Células estaminales sin destruir el embrión
Un equipo de investigadores estadounidenses logró extraer una célula de un embrión humano y reproducirla, sin destruir el embrión.
En Suiza, donde existe una ley sobre las células madre desde 2004, se discute sobre la dimensión ética y el aporte científico de este descubrimiento.
Hasta ahora, para obtener células madre de embriones humanos, era necesario destruir el embrión utilizado. Esta técnica, experimentada por primera vez en 1998 por un grupo de investigadores estadounidenses, servía para extraer células estaminales de un embrión, tras entre 5 y 7 días de la fecundación.
En este estado el embrión cuenta con cerca de 200 células. Su destrucción es uno de los problemas éticos de la investigación sobre células madre embrionarias. Ante esta situación, la legislación helvética –análoga a la de otros países- permite la extracción de células sólo si se trata de embriones supernumerarios, creados en el ámbito de la fecundación in vitro y destinados a la destrucción, previo consenso de la pareja concernida.
Recientemente, un equipo estadounidense guiado por Rob Lanza pudo separar una célula madre de un embrión de tres días (blastómero), compuesto de entre ocho y diez células, sin destruirlo. El descubrimiento fue publicado en el periódico científico ‘Nature’.
El anuncio no es extraordinario. El año pasado el mismo Lanza pudo realizar exitosamente la misma operación en un embrión de ratón. Y la técnica de extracción de la célula de un embrión ya es utilizada con éxito en el marco del diagnóstico previo a la implantación.
Este método de diagnóstico, controvertido y por ahora prohibido en Suiza, implica el retiro de una célula madre embrionaria creada a través de la fecundación in vitro, permitiendo el descubrimiento de eventuales defectos genéticos. Si el diagnóstico no arroja problemas, el embrión puede ser implantado en el útero de la madre y se desarrollará de manera normal.
Reproducción de una única célula
La novedad del descubrimiento de Rob Lanza consiste sobretodo en la capacidad de producir una línea de células madre a partir de una sóla célula. «A nivel científico, la publicación proporciona mayores informaciones sobre la posibilidad de multiplicar una única célula», observa Marisa Jaconi, la primera investigadora suiza en el tema de las células estaminales. «Antes de esto, sólo era posible con las células animales.»
Para la bióloga de la Universidad de Ginebra, la técnica abre nuevas perspectivas en la investigación. «En el ámbito del diagnóstico previo a la implantación, sería posible obtener de la línea celular del embrión los riesgos de malformación genética. Esto abriría al investigador la posibilidad de estudiar esa célula madre, identificar los defectos y encontrar nuevas terapias para enfermedades hasta ahora incurables.»
Marisa Jaconi espera por otra parte que este descubrimiento pueda «desactivar al menos parcialmente el problema ético ligado a la investigación de las células madre. «El hecho de que el embrión ya no debe ser destruido, priva de sus argumentos a los contrarios a este tipo de investigaciones. Todavía la relación con la fecundación in vitro se mantiene, y, para algunos, la fecundación representa una manipulación inadmisible.»
Prudencia
Aún más cauto se muestra Carlo Foppa, ético clínico, miembro de la Comisión Nacional de Ética de la Medicina Humana. «Con la nueva técnica ha sido rebasado un obstáculo importante», dice el especialista a título personal, pero subraya «que otros problemas podrían surgir».
Tras esto no descarta la posibilidad de crear un nuevo embrión a partir de una célula extraída de un blastómero. La ética invita a la prudencia con respecto a la esperanza provocada con esta nueva tecnología. «De las estaminales se habla desde hace tiempo, pero por el momento – además de algunos tratamientos experimentales contra problemas cardiacos o contra el parkinson- no ha llegado la promesa del maná».
«Entretanto, uno se pregunta de dónde pueden provenir los embriones utilizados», observa por su parte Pascale Steck de la organización »El llamado de Basilea’, contraria a la tecnología genética y a la ley sobre las células estaminales.
«¿Se requerirá sistemáticamente solicitar a las parejas que recurren a la fecundación in vitro de poner a disposición un embrión para una ‘donación de células estaminales’, antes de la implantación en el útero materno?», se pregunta Steck.
La técnica podría provocar también otros problemas para la autorización sobre el uso de estas células. «Si uno de los embriones ‘donados’ se desarrolla y nace, ¿quién decide con qué fines pueden ser utilizadas las células estaminales?. El ser humano nacido del embrión tendría el derecho, más tarde, de recurrir a sus propias células estaminales o decidir lo que debe pasar con ellas?»
swissinfo, Andrea Tognina
(Traducido del italiano por P. Islas)
Las células estaminales pueden dar nacimiento a cualquier parte del cuerpo humano. Este tipo de células está presente sobre todo durante las primeras etapas de la vida, tras la fecundación del óvulo, cuando comienzan a multiplicarse.
Se cree que con sus características podrían ayudar en la lucha contra enfermedades degenerativas como el Alzheimer, el Parkinson y la diabetes.
La ciudadanía suiza aprobó con gran mayoría en noviembre de 2004 una ley que permite la investigación de las células estaminales. La ley prevé que para la investigación sea necesario un permiso de la Oficina Federal de Salud Pública. Las investigaciones deben buscar informaciones útiles para el combate de enfermedades graves o para comprender la biología del desarrollo.
Las parejas deben ser informadas sobre los fines para los que será utilizado el embrión.
Los embriones no pueden ser ni vendidos ni comprados.
Su producción con fines de investigación está prohibida, al igual que su utilización después del séptimo día de desarrollo, la manipulación genética de células estaminales, la creación de clones y las patentes
El diagnóstico previo a la implantación permite la posibilidad de anallizar el embrión antes de se introducido en la cavidad uterina durante el procedimiento de reproducción efectuado bajo asistencia médica.
Este método permite analizar las células madre a partir del tercer día de desarrollo a fin de excluir la presencia de enfermedades genéticas.
La técnica no es realizable en Suiza, Austria y Alemania, pero es posible, por ejemplo, en Italia. El año pasado, el parlamento suizo se dijo a favor de una autorización de este diagnóstico. Un proyecto de ley al respecto se encuentra actualmente en elaboración.
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