Cómo afecta la inteligencia artificial al empleo de creatividad en Suiza
Las personas trabajadoras de las industrias creativas suizas se encuentran bajo presión en una economía que se dispone a obtener un enorme beneficio de las tecnologías basadas en la inteligencia artificial (IA). Se trata de una tendencia mundial que está transformando el mercado laboral y donde se ven las ganancias, pero también las pérdidas debidas a esta tecnología.
Suiza se beneficiará de la IA más que ningún otro país europeo, con un crecimiento potencial del PIB de hasta el 11%, según varios estudios. Se cree que las industrias financiera y farmacéutica serán las más beneficiadas, pero otros sectores también se verán transformados. Las personas que trabajan en campos creativos y altamente cualificados, como la escritura, la programación y el diseño visual, están sintiendo los efectos de una convulsión del mercado laboral que ya está en marcha.
«La IA generativa ha provocado una de las mayores sacudidas tecnológicas de los últimos tiempos. Es inevitable que afecte a las personas y a las empresas», afirma Ozge Demirci, investigador de la Harvard Business School y autor de un estudio internacionalEnlace externo sobre el impacto de la IA generativa en los empleos autónomos. La investigación, realizada en más de 200 países, incluida Suiza, descubrió que una quinta parte de los trabajos de escritura y codificación desaparecieron apenas ocho meses después de la llegada de ChatGPT. Y el número de empleos en generación de imágenes descendió un 17%. «Creo que casi todos los empleos se verán afectados por la IA generativa, porque es una tecnología muy dinámica. La cuestión es quién se adaptará mejor», afirma Demirci.
En el estudio se analizó una amplia base de datos de una importante plataforma mundial de autónomos. Los resultados se compararon con las tendencias de búsqueda en Google antes y después de la aparición de ChatGPT. Demirci y sus colegas mostraron un crecimiento significativo en la búsqueda de términos como «ChatGPT y escritura» y «ChatGPT y codificación» en comparación con otros tipos de tareas. «Esto podría explicar la reducción de la demanda», explica Demirci.
Lo mismo ocurre en Suiza: casi tres cuartas partes de las personas que participaron en una encuestaEnlace externo de la Iniciativa Sociedad Digital de la Universidad de Zúrich estarían dispuestas a confiar a la IA las tareas de profesores, diseñadores web y periodistas. Estas categorías también se declararon más abiertas a utilizar ChatGPT para su trabajo que quienes realizan trabajos manuales, como la carpintería.
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Las personas trabajadoras en Suiza están menos protegidas contra los riesgos de la IA que en la UE
“Yo, ilustradora durante 23 años, sustituida por la inteligencia artificial”
Menos de dos años después del lanzamiento al mercado de ChatGPT, algunas personas trabajadoras suizas del sector creativo han perdido ya su empleo a manos de la inteligencia artificial generativa. Una ilustradora autónoma que trabajó durante más de 20 años en uno de los semanarios del grupo mediático suizo Ringier ha declarado a SWI swissinfo.ch que su puesto de trabajo fue sustituido por imágenes generadas por IA en julio de 2023. La ilustradora, que desea permanecer en el anonimato, afirma que la empresa la despidió a través de una carta genérica escrita en inglés, que cree que fue generada con ChatGPT. «Me indigna que después de 23 años ni siquiera se hayan molestado en dirigirse a mí personalmente, sino que hayan utilizado ChatGPT», afirma la mujer.
Tras el fin de la colaboración, la ilustradora señala que el periódico empezó a publicar imágenes y collages generados por IA. La autónoma ya había notado un descenso constante de la remuneración a lo largo de los años: de 1.000 CHF por una sola ilustración a 400 CHF por dos. «Cada vez era más difícil sobrevivir. Pero no pensaba que me sustituirían tan rápidamente», dice.
Entrevistado por SWI swissinfo.ch, el grupo mediático Ringier negó haber sustituido empleados por IA o haber utilizado esta tecnología para generar cartas de despido. Uno de sus representantes declaró que Ringier utiliza la IA para tareas como sugerir titulares y crear borradores de artículos a partir de fuentes externas para aumentar la eficacia, no para sustituir al personal.
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La máquina y la moral
Cada vez más empresas confían en las imágenes generadas por IA
La presión sobre los trabajadores creativos también aumenta a medida que más y más empresas explotan la IA para la generación de imágenes. La marca suiza de ropa interior Calida lanzó recientemente una «campaña de pruebaEnlace externo» generada por IA para explorar los límites y posibilidades de esta tecnología. Otras marcas internacionales de moda han optado por campañas similaresEnlace externo que requieren poca o ninguna participación de diseñadores humanos. Hay muchos artistas plásticos en todo el mundo que están demandandoEnlace externo a empresas que utilizan sus obras de arte para entrenar a generadores artificiales de imágenes, sin su consentimiento y sin pagar derechos de autor.
Tamara Aepli, diseñadora e ilustradora científica y médica independiente que trabaja en Suiza, también se ha visto afectada por este cambio. Aunque atribuye el descenso de su trabajo y sus honorarios principalmente a las medidas de ahorro de las empresas en tiempos de crisis económica, reconoce los retos que plantea la IA.
Aepli afirma que suele utilizar ChatGPT para lluvias de ideas, traducciones, redacción y trabajos de codificación, pero que le sigue resultando muy difícil generar imágenes decentes con IA. «Los resultados suelen ser aleatorios y muy difíciles de controlar», afirma.
La inteligencia artificial, ¿enemiga o aliada de los periodistas?
La IA también está teniendo repercusiones en el mundo del periodismo y la escritura. Una periodista de la Suiza francófona, empleada de un importante grupo mediático suizo, denunció que había sido despedida porque su función iba a ser confiada a una herramienta de traducción impulsada por IA.
“Me dijeron que mis textos serían sustituidos por artículos de mis colegas germanófonos, traducidos del alemán al francés por una herramienta automática y corregidos por una persona externa”, declaró anónimamente la periodista a la agencia Awp. Varios periodistas francófonos de Migros Magazine expresaron preocupaciones similares.
La periodista científica freelance Martina Huber no atribuye sus recientes dificultades directamente a la inteligencia artificial, sino a la caída de las tarifas y a la creciente tendencia de los medios de comunicación a intercambiar contenidos sin compensar equitativamente a los freelancers. No obstante, Huber está convencida de que la IA no puede sustituir completamente su trabajo. “La IA no conoce el concepto de verdad, un ser humano siempre tendrá que comprobar la exactitud de los hechos”, argumenta.
Hasta ahora, la experiencia de Huber con las herramientas de IA ha sido en gran medida positiva: las utiliza para tareas como transcribir entrevistas y esto le ahorra mucho tiempo, asegura.
Los efectos de la IA en las personas trabajadoras siguen sin estar claros
Según Christian Gschwendt, que estudia los efectos de la IA en el mercado laboral, es normal que las experiencias con la IA generativa sean tan heterogéneas. «Todavía no está claro si el impacto global de programas como ChatGPT será positivo o negativo para los trabajadores y trabajadoras», afirma el investigador de la Universidad de Berna. Gschwendt predice que la IA generativa provocará pérdidas de empleo, pero también un aumento de la productividad y la creación de nuevos puestos de trabajo.
Aunque la IA generativa supone principalmente un riesgo para la mano de obra altamente cualificada y especializada en comparación con la que desempeña trabajos manuales, la mano de obra especializada también podría ser la que más se beneficie de la tecnología.
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«No es necesariamente cierto que las categorías más expuestas vayan a ser sustituidas por completo, siempre que los trabajadores utilicen la IA en su beneficio y trabajen mejor», afirma Gschwendt. Pero para que los riesgos se atenúen, los Estados deberían trabajar ya en políticas de desarrollo de las competencias del personal que podría ser sustituido, señala un estudioEnlace externo.
Sin embargo, los trabajadores y trabajadoras de Suiza parecen preferir un enfoque más cauto a la hora de abordar los cambios laborales relacionados con la IA. Según una encuestaEnlace externo realizada a casi 6.000 personas, la población suiza está dispuesta a ganar alrededor de un 20% menos y a trabajar en sectores menos cualificados con tal de tener un empleo con menor probabilidad de automatización y, por tanto, más seguro. Incluso la ilustradora que trabajaba para Ringier, ahora en paro, se plantea reorientarse hacia una profesión menos arriesgada. «No se puede vivir de la ilustración. Debido a la IA, la ilustración como profesión creativa está muerta», afirma.
Texto editado por Veronica De Vore; y adaptado del italiano por J. Wolff / Carla Wolff
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Regulación de la IA: ¿ha perdido Suiza ese tren?
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