El genio de Albert Einstein revive en Berna
Una exposición en el Museo de Historia reproduce la vida y obra del célebre físico mediante una vasta documentación e instalaciones interactivas.
Junto con la muestra, diversas manifestaciones complementan el programa de celebración del quincuagésimo aniversario de la muerte del Premio Nóbel.
Al menos una vez en la vida, todos hemos estado confrontados a la celebérrima, y para algunos, muy obscura, fórmula de E=mc2, una ecuación que se encuentra en la base de la teoría general de la relatividad, publicada por Alberto Einstein en 1915 y que tiene un papel fundamental en la comprensión del universo y su evolución.
A 50 años de su muerte y a un siglo del ‘annus mirabilis’ 1905, en el que Einstein formuló la teoría de la relatividad, el Museo de Historia de la Ciudad de Berna, dedica al célebre físico una amplia muestra.
Se trata de un homenaje que la capital helvética ofrece a uno de sus ciudadanos más ilustres: Albert Einstein, quien adquirió la nacionalidad suiza en 1901. A inicios del siglo pasado, el científico vivió y trabajó en Berna. En aquellos años maduró sus geniales intuiciones.
«Hemos querido proporcionar al público una visión global de la vida de Einstein, evitando focalizar únicamente el período transcurrido en Suiza», explica Peter Jezler, director de la exposición.
El curador de la muestra optó por un enfoque pluridisciplinario que contempla toda la carrera académica de Einstein, la influencia del contexto histórico y la situación familiar y sentimental del científico.
La exposición se compone de un gran número de cartas, fotografías, pinturas, ilustraciones, y también de reconstrucciones de los lugares en los que Einstein vivió y trabajó. Gracias a las instalaciones interactivas, también es posible experimentar en primera persona los conceptos de la teoría de Einstein.
Por ejemplo, mediante el empleo de una bicicleta para recorrer -virtualmente- el trayecto de la casa del físico a su oficina en Berna. En una enorme pantalla, se puede observar cómo cambia la percepción de la realidad según la velocidad. Un proyecto semejante fue posible merced a la colaboración de las Universidades de Berna y de Tubingia (esta última en Alemania).
La vida y obra
La exposición cubre dos pisos conectados por una escalera en la que se instaló un espectacular juego de espejos. La primera parte de la muestra se centra en la vida del gran científico. Resalta diversos aspectos, entre los cuales sus raíces hebraicas, su recorrido escolástico, sus intereses, sus convicciones políticas y sociales, sus estancias en Ulm, Mónaco, Zúrich, Praga, Berlín y finalmente Princeton.
De manera paralela, se recuerda siempre al visitante el contexto europeo e internacional. Los acontecimientos que Albert Einstein vivió se acompañan con explicaciones y testimonios sobre el ascenso de Hitler al poder, el antisemitismo, la bomba atómica e inclusive el macartismo de la postguerra en Estados Unidos.
Entre los documentos más interesantes se encuentra el pasaporte suizo de Einstein, diversas fotografías de sus tiempos de liceo en el cantón de Argovia, y objetos personales, entre los cuales su reloj suizo.
Se presentan numerosas referencias con la vida afectiva del científico, en principio, de su compañera serbia de estudios -y más tarde su primera esposa-, Mileva Maric, a la que conoció en Zúrich.
Al científico, relata uno de los textos, le gustaban las mujeres «de carácter», y entre ellas habría habido con una espía, una bibliotecaria, una física y quizás también una bailarina de cabaret.
La sala dedicada a la obra de Einstein ayuda a comprender mejor su importantísima contribución a la ciencia, la que ha permitido muchos descubrimientos en nuestra época.
Entre las diversas atracciones, un pabellón dedicado a la historia del cosmos permite al público efectuar un viaje para descubrir el big-bang y el hoyo negro. Todo está presentado de una manera tal que suscita el interés de los visitantes.
No sólo Einstein
La visita al Museo de Historia no concluye tras haber admirado el espacio interno. En el área circundante del edificio se encuentra un ‘Parque de la física encantada’. Esta instalación, concebida particularmente para los jóvenes visitantes, permite reconstituir las grandes invenciones del hombre a partir de la edad de piedra.
Comenzando por la rueda y sus aplicaciones -una carreta tirada por animales vivos, un molino de agua- hasta llegar a la reproducción del aparato aéreo ideado por los hermanos Wrigth, pasando por el sistema concebido para levantar el obelisco en la Plaza de San Pedro, amén de programas de óptica, acústica y más aún.
Los organizadores esperan atraer también al público extranjero. «Esperamos recibir unos 150.000 visitantes a lo largo de 10 meses», afirma el responsable, Peter Jazler.
«La meta del cantón de Berna es que una cuarta parte -de los visitantes- proceda del resto del país y otra cuarta parte del extranjero, considerando que los turistas querrán ligar su visita con aquella del nuevo centro Paul Klee».
La contribución de Albert Einstein a la ciencia está más viva y actual que nunca. Y, en el quincuagésimo aniversario de su muerte, Berna lo recuerda.
swissinfo, Andrea Clementi
(Traducción, Marcela Águila Rubín)
La exposición de Albert Einstein (1879-1955) permanecerá abierta hasta el 17 de abril del 2006.
Los trabajos de preparación comenzaron en el 2002.
El presupuesto global del proyecto asciende a 7,2 millones de francos.
Se espera la visita de 150.000 personas.
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