “perdedoras” están el ranúnculo alpino y la pulsatila alpina. Por ejemplo, el límite inferior de la primera se ha desplazado 385 metros hacia arriba, pero su límite superior es apenas 21metros más alto de lo que solía ser, lo que reduce su alcance a un 33%.
“Las plantas adaptadas a condiciones muy frías y pobres en nutrientes son las perdedoras. Incluso si las condiciones mejoran, estas diminutas plantas simplemente no pueden reaccionar, no pueden crecer más fuertes o más altas”, explica Martin Schütz, ecologista del WSL. “Pero las plantas con una zona de distribución más amplia a menudo pueden beneficiarse de más calor y nutrientes. De inmediato crecen más alto y sobrepasan a las plantas pequeñas, y luego hay competencia por la luz del sol”.
La prímula peluda, mientras tanto, es una de las pocas especies que se arrastra cuesta abajo. Sus límites superior e inferior son más bajos de lo que solían ser. Si eso es una ventaja o no es difícil de decir, comenta Schütz.
Veranos más largos
Además, los veranos potencialmente más largos traen una desventaja indirecta para muchas plantas alpinas, dice Schütz, porque la nueva vegetación puede producir más semillas o plantas hijas.
Casi el 20% de las especies que el equipo estudió prosperan en hábitats pobres en nutrientes. Así que las favoritas de las montañas suizas como la edelweiss y la genciana también caerían entre los perdedores, prevé Schütz.
“Si las especies competitivas ganan, habrá una pérdida de biodiversidad, al menos a pequeña escala”, explica el especialista a swissinfo.ch. Sin embargo, agrega que la extinción todavía está lejos.
Traducido del inglés por Marcela Águila Rubín
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