Un velero gigante para recoger el plástico del mar
El navegante francosuizo Yvan Bourgnon ha diseñado un cuatrimarán gigante para limpiar los plásticos del mar. El barco solar bautizado como Manta se acaba de presentar en Ginebra.
Cada año se vierten al mar unos 9 millones de toneladas de materiales plásticos. La gigantesca mancha de residuos en el Pacífico norte (muchas veces conocida como el ‘séptimo continente’) ocupa ya más de 1,6 millones de kilómetros cuadrados.
Inventores suizos en Ginebra
La 46ª edición de la Feria Internacional de Inventos de GinebraEnlace externo, del 11 al 15 de abril, ha acogido más de 1 000 inventos y 800 expositores de 40 países.
Además de la maqueta del barco factoría de Yvan Bourgnon, presentado fuera de concurso, los visitantes han podido descubrir dos inventos salidos directamente de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL): ROVéoEnlace externo, un robot terrestre muy ágil en todos los terrenos, y DronisticsEnlace externo, un sistema de entrega de paquetes pequeños por dron.
El famoso navegante francosuizo Yvan Bourgnon ha diseñado un cuatrimarán gigante, capaz de recoger hasta 600 m3 de basuras y hacer frente así a lo que él califica como catástrofe ecológica, económica, sanitaria y emergencia mundial para proteger el “gigante azul”.
El barco solar –una verdadera planta de tratamiento de residuos flotante– es capaz de clasificar y compactar la mayoría de los residuos plásticos y llevarlos de vuelta a tierra para que sean reciclados. El proyecto se ha presentado en la Feria Internacional de Inventos de GinebraEnlace externo (del 11 al 15 de abril).
El año 2022, en el agua
“Durante un viaje alrededor del mundo con mi familia (…), cuando era pequeño, no observé ningún plástico en el mar. Treinta años después, he tenido problemas para poder navegar entre la basura de plásticos del océano Índico”, contó Yvan Bourgnon en una entrevista en la Radio Televisión Suiza de expresión francesa (RTS).
“Teníamos que haber dado la voz de alarma hace 30 años”, señaló este navegante que en 2022 lanzará al mar su primer catamarán: el Manta. “Esperamos que le sigan cien barcos más y así poder empezar a erradicar parte del problema”, añadió.
Cada barco tiene un coste estimado de 30 millones de euros y su financiación corre a cargo de donantes y patrocinadores privados. Pero es necesario que “los Estados, las comunidades y la gente” hagan un esfuerzo económico para poder financiar el mayor número posible de ejemplares, indicó.
Barrera flotante
La iniciativa de Yvan Bourgnon no es la única puesta en marcha estos últimos años para hacer frente a la basura de plástico que contamina los mares. Las barreras flotantes desarrolladas por la fundación The Ocean CleanupEnlace externo para capturar bolsas, botellas, embalajes y redes de pesca abandonadas han captado la atención de los medios de comunicación.
Su fundador, Boyan Slat, se ha convertido en una verdadera estrella de la lucha por proteger el medio ambiente. Y a pesar de las primeras pruebas en el mar del Norte con resultados dispares, este holandés no ha renunciado a su pretensión de limpiar la gran mancha de basura de plástico en el Pacífico norte.
También están en fase de pruebas otras máquinas de limpieza más pequeñas. Como el Sea-VaxEnlace externo (de invención británica), una especie de aspirador de mar que funciona a través de la energía solar. O los drones a velas ProteiEnlace externo, diseñados para combatir las mareas negras, aunque también pueden detectar y pescar residuos flotantes.
Acabar con los desechables
Sin embargo, para la fundación suiza Race for Water, que en 2016 realizó un viaje alrededor del mundo para investigar la contaminación plástica de los océanos, prever limpiezas a gran escala es poco realista. Y es que gran parte de los residuos se encuentran bajo el agua, a menudo a profundidades abisales, donde es muy difícil y costoso bajar las máquinas.
Por otro lado, a día de hoy no existe una solución milagrosa para capturar los microplásticos. Esos elementos infinitamente más pequeños y peligrosos para la salud que se comen los peces y entran en la cadena alimentaria.
Según los defensores del medio ambiente, solo hay una solución para detener el aumento exponencial de este magma plástico: cambiar radicalmente el modo de vida actual y el consumo, y poner fin a los productos desechables.
Traducción del francés: Lupe Calvo
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